En su último año de universidad, tras descubrir que su prometido le fue infiel y romper su compromiso, la estudiante de leyes Aria Ritt busca estabilidad en su vida, es entonces cuando su simpático grupo de amigas le tiende una mano, dispuestas a en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El ambiente navideño comienza a sentirse alrededor de la ciudad, casi se puede respirar el aroma a chocolate caliente y galletas. Paseo mí vista por las calles de la ciudad que cada vez se llenan de más luces y adornos acordes a la fecha.
El transito es lento, así que calculo que llegaré a casa de mis padres en quince minutos más. Mi madre organizó un cálido almuerzo pre—navidad y una tarde entera para decorar la casa de los Ritt como se debe.
Mi madre si no entra a la competencia de casas del vecindario no es mi madre. Cada año cambia la decoración, y cada año es más difícil ganarle. He empezado a pensar que los vecinos hace tiempo se rindieron con ella y que mi madre lleva aproximadamente diez años compitiendo sola.
Mi hermano Stan regresó de su viaje a Groenlandia, pero no regresó solo, regresó con una chica y por lo visto la cosa de verdad va enserio. Mi madre, al escuchar la noticia de que volvía a casa con una chica, se fue de espaldas. Mi reacción no fue muy diferente que digamos, me sorprendió mucho escuchar que mi hermano traería a una chica a casa.
Reviso mi móvil el resto del camino, no he podido ver demasiado a Tom en estos días, con todo el trabajo, las horas de estudio, el caso de Gustav Baraff y los trabajos de la universidad todos nos hemos estado volviendo locos.
Le pago al taxista y bajo presurosa al ver a mi madre parada en el murillo del pórtico intentando colgar unas luces.
—¡Mamá! —exclamo al verla trastabillar.
Ella se baja del murillo riendo.
—¡Hasta que te dignas a aparecer, niña ingrata! —me riñe atrapándome entre sus delgados brazos.
Sus rubios cabellos caen sobre sus hombros.
—También te extrañé —digo besando sus mejillas.
—Vamos adentro, aquí ya hace mucho frío —dice tomando mi bolso—. Tu padre está en la sala con Stan y su novia.
—Su novia —repito.
Mamá eleva los ojos al cielo y suspira rendida.
—Se llama Gardine, es de Dinamarca y se conocieron en un evento benéfico —dice—, hasta ahora parece ser muy linda.
La sigo por lo largo del recibidor, guarda mi bolso y abrigo en el pequeño armario.
Mi papá se encuentra sentado en sofá más pequeño de la sala, al verme se levanta y viene a mi encuentro.
—¡Aria! —mi padre besa mi coronilla y me gira hacia Stan y la chica sentada junto a él.
Ambos se levantan de sus asientos para poder saludar. El rostro de mi hermano es adornado por una barba estilo Tony Stark, quiero reírme en su cara pero me contengo.
Gardine es delgada, alta y de piernas largas, su cabello es castaño claro de aspecto sedoso y brillante. Me sonríe enseñándome una dentadura blanca y perfecta. Revolotea sus enormes pestañas y se adelanta a la presentación de mi hermano.
