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Un mes después

– El juicio será en unos días, ¿estás seguro de que vas a declarar?– Le preguntó Hyunjin a Felix.

Su padre estaba en la cárcel, tenía heridas en el rostro pero nada grave, solo el tabique roto, nada que le importe a alguien.

Como el hijo del preso era menor de edad, Chris se convirtió en su tutor.

El velorio de la madre fue dos días después de su muerte, Felix no lloró, se sintió triste por la vida desgraciada que le tocó.

– Sí, pero antes voy a ir a ver a mi padre.– Le respondió.

Estaban todos en una de las habitaciones, era de noche y hacían una pijamada. El ambiente fue silencioso después de las palabras del rubio.

– Felix...– Minho no estaba seguro de eso.

El nombrado notó la preocupación de todos y respondió:

– Tranquilos, estaré bien, iré mañana.

Hablaron un poco más, se calmaron. Pero aún así, Minho lo acompañaría.

(...)

A la mañana siguiente, se despertaron todos por el canto de Jeongin, lo hacía todas las mañanas, y todas las mañanas querían matarlo.

Desayunaron y Felix se fue directo a la cárcel, con la compañía de su casi-novio.

¿Cómo era su relación? Bueno, Minho le dio un tiempo para que todo lo malo pase, luego serían algo oficial. Claro que compartían un par de besos y caricias, pero siempre entendiendo la sensibilidad de Felix.

Tomaron un taxi y en diez silenciosos minutos llegaron al lugar.

– Espérame afuera, por favor.– Le pidió el menor.

– Ten cuidado, me llamas si algo malo pasa.– Asintió y entró.

Le pidieron sus datos y fue al lugar donde usualmente los familiares se encontraban con los prisioneros. Se sentó en una silla y había otra enfrente, pero los separaba una pequeña mesa.

Abrieron las rejas y vio a su padre. Se levantó e hizo una reverencia cuando estuvo cerca. Se sentaron y hubo un silencio de veinte segundos.

– Hijo, lo sien...–

– No estoy aquí para recibir tu perdón, vine para saber si éstas vivo, porque será la última vez que vas a verme.– Se tomó otros segundos para suspirar y volver a hablar– Voy a declarar en el juicio, espero que digas cómo mataste a mi madre y cómo casi lo haces con Minho.

– Él... ¿es tu novio?– Preguntó. No eran nada oficial, pero Felix asintió.– Sé feliz.

– Oh, no te preocupes por eso– Usó su tono persuasivo– Tengo personas que si me quieren y sí cuidan de mí.

– Yo te quería.

– Querer no significa golpear a tu hijo hasta dejarlo inconsciente más de cinco veces en un mes, ni tratarlo como basura, ni dejar que sea feliz.– Se levantó.– Ahora, si me disculpas, me iré con mi verdadera familia.

Hizo una reverencia y se fue, ignoró los llamados del señor prisionero y se encontró con Minho.

– ¿Estás bien?– Había entrado a la prisión porque tardaba mucho, pero se calmó cuando lo vio.

– Sí, vámonos.– Tomó su mano y salieron de ese lugar, para no volver nunca más.

Rain [MinLix] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora