Capitulo 75

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Narra Agus*

Cuando llegué al departamento, Valentina tenía preparada una rica comida, conversamos como los amigos que siempre hemos sido y luego ella tomó mi mano por encima de la mesa, después vimos una película de acción y terminamos por acurrucarnos juntos en el sofá, como si lo que ocurrió el sábado nunca hubiera pasado.

-Agus, ¿enserio me amas tanto como para querer casarte conmigo?- yo asentí mirándola a los ojos, claro que la amo, eso siempre ha sido del mismo modo.

-absolutamente, por eso me duele el que no hayas aceptado mi propuesta- ella se tiró su cabello hacia atrás y se levantó del sofá.

-es solo que no creo en los finales felices, no existen- me acerqué a ella y la abracé por detrás.

-sí existen, lo que no existe es el "vivieron felices para siempre", yo no te prometo felicidad eterna, porque sé que a veces pelearemos, puede que nos decepcionemos en el camino pero si me amas y yo te amo siempre vamos a encontrar la forma de volver el uno al otro, porque estamos hechos para estar juntos, desde que apareciste en el spa de Cathy, hasta que yo tropecé contigo y caímos al lago, y al día de hoy, te he amado cada día, y no creo que pueda vivir sin ti-

Valentina se giró hacia mí quedando frente a frente.

-Agustín Bernasconi... ¿te quieres casar conmigo?- solté una pequeña risa, mientras mi respiración se cortaba con forme los segundos, ella estaba pidiéndome matrimonio.

-no lo sé, lo tengo que pensar... ¡sí!- ambos reímos y ella se dejó abrazar completamente por mí, ahora ya nada podría ir mal, estábamos juntos.

Fin de la narración*

Narra Oriana:

Los siguientes días pasaron algo similar a los demás, me quedaba en casa con papá, ahora además porque tenía miedo a estar sola y que aquel tipo intentara hacerme algo malo, aún lo veía seguirme, y cada tarde me dejaba un sobre en la puerta de mi departamento con fotografías mías de ese día, Julian apenas me llamaba, se comportaba de un modo extraño, y por si fuera poco los anti depresivos me están causando efectos muy extraños, a veces tengo tanta ansiedad que quiero volver a beberlos, como si necesitara tomarlos todo el tiempo.

-¿estás bien?- preguntó Paula antes de que las dos entráramos a una florería.

-sí, solo algo cansada- Pau me miró desaprobatoriamente.

-te dije que no era necesario que me acompañaras, deberías ir a descansar, hasta pálida te ves- yo negué, ella torció el gesto y luego la florista comenzó a explicarle a mi amiga como iban a ir acomodados los arreglos en la iglesia, me giré a ver unas rosas de la ventana y ahí estaba un tipo vestido de negro en la esquina del otro lado de la calle, esta vez no traía su cámara, era más bien como si solo observara, incluso ya me resulta familiar, mucho para mi gusto.

-listo, ¿nos vamos?- preguntó Pau, yo asentí sin despegar mi vista del tipo.

-te llevo a casa, yo todavía tengo que ir a casa de Jessi a dejarle dos invitaciones- ambas estábamos frente al auto de ella.

-no lo sé, ¿segura no quieres que te acompañe?- ella negó, yo tenía que ir al departamento por unos papeles que me pidieron en la escuela, tenía que ir a inscribirme.

-segura, anda, vamos, te llevo, ¿es a casa de tu papá cierto?- yo negué.

-debo ir al departamento, si no te importa-

-no, de hecho me queda más cerca- me fijé para ver si el auto azul no nos seguía, pero nada, incluso se me hizo extraño no tenerlo detrás de mí.

"De un extremo a otro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora