Manada; Guardianes del Bosque.

Capítulo XXVI

N.A: ¡Por fiiiin! Me ha costado mucho, pero por fin está acabado. Como he tardado tantísimo en actualizar, me pareció buena idea empezar retrocediendo un poco, para recordar algunas cosas. Si os suena el escenario y la conversación, es por eso, solo que desde el punto de vista de otro personaje. 

Y segundo, no sé ni una palabra de italiano, estoy usando el traductor de google, y eso bueno... o está bien, o está muy mal, así que si alguien lo habla, y ve que hay algo mal, agradecería mucho que me avisara para poder corregirlo.

¡Gracias!

Capítulo XXVI

Leo chasqueó la lengua molesto. Sabía que no tenía que haberse dejado convencer por Matt. Aquello no podía ser buena idea en absoluto. Desde el momento que vio a ese hombre bajar del todoterreno y entrar en el restaurante supo que iba a traerle problemas, pero sinceramente... no había esperado que empezaran tan pronto. Miró a los dos desconocidos, que literalmente, se habían materializado en su tienda en medio de un charco de sangre, bueno... tal vez eso no fuese culpa de Vuk, pero definitivamente, era un problema.

La intervención de Matt parecía haber calmado un poco los ánimos, pero maldita sea, ¿qué acababa de pasar? ¿Cómo era posible aparecer de la nada de esa forma? ¿Y quién demonios eran esos dos? No, espera... conocía al tipo desangrándose en su suelo. Era el mismo que Alee sacó del restaurante el día que pasó con ellos. Un Alpha, eso fue lo que dijo. No reconoció al que estaba con él, pero si tuviese que apostar, diría que también era uno de ellos. Alto, grande, hombros anchos, y espalda amplia... sí, era como si esos tipos estuviesen esculpidos con el mismo molde. Claro que hasta donde él sabía, los cambiaformas no aparecían de la nada como por arte de magia, así que mejor no daba nada por hecho, y mantenía su guardia alta.

A su lado, Luciano parecía haber llegado a la misma conclusión que él, aunque conociendo al hombre nervioso, esperaba que no hiciese algo estúpido como disparar primero y preguntar después. Vera estaba haciendo un buen trabajo manteniendo la calma, pero eso no era una sorpresa. Al contrario del temperamento explosivo de su familia, la mujer era una serpiente de sangre fría. Realmente se alegraba de que estuviese allí.

Con la situación tan controlada como podía estar dadas las circunstancias, volvió a centrarse en Vuk. Podía ver que el hombre permanecía en guardia. Atento. Pero su atención no estaba en el alboroto a su alrededor, sino en el pasillo por el que acababa de escabullirse Matt. Eso... no le gustó ni un poco. Por cómo se veía, parecía que lo único que lo detenía de ir tras su primo, era el pelirrojo aferrándose a su espalda, y no sabía cuánto iba a durar eso, así que necesitaba llamar su atención. Y sabía cómo hacerlo. Se acercó a los desconocidos, pegó una sonrisa arrogante en su cara, y se aseguró de sonar tan desagradable e irrespetuoso como podía ser.

—Parece que... tu amigo podría usar un poco de ayuda ahí, ¿verdad?

De inmediato el hombre de ojos verdes levantó la mirada hacia él, pero más importante, Vuk también lo hizo. Bien, sabía que un acto insolente era la forma más rápida de conseguir atención, claro que también lo era de meterse en problemas, pero si eso los distraía de Matt, entonces valdría la pena.

—No es mi amigo.

—Amigo o no, ese es tu Alpha.

Leo reprimió el impulso de levantar el puño en señal de victoria, no solo Vuk había dejado de mirar hacia el pasillo, sino que ahora parecía centrado en el tipo de ojos verdes. Sintió que por fin podía relajarse un poco, pero entonces se dio cuenta de lo que acababa de decir, y se tensó de nuevo. ¿Cómo sabía que era su Alpha? ¿Se conocían? No parecía ser el caso, y como si lo confirmara, el tipo de ojos verdes se volvió hacia Vuk como si acabara de darse cuenta de que estaba allí, y... ¿le estaba olfateando? No. No a Vuk, sus ojos estaban fijos en la cabeza pelirroja asomando detrás de él.