En su último año de universidad, tras descubrir que su prometido le fue infiel y romper su compromiso, la estudiante de leyes Aria Ritt busca estabilidad en su vida, es entonces cuando su simpático grupo de amigas le tiende una mano, dispuestas a en...
Usé Next To Me de Imagine Dragons a lo largo de todo el capítulo. Consideremos la canción como la canción oficial del libro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al llegar a mi departamento entro corriendo a mi habitación, Woods no me ha dejado de reventar el teléfono desde que salí de la corte.
Abro la libreta buscando con desespero la hoja en la que anoté el número del abogado. Sacudo la libreta sobre la cama a ver si cae algún papel y en efecto sucede. El papel doblado delicadamente tiene mi nombre escrito con lápiz.
—Te llamo en cinco minutos —digo tomando el papel entre mis manos.
—¿Qué? No —me gruñe a través de la línea—, necesito el número ahora.
Ojeo el papel sintiéndome extrañada, hasta que reconozco la letra. Es de Tom. Mi corazón se hunde dentro de mi pecho.
—Te llamaré en cinco, lo prometo —y sin esperar respuesta, doy la llamada por terminada.
Desdoblo el papel encontrándome con un texto algo largo.
"¿Qué hay si mi padre tiene razón? ¿Qué hay si tú eres la indicada? Quédate conmigo, no te vayas de mí lado. Quédate conmigo, necesito oír tu voz para sentirme en casa ¿Qué hay si sí existe un para siempre? ¿Qué hay si sí existe un cielo y tú eres un ángel? Si alguna vez piensas en irte, permíteme mirarte un minuto, cerrar los ojos, y guardar esa imagen para siempre como una fotografía en mi mente, congelada en el tiempo, conmigo por siempre. Si alguna vez piensas en irte, aún seguiré guardándote un lugar en la mesa, por si decides regresar ¿Qué hay si mi padre tiene razón? ¿Qué hay si sí existe un para siempre? ¿Qué hay si sí existe un cielo y tú eres un ángel? Quédate conmigo".
Llevo el papel hacia mi pecho, donde se encuentra mi corazón, ahuyentando las lágrimas que amenazan en escaparse de mis ojos. Él nunca había escrito algo así. Él dijo que jamás escribía nada para nadie, que era terrible en eso y que se había rendido en seguir intentándolo, no escribe cartas de amor, pero hizo una para mí.
Suspiro con pesadez y se me hace imposible negar que lo extraño más que nunca. No quise alejarlo de mí, pero era lo correcto, necesitaba sanarme y cuidarme. No he dejado de quererlo, y ciertamente dudo que alguna vez lo haga.
He hecho todo a mi alcance para curar mi corazón y reencontrarme conmigo misma y en lo que yo creía, y ahora que lo he hecho, ahora que todo lo que me he propuesto lo he conseguido, empiezo a sentir que aún falta algo, y sé qué es, sé quién es.
Yo lo dejé ir, y ahora yo misma iré a recuperarlo.
Tomo mis llaves y la pequeña hoja antes de salir disparada del departamento. Al salir del elevador corro por lo largo del lobby hacia la salida.
Silbo sonoramente llamando la atención de un taxi, me subo presurosa y le chillo la dirección del edificio de Tom.
Dentro del taxi, moviéndose a velocidad por el centro de la cuidad, preparo mentalmente mis palabras.
