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Cuando entraron a la escuela se despidieron y cada uno fue con sus amigos.

Minho caminaba por el pasillo para llegar a su casillero y guardar los libros que no necesitaba.

Al lado estaba el de Jeongin, hace mucho que no se veían, ¿dónde estará? No lo ve desde que Minho dejó de asistir a la escuela por lo de... Jisung.

Guardó todas las carpetas de su mochila en el casillero, ya que, el profesor de la primera clase no asistía y tenía dos horas para hacer lo que desee.

– Minho...– Escuchó una voz demasiado conocida, el dueño de esa voz se fue del país, llevando el alma de Minho con él, no tan así... pero sí.

Lee trató de no hacer contacto visual, se dió vuelta y camino hasta el final del pasillo escolar, donde había una puerta que lo llevaba al enorme patio del establecimiento.

Caminaba tan rápido que el rubio que lo seguía se tropezaba en varias ocasiones, pero el mayor no le prestó importancia.

– ¡Minho!– Gritó en medio de todo el patio, harto de tener que seguirlo.

– ¿Qué quieres, Han Jisung?– No se dió vuelta ni nada por el estilo, solo cerró los ojos y los puños, inhalando y exhalando para tranquilizarse.

– Hablar contigo...

– No tenemos absolutamente nada de qué hablar.

– Minho, perdón. No quise irme y dejarte, quiero arreglar las cosas.– Jisung trató de acercarse pero Lee lo notó y se dió vuelta para ver esos ojos que tanto extrañaba.

El mayor pensó por unos largos segundos, en los pros y contras. Si vuelve con Han, ¿cuál sería la ventaja? Que volvería a tener a la persona a quien más ama, ¿cuál sería la desventaja? Que se vaya y lo deje solo de nuevo y entre en un bucle.

Jisung se veía diferente, Minho lo notó el primer día que lo vio después de tanto tiempo. Su cabello era rubio, su rostro se veía más delgado al igual que su cuerpo, se vestía cada vez mejor, creció un par de centímetros, su piel se veía como el trasero de un bebé. Todo eso pasó en dos años.

¿Y Minho? Bueno, Minho tenía salud... creo. Acumuló ojeras, largó lágrimas, su piel era más blanca debido a que no salía de su casa y no tomaba sol, se vestía igual que siempre, creció un centímetro, punto para Minho. Y nada más. No hizo nada más que aislarse de todo el mundo por un amor. ¿Y si vuelve a pasar?

– ¿Min?– Le tocó el hombro para ver si reaccionaba, ya que quedó tildado al ver al menor después de tanto tiempo, y el tacto lo estremeció.

– Ah, sí, ¿arreglar qué?– Preguntó.

– Lo nuestro.

– ¿Qué es exactamente lo que quieres hacer?

– Volver contigo, prometo no volver a irme, voy a estar contigo las veces que quieras. Y si no confías en mi puedo recuperar tu confianza.

– ¿Cómo?– Minho ya se veía más calmado, sin estar al borde de un ataque de pánico.

Jisung sacó de su mochila un paquete de seis jugos de manzana en caja y se los entregó.

– Esta es una parte, falta más.– Le sonrió.

Minho amaba los jugos de manzana, toda la escuela lo sabía. Sus amigos siempre le compraban uno o dos. Hasta los profesores lo sabían, y cuando lo veían tomando uno en clase no les daba importancia ya que se cansaron de mandarlo con el director. ¡Hasta el director le regaló un jugo!

– Bien, no vas a ganarme con seis jugos de manzana.– Agarró el paquete con una mano y con la otra se agarró la cintura mientras cambiaba el peso de un pie al otro.

– ¿Y con esto?– Sin dejar que Lee reaccione, Jisung se acercó y lo besó.

Rain [MinLix] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora