Capitulo 23

1.5K 41 0
                                    

Narra Julian:

-no te preocupes Juli, ella estará bien- dijo Agus subiéndose a su coche.

-si sabes algo de ella llámame por favor- el asintió y se fue, Peter ya había salido de mi casa desde hace mucho, Jessica lo llamó y el acudió inmediatamente.

-tal vez si voy a su casa...- me dije a mi mismo, entonces sin mucho que pensar, conduje hasta su casa, ahí afuera estaban los padres de Oriana.

-¡con toda la razón del mundo se fue!, sabía que no era buena idea dejarla ir contigo, solo la lastimas, esto no le hace bien a su tratamiento- ¿escuché bien?, Ova dijo tratamiento si, Ori ¿estaba enferma?

-yo sé que no soy una buena madre, pero la amo, me muero si le pasa algo a mi niña, me muero- dijo la madre de Oriana llorando desconsoladamente, yo me acerqué a los dos un tanto avergonzado por escuchar conversaciones ajenas.

-Julian... ¿Qué haces aquí?- la señora me examino unos segundos, yo le ofrecí mi mano.

-Julian Serrano- ella dudó en tomarla pero de todos modos lo hizo, toda ella temblaba.

-Catherine Fulop, tu ¿eres el novio de mi hija?- ¿ella le habrá dicho que éramos novios?

-no, solo, soy su amigo, me quedé preocupado por su llamada- le dije a Ova.

-perdón por preocuparte Juli, pero Oriana ayer se fue del hotel en parís y hasta ahora no ha regresado, ni contesta las llamadas, no sabemos dónde esté- mi corazón se estrujó, ella no podía andar sola por la calle, menos de noche, ¿Y si algo le pasó?, tengo que encontrarla.

-¡Ova!, el doctor esta al teléfono- dijo Anne quien era seguida por Sabrina, ambas tenían la misma cara de preocupación que todos.

-¿hola?, si... ¿de verdad?, claro que si, su madre está conmigo, vamos para allá- el colgó y le entregó el teléfono a Anne.

-¿Qué pasa?- preguntó Catherine.

-ella se encuentra en el consultorio del doctor que la esta tratando-

-entonces vamos hacia allá- los dos corrieron hasta el auto de Osvaldo y se fueron, no entiendo nada, ¿Qué rayos pasa?

Narra Oriana:

-lo siento- le susurré al doctor, él me regaló una sonrisa de medio lado.

-¿Por qué?, ¿por destrozar mi oficina?, no importa, otros pacientes lo han dejado peor, ven aquí, Lucy te curará la mano- no me levanté, no quería hacerlo, me sentía débil.

-estoy bien- le dije en voz baja con la mirada perdida al frente.

-no no lo estás, llevas tres horas y media llorando desconsoladamente, eso no es de alguien que está bien- se sentó enseguida de mí y pasó un brazo por mis hombros.

-me quiero morir, me quiero morir- dije otra vez rompiendo en llanto y con un nudo en la garganta, cada vez que repetía "me quiero morir", se me iba la voz.

-no digas eso, nada puede ser lo suficientemente malo como para querer morir, NADA, la vida es lo más hermoso que dios nos da- si claro, eso lo dice él porque no vive lo que yo estoy pasando.

-tu vida será genial, pero la mía es una mierda, mi madre no me quiere, se avergüenza de mí, porque soy gorda y fea, y Julian...el se burló de mí todo este tiempo, él y Sabrina son novios a mis espaldas, me dijiste que confiara, pero soy muy tonta, e ingenua y...- el doctor tapó mi boca.

-deja de menospreciarte, la mente es muy poderosa, y si te repites lo mismo una y otra vez terminaras por creértelo, tú no eres gorda ni fea, tampoco eres tonta, y tu madre no se avergüenza de ti...-

"De un extremo a otro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora