Verdades Pt. 2

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—Se lo que sienten. Con respecto a la muerte. Yo también, pensé que me iría en ese preciso momento. En ese mismo lugar—Dijo Santiago

—¿A qué te refieres?—Dije sorprendida

—Que se lo que es ver la muerte desde otro ángulo, porque yo fui la muerte en vida propia. Un alma en pena—¿Lo estará sacando de algún cuanto de hadas?—No, no lo estoy sacando de ningún cuento de hadas—Dice al ver mi expresión de confusión. Creo que hable en voz alta y no me di cuenta—Tenía 20 años cuando eso pasó. Estábamos en el coche. La noche estaba muy oscura y no podíamos ver con claridad. No se qué pasó que un carro se atravesó por el camino y quisimos doblar pero el auto perdió el equilibrio y se volcó. De repente, me desperté. Pero sentí que algo me faltaba, como si estuviera fuera de si. Y no fue hasta que vi mi cuerpo tirado en la acera, inmóvil, incapaz de moverme o de abrir los ojos cuando me di cuenta que me convertí en un alma en pena. Las películas lo romantizan bastante y además le hacen creer a la gente que quizá eso es falso. Pero no lo es, se lo que se sintió. Fue triste, desgarrador. Sentí que jamás iba a salir de esa. Eso pasó cuando tenía 17 y mi novia de ese entonces ya tenía varios meses con mi hijo en su vientre. Y quería reaccionar, quería hacer lo que sea para que mi cuerpo se moviera de nuevo. Y cuanto empezaron la reanimación con electroshock, no reaccione. Empecé a llorar de la desesperación, hasta que por fin pude sentir algo en el pecho. Pero dure 3 meses en coma. Mi familia y mi novia sufrió. Quería despertar, pero sentía que me moría, que ya no podía salir de ese agujero. Y bueno, llegue a ver esa luz de la que nos hablan cuando presciencias la muerte. Pero bueno—Se trató de limpiar las pocas lágrimas que había derramado—Logre salir del coma pero la vida no fue lo mismo para mi. Tuve que ir a terapia después de eso para olvidar lo que viví. Pero esas cosas no se olvidan—Le tomo un sorbo a una de las botellas que estaban abiertas—Y mas cuando me entere días después que el conductor del auto. El cual era de mis mejores amigos, sufrió una hemorragia cerebral que lo dejo en coma, pero al final no logro ganar la batalla y falleció. Y lo peor es que no pude verlo antes de morir—Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas. La expresión de Harvey se tornó más dura y tenía ganas de llorar

—Entiendo perfecto Santiago. Te entiendo a ti y a los gemelos siameses—Dijo Harvey y me reí un poco por lo que dijo. A lo cual Jason y Emily rieron también un poco para salir de la tristeza

—No somos siameses. Ninguna de nuestras extremidades está entrelazada—Dijo Emily limpiándose las lágrimas pero ahora de risa

—Pues lo parecen porque jamás se despegan—Y todos reímos en voz baja—Pero yo también perdí a mi mejor amigo. Éramos amigos desde los 13 años. Inseparables. Estuve con el cuando me cause mi primer fractura en motocicleta y yo estuve con el cuando lo corto su primera novia. Son de las mejores experiencias que tengo con el—Se detuvo un momento para poder pasar saliva por su garganta. Se lo que viene después, y es la peor parte—Pero siempre hubo un problema. Sus problemas de drogadicción. Era un adicto a la cocaina. Y siempre le dije de los riesgos de sus excesos, de lo que le podía pasar. El me lo prometió, me prometió que se iba a mejorar. Y si, en lo que cabe de unos 3 meses estuvo en rehabilitación recuperándose. Había cambiado—Dijo y luego hizo una pausa como si quisiera parar un momento. Le está doliendo, lo puedo ver en sus ojos—Pero un día, se enteró de la peor de las noticias. Su madre había caído en estado vegetal. Le afectó demasiado la noticia que el volvió a tener una recaída en las drogas. Pero esta vez fue la peor, sufrió de una sobredosis Tan tremenda que tuvo una parálisis cerebral. Al final, después de 1 semana de que lo pusieran en coma murió. Y sentí tanta impotencia, ojalá hubiera hecho algo más grande y de mayor medida para ayudarlo—Me levante del asiento y me paré para abrazarlo.

—No fue tu culpa nada de esto. No fue tu culpa la causa de su muerte—Dije abrazándolo de la cintura

—Sí pequeña. Pero ojalá que el me hubiera escuchado. Me hubiera encantado decirle todo lo que no pude decirle antes de ese día—Me separo—Pero se que el está cuidando a mi familia y a mi también—Dijo y lo volví abrazar. El abrazo fue correspondido. Sentí como alguien se ponía detrás mío.

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