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Los edificios de ladrillo rojizo se ciernen sobre nosotros, y la suave capa de nieve va cubriendo de a pocos el suelo

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Los edificios de ladrillo rojizo se ciernen sobre nosotros, y la suave capa de nieve va cubriendo de a pocos el suelo. La WSU se congela de a pocos y temo quedarme convertida en estatuilla de hielo aquí.

—Juro que moriré congelado si no llegamos a ese edificio —se queja Josh con el vaho escapando entre sus labios.

No había visto a mi amigo en días, la escuela de medicina lo tiene realmente atareado. Bajo sus ojos cafés yacen unas bolsas moradas y sus rulos están despeinados de manera despreocupada. Incluso así de demacrado mi amigo sigue siendo guapo. Sonrío.

—Deja de mirarme así, Aria, empiezo a pensar que estás enamorada de mí —dice riendo.

—El único enamorado aquí creo que es Tom —le digo—, casi me da un infarto, por un momento pensé que estaba admitiendo estar enamorado de mí.

—Es que lo está, Aria —dice él—. Tom Witt está enamorado de ti y creo que es estúpido que te niegues a verlo.

—Casi le digo que lo amo —murmuro aterrorizada.

Aquellas palabras se me quedaron atascadas en la garganta un sinnúmero de veces a lo largo de estos días. Sí, siempre he sentido cosas por Tom, pero el que los te amo broten de mi de manera tan natural es aterrador. Desde ese fin de semana en casa de mis padres no he dejado de darle vueltas a sus palabras y a todo. Una parte de mi desea correr y gritarle lo que siente y la otra parte me exige silencio y repensar las cosas.

Tom me hace bien y hasta ahora no ha hecho nada más que darme felicidad y creo que es esa la razón por la que no quiero correr, no quiero hacer nada que pueda alejarlo de mí, y eso incluye decirle que lo amo. Él me quiere, pero si yo le digo que lo amo es probable que se asuste y huya.

—Él también te ama —dice Josh—, y sé qué tan asustada estás pero debes arriesgarte y decirle, antes de que las cosas se compliquen cada vez más.

—¿Compliquen? —digo captando su mirada.

Los ojos de Josh destellan ira en cuanto mi mirada choca con la suya y por primera vez siento miedo de las acciones del que hasta hace unos segundos era un tierno Josh Schwimmer.

—Espero que lo que me dijo Rosalie sea una mentira —advierte con mirada severa.

—¿De qué hablas? —cuestiono intentando aparentar que no sé de qué me habla.

—Aria Ritt, más te vale que sea una broma cruel...

Aparto la mirada.

—¡Era inevitable! —exclamo intentando apaciguar su ira— Trabajamos juntos ahora y la verdad creo que si más seguido lo veo más rápido me será deshacerme de todo tipo de sentimiento.

Sus ojos centellean de ira pura y me empuja hacia una pequeña montonera de nieve. Trastabillo y caigo sobre el frío manto de nieve.

—¡Recapacita! —exclama.

Me dedico a mirarlo desde aquí abajo, mientras mi trasero se congela. Me merezco esto.

—¿Tom lo sabe? —pregunta.

—Por supuesto que no —le digo.

Josh me extiende una mano ayudándome a levantarme. La mirada de desaprobación sigue presente en su rostro.

—Se va a enterar —advierte con expresión preocupada—, y el resultado no será bueno... los rumores corren rápido por aquí y que Rosalie te haya visto solo nos asegura de que correrán más rápido.

Me encojo en mi sitio bajo la mirada de Josh.

Demonios... tiene toda la razón del mundo, pero no hay manera de decirle esto a Tom sin arruinar algo, es más que evidente que se decepcionará de mí y se enfadará por haberle mentido. Después de todo el drama, el que yo salga con Roy a sus espaldas es como clavarle un cuchillo en la espalda.

Debo detener esto.

—Haré que pare —aseguro—, y le contaré a Tom.

Cambiamos de rumbo. Josh no me dice nada, me deja sola con mis pensamientos, y se lo agradezco.

Debo pensar en cómo decírselo a Tom, en cómo decirle lo de Roy y en cómo decirle que mi jefe intentó besarme. Cuando encuentre una manera de decirle todo eso... solo me quedará rezar para que no mutile a ambos hombres después de eso.

Comienzo a sentirme culpable por todo este asunto entre Roy y yo, sé que salir a comer con él y hablarnos en el trabajo está mal, es como echar todos mis planes a la basura y eso incluye mi dignidad. Pero es que realmente no pretendo nada más que una limitada amistad. El sentimiento de culpabilidad es en su mayoría por Tom, me siento como una mentirosa (corrección: soy una mentirosa) por andar con Roy cuando estoy en algo con él, pero a la vez no debería porque no somos nada.

¿Qué rayos debo hacer?

Mientras entramos al Hillside Café intento imaginar en las posibles reacciones que podría llegar a tener Tom, y mientras más rienda suelta le doy a mi imaginación más miedo siento de tener que decirle la verdad.

Tom había estado mucho más relajado y tranquilo que al inicio, ya no había entrado en peleas con nadie, y no quería que por mis estupideces volviera a los pleitos. Seguía intimidando naturalmente a las personas, pero por lo menos era conocido por ser más amigable que violento.

El sol ya había salido para nuestro Hulk.

Ordeno un sándwich y algo caliente para tomar.

Josh revuelve su cabello intentando mantenerse despierto.

—Te di algo en lo que pensar ¿no es así? —dice.

—Sí —respondo—. No sé qué hacer...

La mirada de Josh se ablanda sobre la mía, toma mi mano por encima de la mesa y me sonríe comprensivo. Dejo que el toque y sonrisa de mi amigo me reconforten.

—Haz lo correcto —dice.

Le diré todo a Tom esta noche.

EL PLAN SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora