Capitulo 8

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Narra Oriana:

Estaba muy enojada, ni si quiera se porque dije eso, lo que menos quería era herir los sentimientos de alguien, ni si quiera los de Julian, él que se había portado tan bien conmigo,

Me sentía como una basura, lo mire alejarse, y no pude evitar tener esa imagen de sus ojos lagrimeando, esta vez me pasé de la raya, al parecer el amaba a Sabri, y compararlo con Nico no estaba bien, porque, en el fondo y aunque no quiera aceptarlo, Julian a mis ojos y a mi corazón, es mucho mejor que cualquier otro chico que yo haya conocido, sola y decepcionada de mi misma caminé las dos cuadras restantes a mi casa, al parecer no había nadie, porque ni el auto de papá, ni el de Sabrina ni el de Anne estaban.

-hola, ¿hay alguien?- el silencio solo me devolvió, silencio, sentía seca mi garganta y húmedos mis ojos, en cierta parte me alegraba que no estuviera nadie en casa para que no me encontraran en este estado, ojos hinchados y conciencia destrozada.

-"Ori cariño, la hora del almuerzo pasó y Sabri nos dijo que estabas en la librería con tu amigo, yo estoy en el trabajo, Anne y Mateo están en una fiesta de cumpleaños, y Sabri salió con Nico, tu comida y la de Julian está en el horno, no olvides comer, por favor linda.

Posdata: la puerta de tu habitación no se cierra entiendes.

- hice bolita la nota que papá escribió, mire el horno, era lasaña, pero no estaba de animos para comer, no después de lo que le hice a Julian, tomé toda el agua de mi vaso y subi a mi habitación, deje la mochila tirada por ahí y me lancé a llorar abrazada de mi jirafa de peluche, deseando ser la única miserable en este puto episodio, deseando que Julian este feliz y que no le hayan afectado mis palabras, deseando regresar el tiempo y seguir caminando al lado de él.

Narra Julian

-ay por dios que haces aquí- Yol como de costumbre estaba encima de su novio dándole besos, cubrí mi rostro con una mano y subí las escaleras de dos en dos lo más rápido posible, seguramente ella no esperaba que yo llegara, no hasta la hora de la cena.

-Juli, ¿estás bien?- mi puerta estaba cerrada con llave, yo estaba llorando en el suelo mientras escuchaba perfect de simple plan y mi hermana Yol estaba del otro lado tratando de ser la hermana mayor que muchas veces no es.

-sí, ahora déjame en paz- estuve unos segundos aguantando la respiración, escuchaba la de mi hermana, pero después no escuche nada más, así que supuse que se había ido, con mis manos me restregué los ojos y borré las lagrimas que estaban secándose por si solas ya, estaba harto de todo esto, de Sabrina y de su estúpida nueva hermanastra, desearía que jamás se hubiera mudado, pero al duende ese y a Sabrina, les demostrare que tan príncipe y perfecto puede ser Julian Ezequiel Serrano.

Narra Oriana:

No fue hasta las 6 que escuché como la puerta se abrió, Mateo tenía un escándalo monumental por toda la casa y Anne lo mandaba a callar divertida.

-hola cariño, ¿comiste?- yo asentí, al fin y al cabo lo de mentir se me daba bien, antes de que todos llegaran, había tomado una porción de lasaña y la había tirado al retrete para simular que había comido, mis antidepresivos no me los tomé por supuesto, ¿acaso merecía estar feliz?, no lo creo, soy cruel, pensé que eso de ser barbie, hueca y plástica no era más que culpa de mi enfermedad, pero veo que en las venas si llevo algo de esto, tal vez después de todo mis hermanastras Carla y Jessica no sean tan diferentes de mí.

-gracias Anne, estaba rica, Julian no pudo venir- de pronto Mateo entro a mi habitación con un gorro de feliz cumpleaños puesto en la cabeza.

-mira Ori se me cayó un diente- me enseño su diente lleno de sangre con orgullo, le sonreí y lo abracé.

"De un extremo a otro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora