Capítulo III

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Capítulo3

Vuk chasqueó la lengua molesto cuando vio el furgón negro tomar el desvío hacía la interestatal. Si no se equivocaba era el segundo ejecutor de la manada. ¿A qué demonios estaban jugando? Debería haber un límite en cuán imprudentes podían ser. Ya era malo que en los últimos meses, las visitas al pueblo se hubiesen multiplicado, incluso cuando estaba bastante seguro de haber notado la energía del Alpha moviéndose bajo la tierra. Ahora, salir tan descaradamente del territorio, era otra cosa muy distinta. Para el caso, podía pintarse una diana en el pecho y salir a pasear por un campo de tiro.

¿En qué pensaba ese Alpha? ¿A caso no sabía lo delicada que era la situación en la que se encontraba él y su manada? Si creía que la muerte de la medio bruja no había tenido consecuencias, estaba equivocado. No fue así para nada. Y no porque les importara Sara, no, los sujetos defectuosos no tenían ningún valor para ellos. El problema fue, que su muerte y la desaparición del demonio, llamaron la atención del aquelarre. Y cuando fueron tras el Alpha, toparon con el bosque. Por supuesto que lo hicieron.

Los brujos eran una raza antigua y podrida hasta la médula, y precisamente por eso, peligrosos. Sintieron toda esa magia desde leguas. Vaya sorpresa cuando descubrieron que la obsesión de Sara por esa tierra, no era fruto de su locura. Ese bosque era como un canto de sirena, un gigantesco faro brillando en la oscuridad. Cualquier brujo se sentiría atraído hacía esa luz... y de acercarse demasiado, acabaría aplastado por ella. Por eso, al contrario que esa mujer loca, se mantuvieron a distancia. Y fue entonces cuando volvieron sus ojos hacia él.

Él había estado allí, debería haberlo sabido y debería haberlo informado. Pero no lo hizo.

Joseph siempre sintió debilidad por su... hija, así que era cuestión de tiempo que le enviara a ayudarla, «vigilarla», no se equivocó. Así que fue e hizo su trabajo. No le sorprendió el estado deplorable en el que se encontraba Sara, ni que el monstruo que creía controlar, fuera en realidad quien moviera los hilos. Casi había esperado un desastre como ese, pero no era asunto suyo, y de todas formas, no pensaba quedarse allí más de lo necesario. Hasta que lo sintió. El latido del bosque, y lo supo. Ese lugar debía ser protegido.

Sí, él había hecho cosas horribles y detestaba a los cambiaformas, pero detestaba aún más a lo brujos, así que, cuando llegó la hora de informar sobre lo que había visto, fue muy cuidadoso sobre lo qué debía revelar y lo qué no. No pudo hacer nada por ocultar la existencia del poderoso Alpha, ese barco zarpó con Sara, pero se aseguró de que no supieran cómo de poderoso era en realidad, ni de su vínculo con la magia de la tierra. Tampoco les dijo nada sobre el joven omega. De todas formas, incluso después de que Nai se lo explicara, seguía sin tener sentido para él. ¿La luz de la Madre? Lo que sea, estaba claro que era algo que, ellos, no debían saber. Y por supuesto, no les habló del bosque.

Vuk llevaba muchos años jugando a un juego muy peligroso con los brujos, mentir, ocultar información, espiar, fallar algunos objetivos y matar a otros cuando se presentaba la ocasión, era tan natural en su vida como respirar. No era tan estúpido como para creer que podía acabar con ellos por sí solo, por eso seguía buscando. Tarde o temprano encontraría una brecha, una debilidad, un arma... así que cuando presenció lo que pasó aquella noche en el túmulo, pensó que por fin lo había encontrado. Pero aún era frágil, débil, no estaba listo y por lo tanto debía ser mantenido en secreto.

El problema con los secretos, es que algunos pueden costarte la vida. Por eso, cuando el aquelarre volvió sus ojos hacía él, en busca de respuestas, pensó que todo había acabado. Claro, mintió, jugó su propia carta de sujeto defectuoso para excusar su incompetencia... tal vez consiguió engañar a Joseph con eso, pero estaba seguro que James, vio a través de su mentira. El porqué había decidido seguirle el juego, y perdonarle la vida, era algo más allá de su comprensión. Nada nuevo, él nunca consiguió entender a James.

Manada; Guardianes del Bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora