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El tío de Dakota abre las puertas del departamento y quedo encantada con lo que veo al instante

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El tío de Dakota abre las puertas del departamento y quedo encantada con lo que veo al instante.

Es hermoso, todo él, lleno de luz natural, ventanales preciosos, ladrillo rojizo, parqué en el suelo... Me gusta.

—¡Es precioso! –chillo emocionada mientras veo las lámparas en el techo.

Moderno, fresco, tamaño razonable, es perfecto.

Dakota mira fascinada el mármol de la isla de la cocina.

—Au... —dice sorprendida.

Dakota y yo nos paseamos por las habitaciones, lavandería, baño y cocina, observando y admirando cada detalle.

—Definitivamente será nuestro –dice girándose a su tío.

—Pueden mudarse cuando deseen, el primer depósito se hace el miércoles –dice entregándonos las llaves—. Les doy las llaves ahora porque son ustedes, si fuesen extrañas no lo haría –aclara.

Sonrío como niña a la que le dan dulces al tener las llaves en mis manos.

Dakota chilla y abraza a su tío.

—Prometo no destruir nada –dice solemne.

—No lo harías de todas formas –dice él—, y si lo haces te cobraré más.

Salimos del departamento discutiendo la fecha de mudanza, y quedamos en empezar desde el martes por la tarde. En medio de la discusión, Dakota me echa en cara mi media hora de retraso y eso le recuerda a mi dichoso encuentro. No tarda en bombardearme con preguntas.

—Qué idiota –gruñe—. Si no tenía nada importante qué decir no tenía ni porqué acercarse.

—Lo sé, es ridículo –digo llamando al ascensor.

—Suerte que Tom andaba por ahí... —dice.

—Sin él, hubiese muerto –digo resoplando.

—Mmm... —dice en un tono que me hace pensar que insinúa algo más.

—¿Qué? –pregunto al verla con esa mirada de madre a la que no puedes mentirle.

—¿Dónde estuviste anoche durante la fiesta? –pregunta.

—En la fiesta –digo obvia—, con Jake.

—No mientas –dice cruzándose de brazos.

—Enserio, estuve toda la noche ahí –porfío.

—Vi a Jake con su grupo de amigos toda la noche, no estabas en ningún lado, incluso fui donde Chris para ver si estabas por ahí, pero me di con la sorpresa de que tú, pequeña mentirosilla te habías fugado con Tom –dice picarona.

Pongo los ojos en blanco.

Eso quería evitar al contarles de lo de anoche.

—No pasó nada –digo.

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