Capitulo 45

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Narra Julian:

-¿Ori, estás despierta?- dije entrando poco a poco a su habitación, ella se encontraba acostada y tapada hasta la cabeza, en su cama, se giró a verme y me sonrió.

-supongo que sí, ¿ya te sientes mejor?- yo asentí, la verdad el baño de agua fría y el café me habían hecho efecto y la borrachera disminuyó casi en su totalidad, por lo menos ya no se me trababa la lengua ni actuaba como un extraño en mi propio cuerpo.

-sí, gracias, espero no haberte hecho pasar malos ratos mientras me encontraba borracho- ella se sonrojó un poco.

-Julian... recuerdas que me besaste... ¿no?- yo me senté a su lado en la cama y le sonreí.

-claro... no es que estuviera ebrio en realidad, no creas que te aprovechaste de mi- ella soltó una carcajada y me golpeo en el brazo.

-creo que la única víctima de la noche fue Stefano... lo dejaste irreconocible, ¿Dónde aprendiste a golpear de ese modo?- ella se acostó de nuevo y yo me tumbé a su lado.

-practicaba box, de hecho fui a algunas competencias- ella me miró detenidamente y luego suspiró.

-¿acaso hay algo que no puedas hacer?-

-¿estar contigo?, eso es algo que se me dificulta mucho- escuché su risa por lo bajo.

-sí, puede ser que los dos seamos muy malos en esto de... las relaciones-

-yo... quiero pedirte perdón, no debí haberte tratado así durante todas estas semanas- le tomé la mano y ella no se opuso por lo cual después entrelacé mis dedos con los suyos.

-yo también quiero pedirte perdón... sé que no debió ser fácil lo de verme con Marco, y luego la forma en la que te traté cuando lo de Carla, de verdad Julian... desearía que Carla jamás me hubiera inventado todo aquello, ahora tal vez las cosas serían diferentes-

-no hay marcha atrás, el hubiera no existe en la vida... pero... nos queda el "qué tal si", un futuro... tu y yo podríamos comenzar de nuevo- ella sonrió amargamente y se frotó la frente con algo de incomodidad, ¿dije algo malo?

-¿a sí?, ambos iremos a diferentes universidades... Julian, ¿Cómo podríamos hacer lo que dices?-

-no es tan difícil como piensas, tú iras a London university, yo iré a Oxford, solo estaremos a 80 kilómetros de distancia, no es tanto si lo piensas-

Narra Oriana:

Mierda, de pronto me sentí muy culpable, me sentía cobarde y no tendría el valor de decirle a Julian que no solo nos separaría una larga carretera, si no el océano atlántico, cuando él estuviera despierto, probablemente yo estaría dormida en Nueva York.

-s...sí...supongo que sí- soy una tonta, tonta, tonta, ¿Cómo puedo ser así?, Julian seguro me odiaría una vez que yo me marchará al otro lado del mundo sin decirle nada.

-te amo- dijo él acercándose para besarme.

-yo también te amo, Julian, y te amo demasiado... nunca lo olvides... yo siempre te amare- Julian frunció el ceño antes de darme un largo beso.

-suenas como si te estuvieras despidiendo, aún nos queda mañana, y gran parte del lunes, luego yo vendría a visitarte los fines de semana, o tú podrías ir a verme... es solo cuestión de querer- oh, por dios, yo de verdad quería, pero, ¿Cómo no ir a Stanford?, no puedo hacer eso, es mi sueño, desde que era una niña, no podría tirar la oportunidad de mi vida a la basura.

-claro... lo siento...tienes razón- soy una maldita desgraciada, infeliz, que le va romper el corazón a uno de los mejores hombres que hay en la faz de la tierra, merezco que me tiren piedras, o que me quemen viva, pero al verlo, con esa cara tan tierna, mirándome de esa forma tan especial con la que un hombre enamorado te mira, simplemente no podía decirle "Julian, lo siento, pero no puedo estar contigo, me voy a ir a Nueva York de nuevo, y ya no volveré hasta dentro de unos años"

"De un extremo a otro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora