Destinos Encontrados

Feliz Año Nuevo

-Espero no fallar con esta. A ver, recapitulemos-Me puse a pensar y nada se me venía a la mente-¿Es Moana?-Fue lo único que se me ocurrió

-No-Maldita Caroline. Sus preguntas son difíciles y de verdad quiero ese pastel de chocolate. No comi nada porque nos estábamos arreglando para año nuevo-Es Mérida, tonta-Debía suponerlo, pero en ese momento no se me ocurrió nad. Es demasiado lista

-Vas a mi casa todos los días, ves películas conmigo, has ido a todas mis fiestas de cumpleaños y no sabes cuál es mi princesa favorita-Me voltee al otro lado para mlt enwr que verla, como si estuviera haciendo un berrinche

-Yo no tengo la obligación de saber todos los detalles de tu vida de memoria. Ademas-Me voltee para verla, y la señale-Tu no sabes cual es mi princesa favorita

-Lo sé, porque se que no es una. Son dos-A ver, quiero ver si eso es cierto-Una no es princesa, si no reina. Y es Elsa, porque amas sus poderes de huelo-Es una... -Y la otra es Ariel, porque amas a las sirenas-Mierda, es demasiado inteligente-Oye, ahora que lo recuerdo, tu me debes algo-Me tomo de los hombros por detrás

-Yo no te debo nada-Dije quitándole los hombros de encima mío

-Si lo hiciste. Dijiste que si ganaba el juego me ayudarías a conseguir un pequeño pedazo de lo que quedó de la tarta de la tía Kacey-¿Por qué será que olvido todo lo que prometo en apuestas tontas? Ya lo sé. Porque siempre piensas que vas a ganar Lauren-Así que quiero mi pedazo de tarta o te juro que empezaré a gritar como niña de 5 años-No, por favor, sus gritos son la cosa más horrenda que puedo escuchar.

Se parecen a los gritos de la casa del horror a la que fui hace dos años atrás. Me dejó con pesadillas. Peores que las que tuve por soñar que una amiga se caía del balcón y moría. Agradecí a Dios verla en la escuela al día siguiente o hubiera terminado llorando en clase

-Esta bien-Suspiro, que más que suspiro parece más un reproche. Es que la gente me hace hacer tonterias-Pero te advierto que si me descubren, voy ate una bomba atómica y nadie podrá encontrar tus restos-Me levante del sofá color mostaza y me dirigí a la cocina con Caroline atrás de mi

Moví el biombo que separaba el pequeño pasillo que conducía desde la sala a la cocina de la misma cocina y por ahí pasamos las dos. Moví el biombo otra vez para que así, nada se viera sospechoso, y viendo desde la otra puerta, que daba a la estancia, donde ahi se encontraba casi toda la familia. Por suerte, la puerta estaba cerrada pero el hecho de que me atraparan, iba a causar que me cuelguen del cuello por una sola rebanada de tarta. Abrimos el refrigerador y al fondo estaba la famosa tarta. Quedaba solamente un poco porque en los últimos días nosotros como glotones nos hemos encargado de desaparecer la casi por completo. Estaba delicioso, no lo pueod negar.

La sacamos y abrí el contenedor donde quedaba lo poco de la tarta. Partí un pedazo algo pequeño para mi prima para que así se pueda comer la cena de Año Nuevo. Le pedí un plato y ella lo trajo y puse su pedazo ahí.

-No te atrevas a decir que te lo di-Dije seriamente

-Creeme, no sería capaz de hablar para poder disfrutar esta delicia-Dijo y oí cómo se abría la puerta

-Voy por tantito vino a la cocina. Seguimos hablando-Mi madre se volteo y nos vio a Caroline y a mi con cara sorprendida-¿Y ustedes dos que hacen aquí?-Mi cara palidecio, y se podía notar aún cuando tenía kilos de maquillaje en la cara.

Mi prima al ver la escena incomoda, solamente hizo lo siguiente. Agarro su plato ya con la tarta servida y lentamente se fue por el biombo donde se encontraba el pasillo y desaparecio dentro del cuarto donde dormía mi abuela. Por el derrame cerebral que mi abuelo sufrió cuando tenía 8 años, ahora duermen en habitaciones separadas. Pero bueno, la muy descarada me dejó aquí sola sin poderle mediar ni una sola palabra a mi mamá.