Dejame en Paz

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Los últimos días no la he pasado bien. He de admitirlo. Creo que me he sentido mejor cuando estaba en los ensayos de la obra entre semana. Lo bueno es que Damien me ha ayudado mucho a sentirme mejor. La paso increíble con el y es una persona que de verdad me entiende. Tenemos más en común de lo que creímos y somos muy compatibles. Nos gusta la misma música, los dos somos artistas y además tenemos ideas similares de vida. De hecho me acompaño cuando se hizo otro tatuaje pero en el brazo izquierdo y fue divertido.

Jamás lo había visto sufrir de dolor y créanme sus caras fueron lo mejor. Me daban risa las veces que apretaba los dientes y apretaba mi mano con fuerza. Y aunque decia que no me riera lo seguía haciendo y me fulminaba con solo una mirada suya. Creo que las dos semanas que he llevado saliendo con el han sido de mucho aprendizaje. ¿Y si solo Madres fue un capricho para mí porque era mayor que yo y porque era muy misterioso?

Probablemente pero siento que puedo ser más libre con Damien que con Andrew porque Damien no me da tanto miedo como Andrew. Me sentía intimidada por el y capaz decía que todo lo que decía le pareciera imaduro. Con el no, soy mucho más suelta y libre. Además que no le molesta del todo mi risa. Mi risa es la combinación de todos los animales existentes en el planeta y dios, da pena ajena. Me río para mis adentros y el logra escucharme

—¿En qué piensas que te ries demasiado?—Dice mientras se acerca más a mí

—En nada. Simplemente me acordé de algo gracioso—Dije mientras volvía mi atención al cuaderno donde tenia la mitad de la letra de una de las canciones originales

—Si claro. Te acuerdas de algo gracioso mientras escribes una canción que trata de venganza—Damian toma mi cuaderno—Eso es algo que suena muy coherente ¿No crees?—Trato de quitárselo pero no me deja. Se aleja más

—Damelo Damien o voy a perder todas las ideas que tengo—Trato de arrebatarselo pero caigo encima de el y el choca contra el colchón de mi cama y nos empezamos a reír por eso

—Hablando de gente torpe. Tu sola te tropezaste—Dijo y yo abrí la boca

—Yo solo quiero mi cuaderno de vuelta y lo voy a tener de vuelta quieras o no—Volvi al ataque para recuperar mi cuaderno pero Damian me volteo y ahora yo quede debajo de el

Siento como se acerca lentamente a mi rostro. Siento su nariz chocar contra la mía hasta que llega a mis labios y me besa. Dios, me he dado cuenta que me gustan sus besos más de la cuenta. Y siempre ha dicho que le gustan muchisimo mis labios, tanto que se le antojan cada vez que los ve. Usa su lengua y aunque no se usar mucho la mía eso parece no molestarle. De hecho, creo que le gusta el que no tenga experiencia en nada de esto para que el pueda enseñarme. Se separa de mi y acaricia mi mejilla

—Te ves muy bonita cuando tus mejillas se ponen así de rojas ¿Lo sabes?—Asiento

—¿Cómo no quieres que me sonroje si a veces haces cosas que me ponen muy roja?—Digo mientras me lo quito de encima

—Tu a veces me provocas—Abro la boca para que vea lo sorprendida que estoy

—¿Ahora yo tengo la culpa? Creo que te estás yendo por otro lado, y déjame decirte que ahí no es—Dije mientras agarraba mi bolígrafo. Por fin le pude quitar el cuaderno

—¿Ah si? Pues ahora mismo me está provocando hacerte esto—Dice en el momento que me agarra a cosquillas desprevenida y me empiezo a reír con fuerza

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