Entonces, bésame

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¿Moder? ¿A que se refiere con eso? No entendía si era un sentido figurado para poder atreverme a ir y hacer aquello que desconozco o si de verdad quería morderme, literalmente.

—Dime a que te refieres con eso—Dije lo más segura posible pero podía notar mis nervios por muy dentro de mi

—A lo que dije. Te lo vuelvo a repetir ¿te dejarías morder?—Dije y tome un enorme respiro

—¿Por ti? Creo qué tal vez si, no me daría miedo ver de lo que eres capaz de hacer—Dije mientras seguía viéndolo fijo a los ojos, pero no me había dado cuenta que me había acorralado en la pared

—Nunca le digas eso a un escritor pequeña—Dijo. ¿Escritor? Jamás me había dicho que escribe, pero ignore eso. Luego tendré tiempo de hacerle mis preguntas

—¿Por qué lo dices?—Dije. Seguía mirándolo pero nuestra distancia era tan corta que apenas y teníamos espacio suficiente para respirar

—Porque todo puede pasar. No te imaginas de los miles de escenarios que tengo en la mente justo ahora—Dijo. Su voz ahora sonaba ronca y excitada. Estaba actuando de manera diferente, y eso me encantaba

Poco a poco me acerque a su oído y le susurré

—Dímelos todos—Esas palabras bastaron para que me tomara por la cintura y me levantara por los aires.

Enrolle las piernas en sus caderas. Camino menos de 3 metros de distancia donde me depositó en un sofá de cuero negro.

—Demonios Lauren. En esa posición te ves tan besable. No tienes ni idea de lo mucho que quiero hacerlo—Dijo y yo me sonroje. Jamás nadie me había dicho eso en la vida. Pero deje mi miedo atrás y me atreví a lanzarme al agua

—Entonces, bésame—Solo fue un solo Segundo el que tomó para sentir sus labios chocar con los míos.

Demonios, sabe demasiado bien. Mis manos se enroscaron en su cabello, el cual era tan sedoso y suave. Sentí como metía sus manos por mi blusa y tocaba los costados de mis caderas y de mi cintura. Esto era como lo había imaginado, o mucho mejor. Se había separado de mi, pero su respiración aún seguía muy agitada.

—Jamás había besado. Perdón si lo hice mal—Dijo y yo reí

—Yo tampoco, y no lo hiciste mal; creo que esté ha sido el mejor beso de toda mi vida y eso que fue el único—Dije y el rio junto conmigo—¿Quieres seguir contándome?—Dije algo provocadoramente

—Oh no, pequeña. Me harías descontrolarme aún más—Dijo y me subí a su regazo—No hagas eso, si sigues no controlaré las ganas que tengo de quitarte la ropa y hacerte mía en este lugar—Me daban vuelcos en el estómago con solo escuchar eso—No sabes lo mucho que me provocas. Quiero hacerte gemir, mientras beso tu cuello, bajo lentamente hasta quitar tu blusa, llegar hasta tu sostén y quitarlo de vista. Lamer y morder tu senos hasta bajar aún más, quitarte las prendas que quedan y meter mis labios entre tus piernas—Todo esto ya me estaba haciendo gemir y haciéndome sentir deseada. Este hombre sabía llegar hasta lo más profundo de mi—Poder entrar en ti mientras tus sutiles gemidos llenan la sala mientras aprieto tus hermosos pechos—Dijo. Jamás me lo esperaba de él.

Yo jamás pensé que llegaría a ser el deseo de un hombre y mucho menos el de uno como Andrew. Pero a la vez me alagaba bastante. Deja el miedo Lauren, y disfruta

—¿Quien dijo que quiero que te controles?—Dije Tan despacio en su oído—Si quieres hacerlo, hazlo. Te doy permiso de que me hagas tuya—Volvió a tumbarme en el sofá y empezó a besar mis labios de nuevo.

Se movían inexpertos porque jamás había besado pero no me importa. Quiero ayudarlo para que pueda aprender a besar. Empezó a elevar mi blusa y dejo ver mi sostén color celeste. Al cual, parece haberle gustado bastante.

—Oh Dios. Tus senos son enormes, además, con ese tipo de lencería, pienso que mi miembro está a punto de explotar—Y si. Puedo ver cómo está tan erguido que no puede negar lo excitado que está.

Sus labios bajan a mi cuello, el cual lame y hace que suelte gemidos pequeños los cuales no pienso disimular. Quiero que vea lo mucho que me gusta que me haga esto. Baja por mi pecho y antes de llegar a mis senos, el sonido de un teléfono nos interrumpe. Demonios, es el mío.

—Deja ver quien es—Dije mientras el se levantaba para poder dejarme el camino libre. Al ver el nombre en pantalla, mi corazón se heló

—¿Qué pasó madre?—Dije tratando de disimular mis nervios.

—Lauren, acabo de llegar a casa junto con Billy. ¿A qué hora vas a llegar?—Dijo.

Demonios, capaz la junta ya ha terminado y yo sigo aquí

—Ya voy para allá—Dije y colgué—Perdóname Andrew, pero mi madre me está esperando. Debo irme—Dije mientras me ponía de nuevo la blusa y me la arreglaba para que no se notara nada raro

—Te llevó—Asentí.

No me queda de otra de hecho. No tengo dinero para taxis o autobuses, y si lo tuviera, no se que ruta tomar.

—Vivo en Lake Street 4920. Si quieres puedes dejarme dos casas antes de la mía para que no se vea nada sospechoso—Dije y sonrió. Y de verdad su sonrisa era maravillosa

—Creo que ya se verá sospechoso desde un principio—Simplemente reí.

Recogí mis cosas y nos dirigimos a su auto. El camino fue silencioso pero ahora la tensión había desaparecido.

—Jamás pensé que esto pasaría. Yo jamás pensé que de verdad te atraía. Te juro hubiera apostado todas las libras que he tenido ahorradas que tú nunca sentirías algo por mi—Dije sonriente y radiante

—Yo tampoco hubiera creído que me sintiera atraído hacia ti. Pero desde la fiesta me di cuenta de que causabas algo en mi que jamás lo había sentido nunca—Dijo y me sonrió. Tomó mi mano y la acarició—Tú forma de ser, tu personalidad, todo me hizo sentir un tipo de adicción a ti. Y me alegro bastante cuando me correspondiste—Beso mi mano. Un vuelco en mi estómago se hizo presente y me hizo sonreír

—Cuando te vi haciendo lo que nadie hubiera hecho conmigo, me dije a mi misma que era la oportunidad de demostrar de lo que soy capaz. Una nueva yo salió de mi—Río y ahora su mano se posó en mi pierna y me acariciaba lentamente

—Lo noté. Y me gusta esa faceta tuya—Habíamos llegado a la calle. Exactamente dos casas antes de la mía—Bueno pequeña, te veré mañana—

—Adiós Andrew—Iba a abrir el auto cuando me sostuvo la mano

—¿No me vas a dar un beso de despedida?—Tenia una ceja arqueada y una sonrisa pícara. Solamente reí al ver su expresión

—No seas ridículo. Me tengo que ir—Dije pero el me impidió que bajara. Sostenía mi mano con fuerza pero no me lastimaba

—Al menos uno pequeño—Hizo un puchero y no me resistí y le di un pequeño en los labios.

Me separé pero el me agarró por la cintura y me besó profundamente. Sus labios de movían un poco, así que tuve que llevar yo el ritmo. Sostenía mi rostro entre sus manos mientras las mías viajaban a su hermoso cabello. Sentí como tiro de mi labio inferior con sus dientes. Y de verdad me gusto aunque doliera un poco.

—Hasta mañana—Dije y ahora si me dejo ir.

Camine hasta la casa y toque el timbre esperando a que contestaran

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