Helvegen en noruego quiere decir «El camino de Hel». Hel era la diosa de los muertos y tenía su propio mundo en la mitología nórdica, así que se refiere al camino a la muerte.
Solamente permitió que Mocoso y los mellizos se acercaran a Ástrid cuando la batalla se dio por finalizada. Los cuatro movieron su cuerpo hasta la casa del jarl, apartándola de los otros caídos en combate.
Mérida le limpió la herida y las manchas de sangre de la cara y las manos con cuidado y mimo, sin dejar de pensar en que sólo unas horas antes, durante la noche, Ástrid le había confesado indirectamente que sabía que moriría, y que tenía miedo por ello.
Otros guerreros de Berk habían caído, como por ejemplo el hombre de mediana edad que había aconsejado usar el truco de las cuerdas en el banco de niebla. Su aspecto parecía tan descansado...
—¿Cómo queréis honrar su muerte? —preguntó Sigurd, con respeto, saludando uno a uno a los valerosos guerreros que le habían defendido, poniendo especial atención en Ástrid.
—Usaremos uno de nuestros barcos —decidió Mocoso, que apenas había sido capaz de decir nada hasta aquel momento—. No tenemos suficientes hombres para pilotar cinco naves. Convertiremos una en una pira. Así lo habrían querido todos ellos.
Mérida seguía arrodillada al lado de Ástrid, mirándola con inexpresividad, pero dejando que cayeran las lágrimas. Aunque sabía que era injusto, se sintió muy sola en esos momentos. Notó que alguien ponía una mano en su hombro, pero sin decir nada. La princesa supuso que sería Sigurd.
Los de Berk preparaban el barco para la cremación, alternándose unos con otros para despedirse de sus amigos caídos. Cubrieron la base del barco con una capa de madera algo más alta, con una plataforma especial para la esposa del jefe y prepararon aceite inflamable como el que usaron en la isla para las dianas explosivas para que el barco ardiera con más facilidad. Mérida recogió montones de flores para todos los caídos durante horas para decorar el barco a su manera.
Mientras la princesa hacía esto, los habitantes del poblado de Sigurd que se habían puesto de parte de Arne volvieron. Ellos también prepararon su propia pira para sus compañeros caídos, aunque fue fuera del poblado. Sigurd intentó convencerles de que volvieran sin rencores. Ellos aceptaron, pero dijeron que fundarían otro poblado en la isla.
También los guerreros de Olaf Tryggvason volvieron a por los suyos. Éstos no quisieron tener nada que ver con Sigurd, sólo llevaron un montón de improvisadas telas como camilla y se llevaron numerosos cuerpos. Mérida no volvió a ver a ninguno de ellos.
Hacia el atardecer, las dos piras, la de los locales y el barco de Berk, ya estaban preparadas en la playa. Mérida pudo echarle un último vistazo a su único amor. Tenía un aspecto relajado y preparada para la batalla, como a ella le hubiera gustado. Su escudo y su hacha a un lado. La espada de Hipo entre sus manos, apuntando a sus pies. Toda una valquiria, rodeada de sus compañeros de batalla, lista para el último viaje.
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Más allá del Mar Sin Sol [Mérida x Ástrid - Brave/Cómo Entrenar a tu Dragón]
FanfictionHace ya muchas décadas que los hombres del norte se han asentado por doquier en las islas británicas. Los clanes escoceses han vivido tiempos convulsos desde entonces. Y después de cinco años desde su primer desafío, una Mérida más madura descubre...