Capitulo 15

1.8K 47 0
                                    

Narra Oriana:

Julian dijo que tenía algo que decirme, así que callé completamente para escucharlo hablar, pero él solo se acerco a mí con una expresión difícil de analizar, me acarició la cara, tan delicadamente que hizo que mi piel se erizara lentamente dándome una sensación de ternura, lo miré a los ojos, no quería parpadear porque estaba memorizando sus ojos color caramelo, pero me fue inevitable no cerrar mis ojos cuando su nariz acarició la mía delicadamente, haciendo que deseara más el beso que segundos después llegó, dejándome completamente desarmada, desarmada para continuar luchando contra lo que él me hacía sentir, era algo nuevo, algo que la gente llama, "amor".

-ya está lista la...- Mateo rompió la conexión del momento, Julian despegó sus labios de los míos pero aún me mantenía abrazada de la cintura, mi hermanito hizo una mueca de asco, lo que nos hizo reír.

-qué asco, ¿Por qué se dan besos en la boca?- Julian rompió nuestro abrazo y se agacho a la altura de Mateo.

-no creo que pienses eso cuando tengas 18 años- mi hermano solo negó rotundamente con la cabeza.

-las niñas son tontas, por lo menos las de mi escuela, porque a ninguna le gusta el futbol- escuché la risa de Julian que aún miraba a mi hermano con ternura.

-bueno, Ori no es tonta, y le gusta el futbol, ¿eso la hace besable no?- Mateo se quedó pensativo por unos segundos, luego se acercó a mí.

-sí, eres besable, solo porque te gusta el futbol si no, no- me agache a la altura de mi hermano, aún debía pedirle que lo que acababa de ver lo mantuviera en secreto.

-oye Mateo, lo que viste, ¿podría ser nuestro pequeño secreto?, solo por ahora- mi hermano asintió, entonces yo le enseñé mi dedo meñique esperando a que el me enseñara el suyo.

-¿pinky promise?- el enano negó frunciendo el ceño.

-eso es de niñas, mejor chócalas- sonreí rindiéndome ante mi hermanito, ambos chocamos palmas y él se fue al comedor.

-yo...- tomé a Julian de la mano y lo tire al comedor dejando que las palabras sobraran, no estaba lista para esto, para hablar de lo que podría ser el comienzo de una relación, primero debía hablarlo con el doctor, porque yo aún tenía mucho miedo de contarle a Julian lo que me pasaba.

-vamos a comer- ambos llegamos al comedor, estaban papá, Anne, Sabri, Nico y Mateo, Julian y yo nos unimos aunque noté cierta tensión en la mesa, más específicamente entre Julian y Sabrina, tal vez aún estaban enojados por la tonta pelea de hace una hora, que infantiles. El teléfono de la casa sonó, papá fue a contestar y regresó con el teléfono inalámbrico en mano y una cara de pocos amigos.

-es tu madre- me dijo, me tense de pronto, me pasaba cuando mamá llamaba para saludar, no es que no me gustara hablar con ella, pero, siempre termina mal nuestra conversación.

-hola mamá- me disculpé con todos en la mesa y me retiré hasta la sala, tomé asiento en un sofá para escuchar la voz de mi progenitora desde california.

-¿Cómo estás, mi nenita preciosa?, te extraño cielo- sonreí por la ternura espontanea de mi mamá, amaba que pusiera apodos cariñosos, desearía que estuviera aquí para darle un abrazo.

-yo también te extraño mami, tengo muchas ganas de abrazarte- escuché un sollozo por parte de ella, que me hizo darme cuenta que yo no era la única que sufría, ya ayer había visto a mi papá llorar por lo que me estaba pasando, ahora mamá.

-yo también quiero abrazarte cariño, pero... cuéntame, ¿Cómo va tu terapia?, ¿todo está bien?, ¿esa mujer con la que vive tu padre te trata bien?, ¿quieres volver conmigo?, porque si es así hoy mismo te compro un billete de avión de regreso, pídeme lo que quieras amor, te mando más dinero, te compro un billete para que vayas de compras a parís, Milán, tu solo pídelo cariño, ¿dinero para un auto nuevo?, solo dilo y lo tendrás- dijo aún con la voz quebrada, esto, es exactamente lo que odio de mamá, que quiere comprarme, que piensa que con pedirle cosas y que se me den seré feliz.

"De un extremo a otro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora