Extra Wild & Nai
Nai se estremeció, de pronto se sentía ansioso, nervioso, podía notar un ligero temblor queriendo abrirse paso desde su interior. «Por fin a solas» Miró al techo cuando un movimiento llamó su atención. «O casi», pero estaba bien, podía ignorar a los pequeños espíritus, prácticamente estaba acostumbrado a hacerlo.
Se pasó una mano por la cara, y luego trató de domar algunos rizos rebeldes. Estaba siendo demasiado consciente de sí mismo... pero, no podía evitarlo. Ni siquiera era su primera vez, pero Wild... se mordió el labio y tragó saliva. Wild era diferente.
Se llevó la mano al corazón. Estaba latiendo muy rápido, incluso su respiración... así no era él. Suspiró, tenía que calmarse y tomar las riendas de la situación. «Eso es». Se quitó la parte de arriba de su pijama y se sentó en la cama. «No, así no». Entonces se quitó la parte de abajo y se tumbó sobre las mantas. «¿Demasiado?». Resopló y volvió a levantarse completamente avergonzado de sí mismo. ¿Dónde demonios estaba Wild? ¿Y por qué estaba tardando tanto?
Después de que todos se volvieran locos al final de la cena, se excusó y subió a la habitación, no sin antes asegurarse de darle un mirada cargada a Wild. Vamos, sabía que era inteligente, después de lo que pasó en bosque debería saber que significaba eso, ¿no?
Resopló y volvió a pasarse una mano por la cara. Tal vez debería ponerse su pijama de nuevo y olvidarse de todo... un suave gimoteo escapó de su garganta. «No». No quería eso. Justo cuando pensó que tendría que bajar a buscar a Wild, la puerta de la habitación se abrió.
«Wild». Ahí estaban los ojos azules, cansados y amables, del hombre que a pesar de saberlo todo sobre él, se negaba a dejar su lado. Un anhelo extraño, desconocido, retumbó en su pecho. Aquello no era deseo... y por un momento se sintió desorientado.
—¿Por qué te estás paseando desnudo por la habitación?
Y hasta ahí su desconcierto. El calor abrasó su cuerpo.
—¡No estoy desnudo! —medio susurró gritando. Y era cierto, aún llevaba sus bóxers puestos, pero se sintió desnudo cuando, por un momento, vio asomarse al lobo detrás de esos ojos.
Wild sonrió, y entró en la habitación cerrando la puerta tras él.
—¿Tratando de tentarme? —dijo, y había una pizca de burla en su voz... la ignoró. O lo intentó. Era difícil concentrarse cuando Wild le miraba de esa forma mientras caminaba hacia él.
—¿Está... funcionando?—dijo tratando de sonar despreocupado y fallando de lejos.
Wild estiró la mano ahuecando su mejilla, y antes de darse cuenta se giró buscando el contacto.
—No necesitabas desnudarte para eso.
Las palabras sonaron como una caricia sobre su piel... esa vez no había burla, pero porque era un idiota, no pudo quedarse callado.
—¡Que no estoy desn...
Sus labios fueron tomados de improviso, y el resto de palabras murieron en su garganta sustituidas por un profundo gemido.
Wild deslizó la mano de su mejilla hasta su nuca sujetándolo con fuerza, mientras la otra rodeaba su cuerpo acercándolo a él. Estaba tan cerca que podía sentir su temperatura, su firmeza, cada uno de los largos músculos moviéndose bajo su piel. Se estremeció y un nuevo gemido escapó sin permiso de su garganta.
Wild dejó sus labios, solo para hundir la nariz en su cuello, y luego dejar un camino de besos y pequeños mordiscos a lo largo de su mandíbula. La mano en su nuca se movió hasta coger un puñado de sus rizos haciéndole inclinar la cabeza. Su garganta estaba expuesta. Y no podía importarle menos.
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Manada; Guardianes del Bosque.
WerewolfMicah ha encontrado un hogar junto a su compañero en la Manada del Bosque, justo cuando por fin siente que puede ser feliz, y disfrutar del regalo de vida creciendo en su interior, la sombra de una gran guerra, amenaza con destruir a su familia y el...