Capitulo 26

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Narra Oriana:

Julian no tenía por qué hacer eso, digo, si no hice la tarea y la profesora me va a bajar cinco puntos pues es mi problema, no de él, ya bastante tenía con estar enamorada de ese idiota para ahora tener que deberle favores, rebusqué en mi mochila el cuader... mierda Julian se había quedado con mi cuaderno, si regresaba ahora a buscarlo llegaría tarde a mi partido, así que sin más y con la promesa de recuperar mi cuaderno fui hacia los vestidores de chicas, y así cambiarme para ir al campo de futbol, yo era la número 9, delantera, ósea que muchas de las esperanzas en el equipo estaban prácticamente en mí, mis compañeras de equipo estaban tan nerviosas como yo, Lola jugaba en el equipo, pero ni ella ni yo nos dirigíamos la palabra, aunque siempre nos miráramos.

-bien chicas...no importa que sea un amistoso, jueguen como si fuera la final del campeonato, yo sé que ustedes pueden, ahora, denme ese saludo y salgan a ganar como han estado practicando- todas juntamos nuestras manos al centro, cuando salimos al campo, mi estomago dio un vuelco de los nervios, había mucho público, toda la escuela estaba ahí, la capitana del equipo, Caro fue a debatirse el saque, nosotras ganamos, entonces con el silbido del árbitro, inició el juego.

-vas a perder, chica americana- dijo una de las niñas del otro equipo, ellas eran un año menor que nosotras, pero tenían más ventaja porque llevaban tiempo practicando, no importa, dejé de pensar en mis desventajas y me concentré en mis fortalezas, Lola tenía el balón, hizo un túnel y se la pasó a Emilia, ella corrió hasta donde estaba la portería del rival, yo ya me encontraba ahí corriendo lista para el pase, Emilia pateo en dirección a mí y yo la atrapé con mis pies, controlando que no me fueran a quitar el balón y quitándome a las dos defensas del otro equipo, logré estar frente a frente con la portera y entonces anoté el primer gol para nuestro equipo, todas las chicas se abalanzaron sobre mi a darme abrazos, hicimos nuestro baile de anotación y volvimos al juego.

-¿decías, linda?- le dije a la chica castaña que hace minutos me dijo que perdería, el partido estaba muy cerrado ahora, ni ellas nos dejaban estar muy cerca de la portería, ni nosotras las dejábamos a ellas, Lola por poco hace una anotación, de no ser porque estaba en posición adelantada hubiera marcado,Emilia ya llevaba una tarjeta amarilla por agredir a una de las chicas, bueno, fue un golpe sin querer, suele suceder.

-bien chicas, tienen que buscar espacios, las otras están haciendo que se frustren, vamos a hacer esto, Sabatini, no te alejes de la portería, Gloria, como eres la más rápida del equipo, está en ti hacer que el balón llegue hacia Oriana o Caro, cualquiera de las dos, y no se confíen solo por ir ganando, todavía quedan 45 minutos de juego, vamos equipo, a ganar- todas volvimos a hacer nuestra porra y salimos con más ganas al campo, como la entrenadora nos indico, yo no me moví muy lejos fuera de la portería contraria, Lola hizo un pase excelente a Mery, luego ella pasó el balón a Caro y esta hizo un excelente gol que pegó justo en el arco para entrar, todas volvimos a celebrar con nuestro baile, miré hacia las gradas donde se encontraba el público, ahí estaba papá, enseguida de él Mateo, y Anne, más lejos y más cerca del campo, en primera fila, se encontraban Paula, Jessica, Eliseo y Peter con un cartel muy colorido que decía mi nombre, sonreí, pero aunque me cueste reconocer, nada me había incentivado como ver a Julian ahí, el también me veía, y también llevaba un lindo cartel con mi nombre, en fin, dejé de distraerme y volví al partido, Emilia y otra chica rival se miraban como si quisieran matarse.

-¡Sabatini, ve hacía atrás!- gritó Caro viéndome desde un extremo de la cancha, yo asentí y corrí a la portería seguida de la chica que me había fastidiado al principio del partido, otras tantas también corrían detrás de mí , el balón pasó por otras tantas y llegó a mis pies, como pude me quité otra vez a las defensas, cuando ya estaba en zona de portería la chica castaña me dio una fuerte patada en la espinilla de mi pierna derecha, luego me empujo tan fuerte que del impacto mis reflejos no reaccionaron y caí sobre mi brazo izquierdo, el sonido de que algo me había roto había sido muy evidente, comencé a llorar muy fuerte, sentí que me estaba amputando una parte del cuerpo, el árbitro silbó parando el juego y todas las chicas se amontonaron a mi alrededor.

"De un extremo a otro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora