Capítulo XX

17.7K 1K 900
                                    

Capítulo XX

Dolía. No sabía de dónde venía el dolor, solo que estaba en todas partes, retorciendo cada pedazo de él. Nai quería gritar, pero no fue capaz de llegar a su voz. Trato de mirar a su alrededor, pero no pudo ver nada. ¿Siquiera tenía los ojos abiertos? Intentó moverse, pero el dolor hundió sus afilados dientes desgarrándolo como un animal hambriento, y se detuvo. Pensó que eso sería todo, que al final, esa cosa en su interior decidió que no valía la pena salvar su vida, y que el dolor y la oscuridad, era todo lo que quedaba... pero entonces, algo irrumpió en ese mundo de tormento. ¿Eran... voces?

«—... ¿lo sabías?

Sí.

¿Lo sabías y dejaste entrar a un demonio a tu territorio? ¿A tu casa?

No lo sabía entonces, Alee.

¡Pero lo sabes ahora!

Puede que Nai mintiera sobre lo que es, pero no sobre su naturaleza oscura. Siempre supe que ocultaba algo, y descubrí lo que era el día que le dije que su hermano había sido capturado por James. Estoy bien con eso, y el bosque también parece estarlo.

Pero...

Está restringido, no puede hacernos daño. La verdad... tampoco creo que quiera hacerlo.

Shia también parecía inofensiva.

¿Sí? A mi nunca me lo pareció. Sé que estás preocupado, pero forcé un vínculo en él, está obligado a obedecer. Si fuese una amenaza, el bosque ya habría acabado con él, y los espíritus le pidieron a Micah que le ayudara.

¿Micah lo sabe?

Por supuesto. Y antes de que preguntes, Wild también».

«Wild». Sí, él lo sabía, y no solo eso, también dijo que no le importaba. Y recordarlo fue suficiente para hacerle sentir abrigado, y entonces se dio cuenta que su cuerpo ya no dolía. De hecho, no lo notaba. Era como si no estuviese allí. ¿Debería entrar en pánico? Probablemente debería, pero el rumor cálido era agradable, y reconfortante, y era difícil ceder al miedo cuando se sentía tan cómodo. No podía ver, pero notaba un tenue resplandor a su alrededor, en lugar de la más absoluta oscuridad, y eso... le reconfortaba. ¿No era irónico?Sonreiría, pero no creía que pudiese... así que no lo hizo.

«—¿Se pondrá bien?

Micah ¿que haces a-aquí? Deberías estar d-descansando.

Yo le hice esto... ¿y si no se recupera?

No digas eso, su cuerpo está s-sanando. Es solo que no lo hace tan rápido c-como vosotros.

¿Sí?

Claro, no te mentiría. Ahora t-tienes que ir a la cama y descansar, es t-tarde.

Quiero... quiero quedarme un poco más.

¿Necesitas que vaya a buscar a-al Alpha?

... sí».

Las voces habían regresado... o nunca se fueron, tal vez era su consciencia la que iba y venía. No lo sabía, y no le importaba, en su lugar, ¿por qué Micah sonaba tan triste? Ya no se sentía cálido, ni cómodo. Micah estaba preocupado, y eso no estaba bien. El omega no había hecho nada malo. Trató de moverse en la quietud en la que se encontraba varado, pero no lo consiguió. «Maldita sea». Algo de oscuridad se derramó a su alrededor, y sintió su consciencia desvanecerse de nuevo.

Manada; Guardianes del Bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora