Mi madre abrió la puerta y me abrazo directamente. Creo que de verdad estaba preocupada por mi, a pesar de que hizo una estupidez.
—¿Dónde estabas Lauren? Pensé que vendrías directo para la casa—Dijo y yo puse los ojos en blanco
—¿De verdad crees que estaría aquí cuando no tenía llave? Estaba en casa de Kaitlyn, por si preguntas—Menti. Mi madre moriría al saber la verdad.
—Perdóname, pero la junta fue de último minuto y no podía faltar a ella. Además, tú siempre tienes que estar prevenida por si pasa algo. Porque créeme, cuando te vayas a Londres, nadie va a estar ahí para ayudarte—Dije y yo me voltee hacia ella para confrontarla
—Pues jamás me enseñaste a ser independiente. Siempre he dependido de ti y jamás me has enseñado lo que una madre debería enseñarle a una hija porque solo piensas en ti. Y de verdad tú egoísmo a veces me impresiona—Sentí su mano estrellarse contra mi cara—¿Sabes que? No necesito de ti ni de nadie para poder vivir como yo quiero—Dije mientras subía los escalones. Una lágrima había salido de mi mejilla
—Pues si no te gusta, lárgate de la casa—Estaba al borde de las lagrimas pero no iba a dejar verme de esta manera. No frente a ella
—Algún día lo haré, y no esperes a que vuelva a verte—Dije y termine el recorrido de las escaleras.
Entre en mi cuarto, cerré la puerta con seguro y me eché a llorar en silencio. Odio esta vida. ¿Por qué me dieron una familia así? ¿Por qué me tocó vivir de esta manera? ¿Por qué me tocó vivir? Entonces, fui al cuarto de baño. Y entonces hice algo que jamás pensé que volvería a hacer a pesar de haber ido a terapia. Ahí estaba, Justo donde lo había dejado la última vez que lo había hecho, el que hizo crearme a mi misma una falsa salida hacia el dolor y marcas permanentes en mi piel en varias partes de mis brazos y piernas. Aunque jamás las cortadas eran tan profundas.
Había abierto el compartimiento que había detrás del espejo del baño y cogí el cutter con el que varias veces me hice autolesiones. Soy tan débil por volver a hacer esto de nuevo, pero esta vez haré bien las cosas. Ya no quiero vivir. En el momento en el que voy a hacerme la primera cortada, un poco de sangre sale de mi pierna. Mis lagrimas salen por el dolor pero también por la tristeza que siento ante todo, especialmente a mi misma.
Inicie con otra cortada en el brazo, pero sentí como la puerta se abría. Mierda, el seguro de la puerta.
—¡¿Qué estás haciendo!?—Trata de quitarme el cutter pero yo hago pelea.
Lo bueno es que le había bajado la punta o nos hubiéramos hecho daño. Me lo quita y toma varias toallas pequeñas para evitar que me continúe desangrando. Pero yo solamente seguía llorando
—¿Por qué lo hiciste? Prometiste que jamás lo volverías. Me fallaste Lauren, pero sobre todo te fallaste a ti misma—En ese momento la miré con odio
—Porque te odio. Porque odio que me trates de esta manera. Odio seguir viva porque se que todo lo malo me pasa porque estoy contigo. ¡Te odio!—Dije y mis lagrimas salieron completamente—Me hubieras dejado morir. Total a ti jamás te he importado, ni cómo me sienta, ni cómo esté mi salud mental. Tú jamás me has demostrado que me amas porque no lo haces. Lo material no demuestra ni un poco que me quieres, porque eso es lo que hace mi padre. Tú crees y siempre piensas que te estoy manipulando. ¡¿CREES QUE ESTO ES PRODUCTO DE MANIPULACIÓN!?—Le digo señalando mis brazos llenos de sangre—Estoy enferma de la cabeza. Me siento mal, me siento sola. He perdido mi felicidad. Quiero morir—Dije y seguí sollozando—No debía de nacer. Me hubieras dejado morir cuando estaba dentro de ti—
Sentía como sus brazos me rodeaban y me traía hacia su regazo. Sentía como su pecho soltaba sollozos. Creo que el mensaje le afectó muchísimo
—Cariño, claro que te amo. Y si me enojo contigo es porque quiero que crezcas y seas mejor persona. Tú no sabes las veces que me he dormido sin poder decir te amo cuando te veo lastimada y despertarme a la mañana siguiente arrepentida de no habértelo dicho porque veo en tus ojos la tristeza que tienes. Claro que te he oído llorar cuando estás dormida, porque se que yo provoque la tristeza. Y perdóname por no entenderte y pensar solamente en mi misma. En serio no quería ver que otra vez habías recaído en la depresión y me engañé a mi misma. Te pido discúlpame Lauren. Ahora si haré las cosas como deben de ser—Dijo y la mire a los ojos.
Estaban Tan rojos como los míos, pero veía en ellos un brillo de sinceridad y amor, la abracé aún más fuerte y lloré en su hombro
—Te amo mamá. En serio te amo. Yo jamás sabré qué hacer sin ti. Perdóname en serio—Dije y seguí llorando
—Te amo mi amor. Y perdóname tú por no entenderte. Si hubiéramos hablado desde el principio esto jamas hubiera sucedido—
********
—No debiste hacerlo Lauren, simplemente no debiste. Vales mucho como para cortarte otra vez—Molly volvía a ver mis cortadas pero desviaba la vista. Le dolía, lo sé. Lo noto en sus ojos—Me duele verte así
—Lo sé, lo sé. Yo sé que no debí hacerlo—Dije y me recargue en la silla del baño—Lo bueno es que las cortadas no fueron muy profundas
—Sí, pero eso no quita el hecho de que podías morir desangrada—Dijo Rebekah. Eso es cierto
—Además, tampoco quita el hecho de que querías hacerte varias cortadas—Dijo Diana. ¿Me estarán reclamando?
Digo, si cometí un error, pero ahora más que nunca las necesito para salir adelante
—Lauren. Pienso que debiste pensar en suicidarte. No pensaste en cómo nos sentiríamos nosotras y eso duele bastante—Dijo Anna. Veía como tenía las ganas de llorar
—Sí, pero también recuerda que estuvo pasando por una etapa muy difícil y creyó que su vida no valía nada—Dijo Rebekah
—No es momento de que le reclamen nada a Lauren y mucho menos de que nos peleemos por ver quien tiene la razón. Lo importante es que se está recuperando y además volvió a terapia para poder controlar sus sentimientos—Dijo Molly. Tan sensata y tan sabía. Ella siempre consigue tener la razón
—Mi madre entendió por fin que casi siempre me sentía sola y triste. Mis sonrisas casi nunca eran verdaderas a menos de que estuviera aquí en mi segundo hogar—Después del incidente hablé con ella
Le conté todo lo que me pasaba y decidió volver a enviarme con la psicóloga para resolver mis problemas con la depresión
—Esperemos te recuperes pronto. No queremos mas noticias tuyas de que hiciste algo malo contra ti misma—Dijo Diana y yo sonreí.
Todas me abrazaron, ellas si son verdaderas amigas
********
Había terminado el escrito del Boom de los Escritores Latinoamericanos. Entregue el trabajo al "profesor Petkins" el cual me dio una mirada con un brillo inusual en sus ojos y una pequeña sonrisa pícara. Desde el otro día no podíamos negarnos a nosotros mismos que nos atraíamos. Cuando termino de revisar mi trabajo, cogí mi cuaderno y de repente su mirada cambió a una de preocupación. Sinceramente, eso fue muy extraño.
Ya había acabado la clase. Iba a recoger mis cosas para salir, dispuesta a avanzar un poco con los labores del día de hoy en lo que llegaba mi madre cuando escuche a alguien que me hablaba
—Lauren, quiero hablar contigo—Era Andrew. Pero su tono de voz se oía autoritario y serio
—Creo que el profesor ya está en tu contra—Dijo Dove. Le saqué la lengua como broma.
Me voltee hacia el y me acerque a él a una distancia considerable para que no sospecharan. Aún seguía saliendo gente. Cuando salió la última persona, el empezó a hablar
—Muéstrame tu brazo—Me helé.
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Destinos Encontrados
RomanceÉl era frío. Ella era cálida. Él era una persona ecuánime. Ella tenía muchos desequilibrios mentales. Él era reservado. Ella podía expresarse. Él era antipático. Ella era sociable. Él era un enorme amante de los libros. Ella era una enorme amante d...