En su último año de universidad, tras descubrir que su prometido le fue infiel y romper su compromiso, la estudiante de leyes Aria Ritt busca estabilidad en su vida, es entonces cuando su simpático grupo de amigas le tiende una mano, dispuestas a en...
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Estas personas no entienden de qué va mi carrera, ni siquiera les interesa entender. Ellos solo saben y entienden que la palabra becario proviene del latín y significa en su máxima expresión: ESCLAVO.
Tomo la bandeja con los diez vasos de café y me paseo por la oficina repartiendo los vasos de escritorio en escritorio como si yo fuese parte de Starbucks.
Toco la puerta del despacho del señor Cooper.
—Adelante.
Empujo la puerta con un pie y entro extendiendo el vaso de café hacia mi profesor.
El viejo me responde con una sonrisa.
—Muchas gracias, me has leído la mente —dice tomando un sorbo.
—Sí, venía dejarle el café y de paso a pasarle estos documentos sobre el caso de la señora Baraff —con miedo saco los folios de mi bolso y los dejo sobre su escritorio.
Él los toma y les da una revisada superficial.
—¿Cómo está eso de que estás convencida de que el testimonio de Liam Mcgarden puede probar que Melanie no es la culpable? —pregunta acomodándose en la silla.
—Amm... bueno, resulta que me he puesto a leer mucho sobre el caso, he revisado cada testimonio, cada conversación, todo lo que he estado a mi alcance, he vuelto a programar citas con Melanie Baraff, ella me ha contado una y otra vez su versión de los hechos y me parece que ella no estaba en casa en el momento en el que disparo sucedió... y no sé... solo digo que si conseguimos que Liam quiera hablar con nosotros...
—Liam quedó descartado, Aria, no veo razones para...
—Pero creo que tengo razón en esto —digo—, sé que no he dicho muchas cosas coherentes últimamente, pero creo que esto enserio puede ser de vital importancia.
Él se queda en silencio por lo que me parecen varios segundos, veo en su mirada como debate en su fuero interno.
Sé que puedo hacer esto y creo que esta vez tengo razón. Necesito que confíe en mí.
—Jamás he dudado de tu capacidad, Ritt —dice—, ni una sola vez, incluso cuando decías cosas ridículas, te doy la oportunidad, pero primero debes probarme a mí que es como tú dices...
Chillo de la emoción.
—Prepara tu defensa, consigue el testimonio de Mcgarden, asegúrate que no vaya a atreverse a darnos la espalda, hay que tenerlo de nuestro lado. Confío en ti, ve a terminar tu trabajo, dile a Daniel que suba.
—Muchas gracias, señor —sonrío ampliamente, siendo consciente de lo psicópata que debo verme de esta manera.
Prepárate Liam Mcgarden, porque vas a ponerme una orden de restricción después de esto.
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Dakota pone cara de asco a penas le enseño el vestido.
—Bien, ya entendí, eso es un no —digo dejando la prenda en su lugar.
