Narra Oriana:
Paula se encontraba en mi casa, ambas nos preparábamos para la cena, "the ivy" había sido remodelado y lo re- inaugurarían hoy, ambas compramos vestidos, ni muy elegantes ni muy casuales, mis tacones eran algo altos, pero igual estoy acostumbrada a ellos, cuando vivía en América dormía hasta con tacones.
-Eli, dijo que tenía algo importante que decirme, me muero de nervios- comentó Paula mientras retocaba su cabello que hoy se había alaciado especialmente para la ocasión.
-te ves demasiado linda- le comenté mientras ambas terminábamos de poner nuestras cosas esenciales en nuestros bolsos.
-gracias, tu igual, pero... aun no me queda claro algo, ¿Juli es o no tu novio?- vaya, esa pregunta me tomó desprevenida, es más, ni yo lo sabía con exactitud, al parecer creo que aún no éramos nada.
-no es mi novio, es que, es complicado- Paula me miró con el ceño fruncido, se puso sus manos en las caderas y se quedó pensativa.
-no le veo lo complicado, tu y él se quieren, eso es todo lo que se necesita para ser una pareja- si mi querida amiga se pusiera en mis zapatos, me comprendería, es obvio que no es tan simple, sabiendo que mi papá moriría de un infarto si se entera, Sabri aún me preocupa, y yo no he tenido el valor de decirle a Juli sobre mi pasado completo.
-no es tan simple- miré el reloj de mi mesita de noche, eran apenas las 19:30 los chicos llegarían por nosotras en una hora, tiempo suficiente para contarle a Paula mi situación.
-algún día todos se van a enterar, por una u otra razón, así que es mejor que comience a hablar sobre ello, ven, siéntate- Pau se sentó junto a mí en el sofá de mi habitación, ella seguía sin entender nada y yo muerta de nervios no sabía cómo comenzar la historia de mi vida.
-soy... anoréxica- si, lo solté así sin ningún tipo de anestesia, pero no había otra forma de confesarlo, era esto o nada.
-pero... ¿estás bien?, o, ¿necesitas ayuda?, porque si es asi yo...- abracé a Paula que se encontraba en estado de shock.
-no te preocupes Pau, ya estoy rehabilitándome, desde hace como seis meses, aparte de mi familia, y Sabri, tu eres la única de las chicas que lo sabe-
-¿por eso es complicado?, ¿Por qué no quieres decírselo a Julian?- la miré asintiendo con la cabeza.
-no es que no quiera, en realidad si quiero contarle, pero no sé cómo- mi amiga me volvió a abrazar.
-él entenderá, así como yo, no sé porque lo hiciste, pero no te juzgo, solo te admiro porque saliste de eso-
-planeo decírselo hoy- ella dejó de abrazarme, la puerta sonó, era Mateo.
-Ori, papá dice que bajes, quiere hablar contigo- dijo mi pequeño hermanito, yo asentí, Paula me miró comprensivamente.
-luego seguimos charlando- yo asentí y segui a mi hermanito, ambos bajamos las escaleras, papá estaba en su estudio viendo unos papeles.
- ¿querías hablar conmigo?- pregunté con medio cuerpo dentro del estudio, papá con una seña me dijo que pasara, cerré la puerta detrás de mí.
-la verdad si, ¿saldrás de nuevo?- yo asentí.
-si, con, Eliseo, Paula y... Julian- papá me miró en forma desaprobatoria.
-¿tu y Julian son algo verdad?- aquí vamos de nuevo.
-sí, supongo, pero no veo porque te enojas- mi padre dejó los papeles que tomaba con las manos en el escritorio, se levantó y camino de un lugar a otro como si fuera un león enjaulado.
