Descubierta

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—¡KAITLYN! ¡DEVUÉLVEME MI DIARIO!—Traté de quitarle el diario de las manos, pero es imposible. Es más alta que yo, y esta altura no me ayuda

Me subí encima de la silla para así poder obtener mi diario devuelta. Pero ella se movía muy rápido. Todos me veían pero no me importa. Quiero mi diario

—¡KAITLYN! ¡DEVUÉLVEMELO! ¡NO ESTOY JUGANDO!—Y en tanto fui tras ella para recuperar el diario, salió corriendo del salón y yo fui tras ella.

La perseguí por todo el pasillo y vi como se metía al baño. Corrí hacia allí pero para mi desgraciada y mala suerte, se encerró en uno de los cubículos.

—¡KAITLYN! ¡ABRE LA MALDITA PUERTA!—Dije gritando y tocando la puerta. Más bien, golpeando la puerta para que Kaitlyn abriera.

—No hasta que haya leído todo lo que has escrito sobre un sueño húmedo. Amiga, no conocía esos secretos de ti—Mi paciencia se acababa, necesito ese diario de vuelta.

La puerta estaba cerrada con llave por dentro. Lógicamente para que Kaitlyn pudiera leyera el diario sin interrupciones ni sin que yo pudiera evitar que lo consiguiera de nuevo.

—¡KAITLYN! DEJA DE LEER ESO. ES PRIVADO—dije. Estaba al borde de la locura y del llanto

—Tu dijiste: Lee mi diario. Y eso estoy haciendo—dijo y tome mi cara con mis manos. Dios, eso era demasiado vergonzoso

—¡KAITLYN! DIJISTE QUE LEERÍAS LO DE LUCAS. NO ESO—Dios estaba muriendo

—Dios, cálmate. Que estoy llegando a la parte más interesante. Además, apenas van dos sueños normales para mi—Dios santo. Leyó los sueños anteriores—Así que déjame leer—No podía con esto.

Pensé y vi el hueco del cubículo y decidí entrar por ahí para recoger mi diario. Pero vaya sorpresa. No pude entrar. Mis enormes pechos no me lo permitieron. Me estuve lamentando bastante. Dios, no quiero que lea eso pero lo hubiera recuperado si no hubiera sido mi anatomía.

Tengo los pechos grandes para alguien de mi estatura. Miden 90 cm, aunque están bien proporcionados y bonitos, para mi gusto. A veces pueden ser una tortura porque pueden llegar a pesar mucho y me pueden causar dolores de espalda. Digo, si ya la tengo toda estropeada, ahora se estropeará más.

Seguía en el hoyo de la puerta tratando de alcanzar mi diario. Aunque es muy estúpido ya que me veo como una tonta ya que jamás alcanzare mi diario así. Quiero morir. Ya llévenme. Oí a Kaitlyn reírse.

—Ay amiga. Si supieras cómo te ves ahora—Y la desgraciada se seguía riendo. La voy a matar después de esto. Salí del hoyo sin dificultad.

Y unos minutos después vi que Kaitlyn salió. Estaba a punto de tirar la puerta si no me daba mi diario. Pero hubiera tenido que pagar bastante dinero y tal vez si me daban una suspensión.

—Ahora si. Me dices quien es ese tal Andrew del que hablas, por qué carajos estás soñando que te follan, y que demonios es lo que me estás ocultando—Tome un profundo respiro y me dispuse a contarle todo

Empecé desde el día en el que lo encontré en la biblioteca, la cual fue la razón por la cual había tardado mucho. También le expliqué sobre el primer sueño que había leído en el diario, luego también el segundo sueño hasta llegar a donde lo vi por segunda vez y empezamos a hablar por mensaje telefónico. Hasta que le expliqué lo del sueño donde Andrew casi me folla. Jamás había sentido tanta vergüenza en la vida.

—Quien te viera pensaría que eres una niña buena, pero eres más salvaje que tres tigres peleando con una hiena—Dijo y yo le pegue un pequeño golpe en el brazo—Oye, solo estoy siendo sincera—dije y yo reí junto con ella—¿Al menos tienes una foto del chico para decirte si está guapo o no?—Dijo y le pase mi celular.

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