46

2.2K 165 38
                                    

Connor

Ser el mejor amigo no es fácil. Llenar ese gran espacio en el corazón de esa chica, cuidarla y amarla simplemente como una amiga es complicado.

Es imposible amar a Kelsey como una simple amiga.

Le apuro al trago y dejo el vaso en la mesa de centro en cuanto lo he dejado vacío.

No es que se me haya hecho costumbre esto de beber cada vez que se me cruza una botella, es más, bebo menos que hace dos meses.

Pero sin importar cuantas botellas me tome siempre tengo a la misma persona en la parte de atrás de mis pensamientos, como la raíz de cada idea y palabra que se expande en mi mente.

Niego con la cabeza frustrado, incapaz de levantarme del sofá y salir de aquí decidido a conseguir lo que deseo.

Tom pone los ojos en blanco y se deja caer sobre el sofá. Estamos en su departamento y todo está hecho un desastre.

Ni siquiera debo preguntar qué pasó porque otro ya me vino con el chisme.

Christian es peor que una vieja chismosa.

—Anda y dile, no seas marica —murmura tapando su rostro con una almohada.

—Ya me voy —digo levantándome y tomando mis cosas—. Báñate, limpia esto y ponte a trabajar.

—Tienes razón, no debo estar triste —dice recobrando compostura—, esto fue por su bien, debo estar feliz de que ella desea mejorar su corazón.

¿Mejorar su corazón?

—Dices tonterías, adiós, cuídate.

Chau bye.

Salgo del departamento de Tom sintiéndome agitado. Si sigo esperando al momento en el que me sienta seguro jamás diré nada y simplemente pasaré el resto de mis días observándola y limpiando las lágrimas que otro le ocasiona. Arreglando el desastre de alguien que no sabe cuánto ella vale.

Hago crujir mi cuello y apresuro el paso.

Es ahora o nunca.

Aquí va la declaración de amor.

No me importa nada más.

En cuanto llego al pequeño edificio donde vive Kelsey me quedo petrificado en la puerta, preguntándome por última vez si es lo correcto.

Me digo a mi mismo que es lo que debo hacer.

Yo la quiero y no quiero que le hagan daño, no quiero que pase su vida buscando a alguien que la ame y la venere cuando siempre ha tenido a ese alguien a su lado.

Entro y subo las escaleras tan rápido como puedo. Toco la puerta con el corazón en el pecho. Martilleando, una y otra vez, repiqueteando y aumentando su ritmo cada vez más.

El pestillo suena y la puerta se abre.

—Connor —me sonríe dulce— ¿Qué haces aquí? No te esperaba...

Me quedo en blanco.

Rayos.

Sonrío intentando tranquilizarme.

—Tengo que hablar contigo —digo.

—Pasa —dice ella haciéndome espacio.

Sus paredes sigue repletas de cuadros con nombres de diseñadores, todo está en blancos, grises y dorados. Rosas blancas y muchos libros.

Me distraigo con el entorno, calmando la ansiedad.

—Vamos, dime qué sucede...

—¿Recuerdas lo que pasó con Adam? —pregunto.

EL PLAN SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora