Narra Julian:
No sé qué me pasa, estoy algo cabizbajo, no tengo animo, ni si quiera es por la pregunta sobre Sabrina, es por ella, por Oriana, me dejó pensando, y ni si quiera fue su intención, a lo que me refiero, es que hasta ahora, yo ni si quiera me había planteado que en estos últimos días o más bien semanas, no estuve pensando mucho en Sabrina y en mi sufrimiento, el papel de mártir que llevaba desempeñando durante todos estos meses que Sabrina me dejó, lo había cambiado por un nuevo Julian, uno que ni si quiera se acerca a ser perfecto como Nico, pero que tampoco me desagrada, tal vez no soy tan malo, tal vez nunca lo fui, solo necesitaba dejar de ser tan mujeriego, tan necesitado de estar con una chica a cada rato, ahora que lo pienso de nuevo, con la única chica con la que he estado es con Oriana, no puedo estar un día sin verla, me gusta hacerla enojar, que me pegue, que me grite y que luego me pida perdón por portarse mal, que me lea poemas cursis que en realidad muy en el fondo me encantan, amo su sonrisa escondida para mí, estoy ahora acostumbrado a estudiar con ella, a hacerme el tonto en alguna materia para que ella se acerque más a mí y me explique, adoro esa forma tan peculiar que tiene ella al comer, como eso de comerse el postre primero, lo cual, se me ha hecho costumbre a mi también,hay algo en ella que me gusta, algo que hace que sea la única con la que quiera estar todos los días.
-no puede ser- me recargue en mi auto, me lleve una mano al pecho, justo donde estaba mi acelerado corazón, él cual se ponía así cada vez que pensaba en ella, ¿Por qué de todas las chicas de la faz de la tierra ella me tiene que estar gustando?, es feminista a morir, odiosa, bipolar, rara, y enojona, tiene un carácter de los mil demonios y somos polos opuestos, no nos veo un futuro juntos, aunque la señora del autobús y el librero nos han confundido como pareja...aggh ella vino a Londres a echar lo que quedaba de mi tranquilidad mental a la basura, probablemente me vuelva loco como vang gogh y corte mi oreja, o no lo sé, solo sé que tengo un cuaderno repleto de poemas estúpidos que aunque no me guste admitir en voz alta, tratan sobre ella, toda ella.
-Julian- dios santo, se me va a salir el corazón, gire a ver quién era el que me había espantado de esa manera, mi buen amigo Agus, mi paño de lagrimas, creo que hoy necesito una terapia psicológica con él.
-casi me matas de un susto Bernasconi- Agus soltó una carcajada que le hice tragarse con un puñetazo "de amistad" en el estomago.
-oye, me agarraste desprevenido, ¿no tienes clase?- ambos caminamos al patio trasero y nos sentamos debajo del gran roble, ese árbol era la historia de la escuela resumida en su tronco, tenía nombres tallados con navaja alrededor de él, donde la mayoría de los comentarios eran bonitos.
-sí, me toca matemáticas, pero no estoy de ánimos y he decidido saltármela- Agus negó con una sonrisa, miro el roble y se quedó con cara de bobo tocando una parte del tronco, fije mi vista en lo que el acariciaba con adoración, era nada más y nada menos que la frase "Agus+Jenny", por dios, hemos perdido a Agustín.
-no puedo creerlo, Agus enamorado, ¿Quién lo diría?- Agus río conmigo, el me regreso el puñetazo de amistad de hace rato en mi brazo.
-ahora entiendo tu cara de cuando regresabas de ver a Sabrina, aunque todavía la tienes, pero no estoy tan seguro que sea por ella- mis músculos se tensaron, odio que Agus sepa tanto sobre mí, incluso creo que me conoce mejor que yo mismo, estoy pensando en conseguirle una beca en oxford para que se vaya a estudiar psicología, le iría muy bien.
-vamos, dilo, se que te mueres por restregármelo en la cara- Agus aplaudió mientras dejaba salir la risa que llevaba conteniendo de hace unos minutos.
-no quería decírtelo pero, se nota a cien kilómetros que te mueres por Ori, espero esto no traiga problemas en el grupo, ya ves que a Peter también le gusta- es verdad, había olvidado ese "pequeño" detallito, uno de mis mejores amigos enamorado de la chica que posiblemente me gusta.
