Capitulo 61

1.6K 39 0
                                    

Narra Oriana:

-¿a qué hora sales de trabajar?- preguntó Benja mientras se acomodaba la camisa.

-a las tres, pero tengo que ir con Nico a ultimar detalles de la fiesta de Sabri- tomé mi bolso, y mi teléfono, había un mensaje en la bandeja de entrada, "Julian", guardé el teléfono en el fondo de mi bolsa sin mirarlo.

-bueno... supongo que no te veré hasta tarde...- ambos salimos del departamento y una vez afuera cada quien agarró por su rumbo, la curiosidad me mataba, aunque al mismo tiempo me daba miedo lo que sentía, detuve el coche enseguida de una acera, cuando me decidí, abrí el mensaje de Julian.

"ayer no dije todo lo que deseaba decir, necesitamos hablar con más calma, por favor, solo una oportunidad más"

-¿Qué hago?- lancé un suspiro mirando al techo de mi coche, lo mejor sería ignorarlo, aunque eso no solucionaría nada.

"yo siento que todo está dicho, déjalo así Julian, serás afortunado si jamás vuelves a verme"

Enviar, listo, espero que ya no se compliquen más las cosas, seguí mi camino al hospital con un poco de tranquilidad, solo un poco.

-buenos días, amiga, hoy tienes ocho citas y una asistencia a cirugía, toma aquí está tu horario- tomé los papeles que me tendía Fer y caminé a mi consultorio seguida por ella.

-buenos días Fer, ¿tu trasero está mejor?- la miré y ella arrugó la nariz en señal de enfado, haciéndole ver tierna por sus pecas.

-no del todo, pero irá sanando, tengo unos moretones de miedo y cuando voy al baño...-

-okey, eso es demasiada información...- coloqué mi bolso en uno de los cajones de mi escritorio y me senté en mi silla.

-¿te pasa algo?, no estás sonriente como siempre- con un gesto con la mano le dije a Fer que tomara asiento.

-es una larga historia, ¿tienes tiempo?- ella negó con cara de pena.

-no, tengo que ir a hacer mi guardia en recepción, pero en la hora del almuerzo puedes contarme- asentí con una media sonrisa en mi rostro.

-está bien, en el almuerzo será-

-¡Oriana! ay por dios qué bueno que te encuentro, a tu madrastra la ingresaron de emergencia hace unos minutos...- me levanté más rápido de lo que canta un gallo y corrí al área de emergencias, el corazón me latía rápidamente y sentí nauseas, mi papá estaba parado en la puerta que indicaba terapia intensiva, supongo que ya no le dejaron pasar.

-¡papá!, ¿Qué fue lo que pasó?- dije agitada llegando hasta él, puesto que corrí por todo el pasillo como si me fueran a dar medalla olímpica.

-estábamos desayunando, y comenzó a sentirse mal, vomitó mucha sangre, no supe que hacer, yo no...- mi papá estaba alterado y las palabras le salían como quebradas, lo único que hice fue abrazarlo.

-hiciste muy bien en traerla al hospital, tranquilo... ¿Mateo está en la escuela?- él asintió pasándose una mano por el cabello.

-aún no hemos tenido el corazón para decirle lo que pasa-

-papá, deben decirle...-

-lo intento, hija, pero... no puedo-

Narra Julian:

Llegué a mi trabajo justo para redactar algunas cosas que me hacían falta de entregar, le mandé un mensaje a Oriana diciéndole, o más bien rogándole que hablara conmigo, para convencerla de que lo nuestro si puede ser, en respuesta me envió:

"De un extremo a otro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora