Capitulo 62

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Narra Oriana

-ven, vamos con los chicos- dije tomando aire una vez que terminamos la carrera.

-no... tengo una mejor idea- Julian tomó mi mano y me llevó hasta el otro lado de la pista, no pude divisar a mis amigos, y las luces eran tan tenues que apenas y veía las caras de los demás, nada se distinguía.

-¿Qué haces?- pregunté una vez que el paró de guiarme y quedamos en medio de mucha gente.

-bailar... contigo- sus manos descendieron de mi espalda a mi cintura provocándome un escalofrío de muerte, mientras una nueva canción comenzaba, dejé de sentir a las personas alrededor, solo sentía a Julian y su cercanía.

"Diamantes amarillos en las luces

Ahora estamos uno cerca del otro

Mientras las sombras pasan a nuestro alrededor

Se toman el tiempo de surgir a la vida

Es el modo en el que me siento que no puedo negar

Así que lo dejaré ir

Encontramos el amor en un lugar desesperanzado

Encontramos el amor en un lugar desesperanzado

Encontramos el amor en un lugar desesperanzado

Encontramos el amor en un lugar desesperanzado"

-Por un momento pude perderme otra vez en sus ojos y en sus brazos sin tener que pensar en nada más, solo sentía, y mi mente estaba despejada, para pensar en el momento que estaba viviendo.

"Un rayo de luz entra por una puerta abierta

Una línea entre el amor y las mentiras que voy a dividir

Date la vuelta porque te necesito mucho

Es el modo en el que me siento que no puedo negar

Pero lo dejaré ir

Encontramos el amor en un lugar desesperanzado

Encontramos el amor en un lugar desesperanzado

Encontramos el amor en un lugar desesperanzado

Encontramos el amor en un lugar desesperanzado."

Julian iba a besarme de nuevo, entonces la realidad me golpeó como un balón de futbol en la cabeza.

-eh, yo... voy a buscar a los demás- el encanto desapareció y fui deshipnotizada, mientras tanto los chicos se divertían de lo lindo, Peter se encontraba en medio del círculo de baile haciendo su paso típico: el regador.

-no es justo... siempre me ganas con eso- gritó Eliseo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.

-no seas llorón, Rentería, mejor acepta de una buena vez que yo soy el rey del baile- veía a esos dos discutir cuando unas manos tomaron mi cintura pegándome un susto tremendo, me giré a ver quién era... Benja.

-¿Dónde estabas?-

-en... en el baño- bien, creo que tengo un don único para mentir, lo hago con tanta...facilidad.

Narra Julian:

"otra vez se nos fue", creo que fue la última, ella seguramente no querrá hablarme ahora sí, "no seas negativo", pues es que ella no me da muchas esperanzas, "está asustada, dale tiempo", si tú lo dices.

-Julian... ¿Por qué maldita sea no me dijiste que Ange estaba aquí?- aggh, ¿enserio Tato me reclama por eso?, bien, ya mañana que lo lleve a donde Ángela me dijo estos dos estarán de lo mejor, o eso espero por mi propio bien, si no Tato y yo seremos dos solterones amargados.

"De un extremo a otro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora