Capítulo XVI

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Capítulo XVI

Jules pateó una pequeña piedra que encontró en su camino, y la siguió con los ojos, hasta que la vio rodar a lo lejos. «Buen tiro», se dijo, pero incluso en su cabeza sonó amargo. La verdad era, que estaba un poquito frustrado consigo mismo. Esa mañana había salido a cazar con la esperanza de conseguir una buena presa, pero no había conseguido nada. Tal vez la próxima vez debería ir más hacia el sur. No le gustaba alejarse tanto del corazón del bosque, pero si quería... sorprender a Draco, no tendría más remedio que hacerlo.

Y él quería. Quería sorprenderlo. Se mordió el interior de la boca hasta hacerse daño. No, lo que él quería, era impresionarlo. ¿Y por qué? Por un estúpido sentido del orgullo, inútil, y totalmente innecesario... sabía eso, pero aún no podía evitarlo. Se llevó la mano al cuello, la marca que Draco había dejado allí, ya había desaparecido... pero de alguna manera, todavía podía sentir la picadura sobre su piel. Se estremeció, el recuerdo de esos labios marcándolo con posesividad, le calentó por dentro, y necesitó detenerse un momento para recuperar el aliento. Era increíble la forma en la que su cuerpo reaccionaba cada vez que pensaba en Draco, y eso le daba un poco de miedo.

Bueno, tal vez no era solo un poco. Pero no era porque fuese un hombre. O un alpha. La verdad era, que tenía más que ver con él siendo un beta... «a duras penas», se recordó al ver que regresaba a casa con las manos vacías. El verdadero problema, era que aún tenía cierto prejuicio sobre él siendo la parte... sumisa, de la relación. Un gemido se formó en su garganta, pero se negó a dejarlo salir. Él no estaba enloqueciendo. O sí, un poco. Pero de nuevo, no podía evitarlo... y toda esa cosa del cortejo, no estaba ayudando en absoluto.

Los últimos días habían sido, como poco, extraños. Intentó hablar con Draco sobre aquello, pero fue inflexible al respecto. El cortejo era... importante. No se trataba de algo ceremonial, ni nada por el estilo, pero sí, estaba destinado a demostrar, que el alpha, podía proveer y cuidar a su pareja. «Pareja». La palabra hizo que su cuerpo se calentara de nuevo, y era ridículo, porque ni siquiera había vuelto a besarle desde el día de la merienda en la aldea. No por falta de ganas, no era ciego, reconocía el deseo en los ojos del otro hombre, pero por lo visto, el cortejo era... importante.

Para empezar, Draco tenía que construir una nueva cabaña. Una para los dos. Solo para ellos, nadie más podía entrar en su espacio cuando estuviera acabada. Y si solo se tratara de algo como aquello, podría lidiar con el asunto, pero nada más lejos de la realidad. Draco cocinaba para él. Todos los días. El día del estofado fue un fracaso, pero eso no lo detuvo de seguir intentándolo. También había ido a cazar para él. De hecho, ahora tenía tres magníficas pieles de oso esperando a ser curtidas. Negó con la cabeza poniendo orden en los sentimientos encontrados que le producía toda esa atención. Era confuso. Si bien una parte de él se sentía extrañamente... halagada, otra no lo estaba para nada. Se mordió el labio, tres osos, y él estaba teniendo problemas para cazar la cena. ¿Siempre había sido así de torpe?Se quejó buscando otra piedra que patear.

—Jules. —La voz de Draco le pilló por sorpresa—. ¿Por qué has salido?

Había sido atrapado, y sintió como el calor subía a su cara. Había estado tan distraído que se había perdido por completo la presencia de Draco, hasta que prácticamente tropezó con él. De nuevo... ¿él siempre fue así de torpe?

—Yo... —Reconocer que había ido a cazar, y no había conseguido nada, era vergonzoso, así que no pensaba hacerlo—. He ido a correr en mi lobo.

Draco entrecerró sus ojos de humo, y le dio una mirada. Su piel picó, y su lobo bajó las orejas en su interior.

—Te dije que no salieras fuera. —Jules se estremeció, un poco impactado por el borde duro de su voz. Draco frunció el ceño, luego suspiró, y algo de la tensión alrededor de sus hombros se aflojó—. Lo siento, no quise decirlo de esa forma.

Manada; Guardianes del Bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora