Capitulo 14

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Narra Oriana:

-¿enserio te pasó eso?, yo también le temía a los payasos, al parecer tenemos mucho en común- Nico asintió divertido ante la charla, durante todo el trayecto iba haciéndome reír, a decir verdad era muy agradable, perfecto para Sabri, definitivamente lo apruebo.

-lo sé, espero podamos ser amigos, ya sabes, también somos algo así como familia- Nico aparcó el auto en la acera, Sabri, ni Julian llegaban aún, que raro, en fin, ambos bajamos del auto y nos adentramos a casa, vi a Mateo correr hacia mí con una sonrisa.

-papá y mamá ya firmaron mi solicitud para el curso- awww Mateo estaba extremadamente feliz, por lo que yo también lo estaba.

-me alegra peque- Mateo se le quedó mirando a Nico extraño.

-Sabri no ha llegado- le dijo él a nuestro cuñado.

-lo sé Mateo, ella viene en su auto, y yo traje a Ori- Mateo seguía confundido, hasta que vimos a Sabrina aparecer por la puerta, algo andaba mal, traía los ojos desmaquillados, y se notaba seria, pareciera que estaba triste o algo así.

-hola amor, ¿ya no estás enojada?- Sabrina se acercó a abrazar a Nico, aún más extraño, porque pareciera que quiere llorar.

-no, yo solo...- papá apareció de la nada con su portafolio de trabajo, saludó a todos los que nos encontrábamos en la sala y luego se dispuso a buscar a Anne en la cocina.

-creo que ayudaré a Anne con la comida, vamos enano- me llevé a mi hermanito tratando de que la pareja tuviera su momento de privacidad, seguro aclararían el malentendido de la pelea por mí en el estacionamiento.

-hola Anne, eso huele bien- dije viendo los sartenes, ella me dedico una sonrisa.

-hola cariño, gracias, ¿podrías poner la mesa por favor?- yo asentí, Mateo jugaba con papá a las luchas en el comedor y yo solo sonreí ante aquella escena infantilmente tierna.

Narra Julian

Llegué a la casa de Ori, aunque no tenía muchas ganas de estar aquí por lo sucedido con Sabrina, toqué la puerta y el pequeño Mateo preguntó del otro lado "¿Quién es?".

-Julian- Mateo abrió la puerta y me dejó entrar, aquel pequeñín me tenía un especial afecto al igual que yo a él, es como el hermanito que nunca tuve.

-ya le digo a Ori que estás aquí- así Mateo salió corriendo en dirección a la cocina, yo me quedé en el pasillo pegado a la puerta, no quería entrar solo, no sin que Ori estuviera a mi lado, me sentiría demasiado raro e incomodo si me encontrara con Nico y Sabrina, por no mencionar culpable.

-como tardaste, ¿Qué haces ahí parado?, pasa- me acerqué algo tímido hasta ella, entonces mi cabeza recordó el beso con Sabri y sentí una punzada en el corazón, nunca me había sentido de este modo, jamás, con ninguna otra chica, aunque Ori no fuera mi novia, sentía que le había sido infiel de alguna manera, yo no puedo hacer esto si quiero que ella sea mi chica, debo decirle la verdad, así como a Nico, pero antes debo aclarar todo con Sabrina.

-Ori tengo algo que decirte- le tomé el rostro con ambas manos, la piel de su cutis era suave, sin impurezas, sus ojos verdes me miraban sin parpadear.

-¿Qué pasa?- me acerqué más a ella, tanto que nuestras respiraciones se mezclaron haciendo un aire único, uno que fácil podría respirar por el resto de mi vida, los latidos de su corazón llegaban como música a mis oídos, una melodía acelerada y acompasada, tal y como a mí me gusta, quiero besarla, hacerle saber que ella es la número uno, que no hay nadie más a quien quiera o haya querido de esta forma, porque ella me hace ser una mejor persona cuando estamos juntos, rocé mi nariz lentamente con la de ella, no se alejó, al contrario, puso sus manos en mi pecho, me acarició, dejé de verle a los ojos y solo me dejé llevar, cerrando mis ojos y solo sintiendo sus labios en los míos.

"De un extremo a otro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora