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Después de la cena en A las dos en punto Josh y yo nos encontramos en el estacionamiento con mis amigos

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Después de la cena en A las dos en punto Josh y yo nos encontramos en el estacionamiento con mis amigos. Aproveché la situación para presentarles a Josh, los chicos lo invitan a tomar unos tragos con ellos.

—Oh, no, iremos a almorzar a mi departamento, prepararemos ensalada —les digo.

Chris levanta una ceja y Tom se atora con el agua que estaba tomando. Por supuesto ellos no saben que Josh es gay, por lo que sus reacciones se me hacen graciosas.

—¿Van a almorzar juntos? —pregunta Tom levantando ambas cejas y esbozando una sonrisa que me espanta.

—Sí, acordamos en la mañana —respondo.

—¿Después de que tú y yo desayunamos? —pregunta ganándose una mirada extrañada por parte de Sam, Chris y Connor.

—Sí, después de que tú y yo desayunamos—respondo.

—Parece que prefieres la ensalada de pollo en vez de los caramelos de miel —dice encogiéndose de hombros, luciendo cómicamente ofendido.

—No dije que sería ensalada de pollo —digo.

—Tom, párale a tus celos —dice Connor riendo.

¿Tom celoso de mi almuerzo con Josh?

—No estoy celoso —dice restándole importancia.

—Debo irme —murmuro.

—Sí, no los retenemos más —dice Chris—, espero que disfruten su almuerzo.

Le sonrío a Josh.

—Por supuesto que lo haremos —digo.

Josh desactiva la alarma de su auto, nos despedimos de los chicos y subimos a su auto.

Al llegar al departamento nos encontramos con Dakota arrastrando sus maletas por la sala.

—Me abandonaste —me quejo.

—Pensé que tendrías resaca y te quedarías a dormir hoy —dice encogiéndose de hombros.

—¿Ya te vas? —pregunto desilusionada.

—Vuelvo el lunes —dice sonriéndome dulcemente—. Hola, extraño.

—Él es Josh, la conquista fallida —digo.

—El gay —repone Josh extendiendo su mano hacia Dakota.

—Un gusto, Dakota —dice ella sonriendo.

—Cocinaremos —digo— ¿No te quedas?

—No, mi vuelo sale en una hora —dice con expresión triste—, pero diviértanse, yo ya me voy.

Abrazo a Dakota y le digo que la voy a extrañar mucho estos días.

—Mañana ya es sábado, regreso el lunes, pero teniendo en cuenta que mañana hay fiesta en la fraternidad, quiero que tengas esto y le des un buen uso —dice sacando de su bolso una caja de condones con un lazo de regalo.

Celebro de mala gana.

—¡Wu! ¡Condones! —digo—, los inflaré todos como globos y los pondré en mi habitación...

—No son para eso, tonta —dice—, quiero que les des uso, en otras palabras, quiero que terminen en el pito de alguien que te haga feliz.

—Para cuando pueda usarlos estarán vencidos—digo poniéndolos sobre la barra.

—Ya veremos —dice—, bueno, ahora sí me voy, diviértanse, fue bueno conocerte Josh.

Dakota sale del departamento y Josh comienza a reír.

—Tu amiga sí que es intensa —dice.

—Lo sé —respondo.

—Bueno, tenías una historia muy larga qué contarme —dice sentándose en la barra.

Voy hacia el refri y comienzo a sacar todo lo necesario para una buena ensalada.

—Cierto —murmuro.

Mientras preparamos la ensalada le voy contando a Josh todo lo sucedido en mi vida a lo largo de estos dos meses. Voy desde el fin de mi compromiso hasta cómo terminé aplicando el plan de Dakota en mi vida.

Me encuentro muy cómoda hablando con Josh, de alguna manera siento que lo conozco desde hacía mucho y que puedo confiar plenamente en él.

Me sorprende la clase de personas que puedes conocer tan solo atreviéndote a salir de tu zona de confort. Si no hubiese tomado valor para hablarle cuando era un extraño, no estaría aquí con él, sintiendo que se volverá uno de mis mejores amigos.

Preparamos una ensalada de albahaca con queso mozzarella y preparamos un poco de té helado.

Comimos en el pequeño comedor, cuchicheando sobre chismes de la universidad. Josh no era afeminado, como le dirían mis amigos, a simple vista no parecía gay y de hecho, creo que darse cuenta de que es gay es tarea difícil.

—Un buen porcentaje de la universidad, incluyéndome te envidiamos —afirma una vez que termino de contarle lo sucedido con Tom el otro día en casa de Sam.

—No me besó, solo estuvo a punto de hacerlo —replico.

—¿Querías que lo hiciera? —me pregunta con los ojos entrecerrados.

Lo pienso unos segundos, intentando recordar todo lo que sentí mientras se acercaba a mí, recordando qué sentí cuando acarició mi rostro y todo eso.

—Sí, quería que lo hiciera —admito llevándome un pedazo de mozzarella a la boca.

—¡Qué envidia, por Dios! —exclama— Le gustas al tipo por el que todas se mueren, y sin siquiera intentarlo... ¿Tienes idea de todo lo que ha hecho Jessie de mi facultad para llamar su atención?

—No, ni idea —digo.

—Okay, Jessie es amiga de Matt, quien ahora es amigo de Tom, y cada vez que coinciden en Lori's, en los pasillos o en algún almuerzo ella aplica sus maniobras de zorra.

—¿Maniobras de zorra? —pregunto riendo.

—Se jala la camiseta para que sobresalten sus chichis —dice poniendo los ojos en blanco—, también la he visto agacharse con el mero propósito de que le vea el cuerpo, le toquetea el pecho y los brazos...

Frunzo el ceño, imaginándomelo.

Me encuentro a mí misma sintiéndome un poco enojada.

—¿Y qué hace él? —pregunto.

Josh ríe.

—Bájale a tus celos, ella es fea como el hambre —dice encogiéndose de hombros.

Teclea algo en su teléfono y en segundos me enseña una foto de la chica.

—Bueno, sí soy más linda que ella —digo encogiéndome de hombros—, a la mierda la modestia, las cosas como son, y no me vengas con el rollo de la belleza interior porque...

—No iba a refutar nada, Aria —dice riendo—, Jessica es lonchera de perro.

Me rio.

—Deberías ir a la fiesta de mañana conmigo —le digo—, sería divertido.

—¿La de fraternidad? —pregunta.

—Sí, van a ir mis amigos —comento.

—Está bien, me apunto —acepta— ¿Vengo a recogerte?

—Claro —respondo.

Josh se fue de mi departamento como a las cinco de la tarde, me quedé lavando los platos y recogiendo el desastre de mi habitación. Metí la ropa a la lavadora y cuando me quedé sin cosas para hacer me eché a dormir en el sofá.

EL PLAN SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora