¿En Qué Pensabas?

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¿Qué? No. Esto no me puede estar pasando, y ahora los dos estamos solos. No lo obedeceré, no esta vez

—¿Por qué quieres ver mi brazo?—Dije algo confundida para ocultar el miedo que ahora siento

—He visto algo inusual en el brazo izquierdo. Además, me he dado cuenta que toda la semana has estado llevando sudaderas o blusas de manga larga lo cual es muy raro en ti. Así que levántate la manga y déjame ver—Dije y yo me hice para atrás

—No—Dije firme

—Lauren, hablo en serio. Muéstrame tu brazo—Dice serio

—Yo también hablo en serio. Y he dicho que no—Dije algo molesta. Estaba atacando mis nervios

—Te lo dire una última vez de buena manera. Muéstrame tu brazo—He notado como se ha acercado a mi a una distancia considerable. Bien puede agarrarme desprevenida y ver la cicatriz en mi brazo

—No quiero y ya déjame en paz—Dije.
Me voltee para recoger mis cosas que estaban en una de las mesas e irme. Pero cuando me voltee me agarro por el brazo izquierdo.

—¡Suéltame!—Dije forcejeando con el.

Pero tenía mucha más fuerza que yo así que tenía más probabilidades de perder que de ganar. Al final, logró arremangar la sudadera y su cara cambió a una de horror. La vio.

—¿Qué es esto Lauren?—Dijo. Su voz mostraba preocupación y miedo a la vez

—No es nada profesor Petkins. Simplemente me raspé con un arbusto. Es todo. Es un pequeño raspón—Dije mientras trataba de volver a cubrirme el brazo

—Lauren, eso no es un raspón. Me dices ahora que es o juro te vas  arrepentir—Dijo y ahora si explote en ira. ¿Quién se cree que es para amenazarme?

—Dime que me vas a hacer. Tú no eres nadie para decirme que hacer o que no hacer, y mucho menos lo eres para amenazarme. No entiendo como puedes ser así, no entiendo como es que...—Me interrumpe uniendo sus labios con los míos.

Se mueven lento junto con los míos, pero la intensidad y profundidad avanzan y lo vuelven aún más hambriento para los dos. Nos separamos cuando sentimos que necesitábamos algo de oxígeno

—Porque te quiero y me importas mucho, es por lo cual me preocupo. No podría soportar si algo malo Te pasará. Perdí a mis padres, y ya no estoy dispuesto a perder a nadie más—Sus palabras entraron en lo más profundo de mi ser que solo pude echarme a llorar.

Empecé a llorar en su pecho, tardo un poco en reaccionar pero me envolvió en sus brazos y me acariciaba el cabello.

—Perdóname, en serio. No estaba pensando en ustedes y en lo mucho que les dolería ya no verme nunca más. No hubiera soportado que sufrieran por mi culpa, pero en ese momento solo pensaba en eso—Dije mientras seguía llorando.

Mi dolor aumenta cuando alguien sale lastimado por mi culpa, y ahora las cosas han empeorado por mi. Me odio tanto, pero ya no puedo tratar de suicidarme porque se que habrá un vacío en mis seres queridos y que yo seré la causante de su tristeza. No quiero que eso suceda y mucho menos cuando encontré a una persona que me quiere

—¿En qué pensabas?—Dijo. Tomó mi rostro con sus heladas pero cálidas manos. Se sentía tan bien su tacto que no lo quería quitar a toda costa.

—Solo pensaba en lo mucho que quería morir. En el favor que le hubiera hecho a mi madre porque siempre ha dicho que soy un estorbo. En lo ilusa que he sido, en lo tonta que soy, en lo ciega que estoy al no ver la realidad de las cosas. En lo mucho que me odio. Por eso me corté. Y no sólo el brazo, si no también la pierna, y hubiera muerto desangrada si mi madre no me hubiera encontrado—Dije y mis lagrimas siguieron cayendo por mis mejillas—Si no hubiera sido así, si hubiera sido perfecta desde un principio, mi vida hubiera sido mucho mejor—

—No, Lauren, te equivocas. Ningún ser humano puede ser perfecto y nadie puede obligarte a ser perfecta porque te estaría condenando. No debiste intentar quitarte la vida porque a mucha gente le importas, incluyéndome a mi—Dijo y limpio las lagrimas de mi rostro—Lo que no sabes y de lo que no te das cuenta es qué hay mucha gente que te ama y perderte sería el mayor de los castigos. No se quien de verdad te ama, pero tu si. Y por ellos es que tienes que empezar a luchar—Dijo y yo sonreí—Demonios, yo jamás podría soportar perder a un hermoso ángel como tú—Sus labios volvieron a atrapar los míos

Y esta vez fueron lo más dulces que se podían. Podría estar con el todo el tiempo, si la vida me lo permitiera. Pero por ahora, todo esto debe quedar en secreto.

El podría tener problemas con la ley por ser aún menor de edad, y esto en Inglaterra y en muchos países es considerado estupro. Así que lo mejor, es cerrar la boca y disfrutar hasta tener 18.

*******

Sentí su mano contra mi mejilla. No otra vez por favor

—¡Estúpida! Yo pensé que habías dejado el pasado atrás. Pero no. Otra vez volviste a marcarte la piel con sangre—Dijo viendo la herida de mi brazo.

Sabía que a Kaitlyn le dolería mucho y que no le iba a gustar nada lo que hice. Y si, esta vez tuve razón

—Yo sé que tu mamá a veces puede ser demasiado cruel contigo, pero no es motivo para querer quitarte la vida. Ya habías superado esa etapa—Dijo mientras me sonaba los hombros

—Desde hace meses atrás he tenido recaídas fuertes. Y por eso Kaitlyn, estoy yendo a rehabilitación. Volví con la psicóloga para decirle como me siento y estoy yendo a una terapia especial para poder tratar mis problemas mentales—Dije mientras tomaba sus manos—Estaré mejor. Y esta vez, ya no más cortes—Dijo y veo como sus lagrimas salían y me abrazaba.

Kaitlyn podía ser muy dura pero cuando era necesario, mostraba su lado más tierno y vulnerable. Por eso la amaba

—Tonta, por eso te amo. Eres lo mejor, siempre dispuesta a cambiar para bien. Aunque tengas una cabeza hueca—Dijo. Sonreí y nos volvimos a abrazar entonces sentimos que la puerta se abrió.

—Lo siento niñas, no pueden estar aquí—Rayos Kaitlyn. Elegimos el peor lugar

Pasa que Kaitlyn me jalo del brazo para hablar conmigo. No vi en donde nos metió porque cuando lo hizo su mano se estrelló con mi cara. Y ahora acabo de darme cuenta. Estamos en la jodida sala de profesores. Una sala prohibida para los alumnos. Brillante Kaitlyn, brillante. ¿No era más fácil meternos en el salón de computación?

—Perdónenos profesor. No queríamos parecer unas intrusas. Pero le podemos asegurar que no tocamos nada—Dije con mucha sinceridad

—Aún así. Creo que están quebrantando las reglas. Y por tanto, las dos ameritan un castigo. Sobre todo tú, señorita Illinowski, por seguir retándome en clase—El rostro de Andrew se volvió hacia mi, con una mirada pervertida

—Entonces, espéreme después de clase a la misma hora—Le digo con un tono pícaro y pervertido y Kaitlyn y yo salimos de la sala de profesores

—Parece que ustedes dos se quieren dar con todo—Dije y yo reí. Su tipo de lenguaje me da mucha risa

—¿A qué te refieres?—Dije con tono confundido pero risueño

—A que ustedes dos quieren follarse entre sí. Darse tan duro hasta que ninguno de los dos pueda caminar el día siguiente. ¿O estoy malinterpretando todo y simplemente son amigos—Había dicho todo esto en un tono aún más bajo.

Pero mis mejillas se encendieron al oírla decir todo eso y me quede callada. Y su cara de sorpresa demostraba que mi silencio lo decía todo.

Destinos EncontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora