¿Quién diría que esta es la mejor sensación del maldito universo? Esto no se compara por mucho a lo que sucedió en ese aula de clases. Esto es por mucho el mejor placer que me han dado hasta ahora. Y eso que al principio ha dolido un poco, pero después del dolor viene el placer. Como todo en esta vida. Estaba envuelta en las sábanas todavía desnuda. Y estás de pegaban a mi gracias al sudor que había emanado de mi hace poco gracias a lo mucho que habíamos "trabajado". Y no lo hicimos solo una vez, sino tres veces. Siento que ya no puedo más.
—Veo que todavía estás jadeante—Dice Andrew mientras toca mi mejilla
—Me dejaste agotada. No creo que pueda con otra ronda más—Y es cierto. Todavía no me recupero del todo. Ocupo un descanso, pero creo que Andrew todavía quiere continuar y más con la mirada que me pone—Ni lo sueñes Petkins. Mi cuerpo no resistirá—Dije mientras tapaba las montañas de mis pechos. Sabía que eso lo volvía loco
—Por cierto. Tengo un pequeño regalo que quiero darte—Veo que se dirige al armario y saca una caja de tamaño promedio. Lo veo sorprendida
—¿Así que tú planeaste todo esto? ¿Querías llevarme a la cama desde el principio entonces?—Lo digo con un dejo de sarcasmo y sorpresa
—Realmente quería darte el regalo a primera instancia. Pero me provocaste, pequeña gatita. Y créeme, fue lo mejor que pudo haberme pasado—Dijo mientras me daba una sonrisa fanfarrona. Me sonroje
—Andrew, que Pena. Pero no tengo un regalo para ti. Quería comprarte algo pero no me dio tiempo. Pero si me das tiempo....—Puso su dedo en mi boca. Ni me habían dado cuenta cuando se acercó a mi
—A veces habla demasiado niña—Le si un pequeño golpe en el hombro—No tienes porque regalarme nada. Con lo qué pasó hoy, me conformo—Y de nuevo el maldito color rojo vuelve a subir por mis mejillas—Feliz Navidad pequeña—Me decido por tomar la caja en mis manos. Era muy bonita. De color escarlata como mi falda
—Mas te vale que no le hayas puesto alguna bomba si no te aseguro que te ira mal—Sonrió y empezó a reirse.
Verlo reírse o sonreír es algo raro de él. Sabiendo todo lo que ha sufrido, no es de esperar que su vida esté llena de sufrimiento y no quiera ver lo bello de ella pero estoy segura de que yo haré que cambie su percepción de la vida. Jalo del pequeño moño hecho con tela y me dispongo a abrir la caja. Lo que encuentro me sorprende demasiado. Ni puedo creer que lo haya hecho. Que lo haya conseguido. Y aún mejor, que haya hecho este detalle para mi.
—Te has quedado sin habla ¿no?—Dijo mientras sentía su sonrisa en mi oído. Yo estoy sin hablar y creo que voy a llorar en algún punto u otro
—Es que no lo puedo creer. No puedo creer que los hayas conseguido—Dije agarrando uno de los bellos patines de hielo en mis manos. Eran hermosos. Eran color celeste con copos de hielo alrededor de ellos—Andrew, es el mejor regalo que alguien me pudo haber dado—Dije mientras lo abrazaba—Pero ¿como? No puedo entender como los conseguiste—
Le había contado a Andrew que me encantaba salir a patinar en pistas de hielo cuando era invierno. Desde pequeña patino, y me encanta hacer trucos en la pista. Lo hacía hasta hace dos meses cuando mis patines dejaron de servir cuando estaba en la pista y me caí. Estos patines los había visto en un mostrador en una tienda para cosas de hielo y cuando los vi me encantaron. El único problema era que costaban 600 libras y no tenía dinero en ese preciso momento. No se como los pudo conseguir pero son más hermosos de lo que recuerdo
—¿Te gusto tu regalo?—Dice mientras se pone detrás mío
—Andrew, me encanto. Muchísimas gracias—Dije mientras lo abrazaba como se debía—Es el mejor regalo que he recibido—Sentía que los lágrimas iban a caer de mis mejillas eventualmente—Te prometo darte algo. No quiero que pienses que me aprovecho de ti
—Para nada lo pienso. En serio pienso que eres una chica maravillosa —Dice y lo vuelvo a besar. Cuando me separó de él me pregunto lo que me tiene con duda desde hace tiempo
—Y sobre la escuela ¿Volverás a dar clases ahí? Digo con lo que ha estado pasando entre nosotros. Ya sabes, la gente sospecha y termina haciendo conclusiones—Dije mientras volteaba para otro lado. No me gusta tocar estos temas pero si no se tocan ahora nunca se hablaran
—No lo sé Lauren. El dinero que gano ahí es muy bueno pero tu también eres una chica maravillosa. El único problema fue que el destino nos encontró de esta manera por una pequeña casualidad. No es culpa de nadie que nuestras historias se hayan encontrado de esta manera—
—Mucho menos que nuestras vidas se encontraran de esta manera—Dije terminando su frase
—Mira Lauren. No quiero arruinar el momento con esta discusion—Quita la caja de regalo donde están los patines de mi regazo—Así que si me disculpas voy a disfrutar de tu preciosa piel solo para mi—Dijo mientras me volvía a recostar. Definitivamente esta noche no duermo y llegó muy tarde a casa. Además. ¿Pará qué pensar en el futuro cuando puedo vivir el presente?
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—Me gusta este. Se que lucirá bien en el—Dije viendo el reloj de cuero con detalles dorados leves que estaba en el mostrador
—Si te das cuenta del precio que tiene ¿verdad?—Rodé los ojos
—Obvio veo el precio Dove. No soy ciega—
—Pues siento a veces que estos lentes que usas están defectuosos—Dice quitandome los lentes de la cara y se los prueba. Después de dos segundos de ponérselos se los quita—Demonios Lauren, estas ciega—Dice y yo me empiezo a reir
—¿Y que esperabas? ¿Ver el futuro? Si te pones los lentes obvio no vas a ver. Tienes la vista de un halcón Dove a comparación mía—Dije mientras Dove me devolvía los lentes y me los ponía de nuevo. Gracias a Dios, ahora puedo ver al mundo
—Se que te gusta mucho Damien, pero ¿regalarle esto? ¿No crees que es un poco exagerado? ¿Y si llegan a terminar?—Si amigos, se que mentir está mal pero tenía que hacerlo
Dove no sabe que tengo una relacion con Andrew, que a la vez, era nuestro profesor y no se si nos vuelva a dar de nuevo y eso es lo que me temo. Si me vuelve a dar de nuevo clases estaría agradecida por ver su hermosa carita todos los días pero tendríamos que estar muy encubiertos para que no sea tan obvio. Los rumores en mi escuela corren rapido. Cómo el de la chica que envió sus fotos privadas y ahora toda su generación tenía esas fotos. Cautela ante todo, y un poco de mentiras. Aunque se que están mal en algún momento son necesarias porque sabemos que no toda la gente soportará la verdad.
—Dove. Damian y yo no somos novios. Nos gustamos pero no somos nada aún. Jamás me lo ha pedido. Este regalo será para el. Capaz se lo doy en día de San Valentin o algo asi—O cuando regresemos a clases como regalo de Navidad.
Si se lo preguntan, si tengo sentimientos por Damien, pero los sentimientos por Andrew son más fuertes y más después de esa noche. Y eso es algo que definitivamente no puedo evitar. Siento que nuestra relación ha avanzado a un nivel más grande que ya no solo somos amigos. Somos algo mas y yo lo siento dentro de mi
—Ay mujer. Pues no te confies. Si por algo no te lo pidio—Dice y ahora me toca a mí hacer la mirada rara
—Hey ¿Dónde está la Dove que me decía sal con el y hasta lo trajo a mi fiesta de cumpleaños?—
—Pues yo por un hombre no me gasto todos mis ahorros. Primero yo—Y ahora yo me reí ¿Que se metió Dove?—Pues es cierto mi amor. Claro, los detalles nunca están de más. Pero tampoco seamos exageradas
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Al final las vacaciones de invierno terminaron y regresamos a clases. Ya me dieron el horario de clases. Y lo que sospechaba de hizo realidad. Andrew es mi maestro nuevamente en otra clase de literatura. Dios, no se que depare el destino.
Llegaron las clases y por suerte la última clase la tenía con Andrew así que le podría dar el regalo sin ningún problema ya que no hay cámaras en los salones. Y al final, todos guardan sus cosas dentro de las mochilas y van dejando el aula. Yo me tardo un poco intencionalmente
Una vez hubieron todos dejado el salón, me acerco a el para darle un pequeño beso en la mejilla, pero su expresión distante y el que se haya alejado de mi tan precipitadamente fue lo que me extraño. Algo no va bien
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Destinos Encontrados
RomanceÉl era frío. Ella era cálida. Él era una persona ecuánime. Ella tenía muchos desequilibrios mentales. Él era reservado. Ella podía expresarse. Él era antipático. Ella era sociable. Él era un enorme amante de los libros. Ella era una enorme amante d...