Destinos Encontrados

Entre Sueños...¿Húmedos?

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Sentí que alguien me tocaba, y me movía con fuerza. Mi vista se veía borrosa y oí una voz

—Lauren, mi amor—Era suave, bajita. La reconocía perfectamente—Ya llegamos, bájate del auto—Era mi madre. Apreté un poco los ojos para poder abrirlos, y en efecto.

El auto estaba completamente metido dentro del garage, estacionado y mi hermano ya había bajado. Baje del auto y me dirigí a la puerta. Cuando mi madre abrió la cerradura para poder entrar a la casa, decidí irme a mi cuarto. Prendí en computador y decidí hacer unas cuantas cosas pendientes del colegio. No era demasiado pero igual quiero ser puntual con la entregas, ya que eso me descontaría puntos y afectaría mis calificaciones.

Después de terminar mis quehaceres me metí en la ducha. El agua tibia calentaba mi cuerpo. Decidí poner música con mi celular. Y no puedo estar en mi casa sin cantar, así que cante a todo pulmón todas las canciones que sabía de mi playlist, cerrándome al mundo real. Al salir, seque mi cuerpo delicadamente y puse mi pijama. Vi mi teclado y decidí practicar una nueva canción.

Vi en internet la hermosa canción de All of Me de John Legend. Los algoritmos no eran difíciles y todo iba bien hasta que llegue a la dificultad de la tercera parte. No fue tan difícil aprendérmelo pero batallé con el movimiento de los dedos. Cuando decido que es suficiente práctica por hoy, veo mi celular y checo todos los mensajes que tengo.

Están mis amigos de teatro enviando tonterías divertidas y me empiezo a reír de todo lo que ponen. Estas personas están locas pero me agradan. Yo también estoy loca y no soy una chica normal. Pero ser normal es aburrido, y por eso no me gusta ser cuadrada. Me encanta ser espontánea y hacer cosas que nadie imagino que podía hacer.

Al terminar de checar esos mensajes, checo los de la escuela, y algunos del grupo de mi familia donde lo dejan de mandar fotos de mi primo Kyle. Es simplemente hermoso. Parece un angelito y una bolita de algodón. Era blanco, gordito, de ojos claros, pero era un bebé bueno, tierno y amoroso.

Decidí apagar mi celular y taparme con las suaves sabanas de mi cama y mi cerebro se hunde nuevamente entre niebla negra y un mundo paralelo que jamás existirá. Los sueños se quedarán en sueños. Pero hay sueños que se que se pueden cumplir

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Mi mirada se dirigía a las palabras de aquel hermoso libro que sostenía en mis manos. Leía palabra tras palabra y la lectura me embriagaba. De repente sentí una presencia detrás de mi. Sostenía mi cintura con sus manos. Me asusté de inmediato. Giré mi cabeza y miré que era ese chico de cabello corto pero que caía en su rostro cubierto con una gafas.

—Es raro verte leer de pie cuando ahí hay sofás en donde puedes leer con más comodidad—La voz de Andrew sonaba suave. Estaba tan cerca de mi oreja y su presencia me ponía nerviosa pero a la vez tranquila

—A mi me gusta leer de esta manera—Dije algo nerviosa ya que sus labios estaban muy cerca del lóbulo de mi oído.

—¿Qué es lo que lees?—Su voz se oía curiosa pero a la vez algo seductora. Sentía cómo lentamente ponía su barbilla en mi hombro y como me abrazaba con sus enormes brazos

—Leo After—Dije y vi como fruncía su ceño y su mirada confusa estaba fija en mi rostro. Pero veía como su mirada se detenía más fijamente en mis labios—Es una novela para jóvenes. Tiene drama, misterio y algo mucho de erotismo, lujuria y sexo—dije recalcando esa palabra haciendo una mirada pícara y algo seductora

—Ay niña—Y siento que me quita libro. Trato de tomarlo de vuelta pero el es más alto que yo y eleva aún más el libro para que no lo tome de vuelta y aunque tengo botas con tacón, el me sigue ganando por mucha altura—Si quieres leer verdadero erotismo y lujuria, deberías leer a Marqués de Sade. Y si quieres mi sincera opinión, veo que todavía eres una inexperta en eso de la lujuria y la perversión—Dijo y yo sentí como mis mejillas se ponían rojas de coraje