Draco & Jules

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N. A: Antes de empezar... 

La palabra, «cola», tiene varios significados, sobre todo dependiendo del lugar desde dónde estén leyendo, para evitar confusiones raras, aclaro que el uso que le doy aquí es el de: «Apéndice o extremidad posterior del cuerpo, y de la columna vertebral de algunos animales».

De igual forma, la palabra «cresta», tiene varias definiciones, la que estoy usando es: «Protuberancia de poca extensión y altura que ofrecen algunos animales».

Y ahora si...

Extra

Draco & Jules

— ... aco... ¡Draco, para!

La voz de Jules consiguió abrirse paso a través de sus pensamientos, y se detuvo. Draco parpadeó confundido sin saber muy bien dónde se encontraban, hasta que el fuerte pulso de la magia bajo sus pies, y el aire cálido acariciando su piel, le dijeron que estaban de vuelta en el corazón del bosque. Una parte de él se relajó de inmediato, pero otra seguía inquieta, y le gritaba furiosa que tomara lo que era suyo, y lo mantuviera a salvo de los que querían llevárselo.

Nadie tomaba lo que le pertenecía.

Cerró las manos en puños hasta hacerse daño. Jules no sería apartado de él. «Esta es su casa. Y no se irá a ninguna parte». Ese maldito Beta diciendo cosas innecesarias. «Puedes incorporarte a las rondas de vigilancia si quieres...». Sí, eso no estaba pasando. Gruñó ante el recuerdo, pero se detuvo en cuanto oyó a Jules sisear con dolor.

—¿Qué...? —preguntó confundido, hasta que se dio cuenta que tenía un agarre mortal sobre su brazo.

Lo soltó, y le dolió el corazón cuando vio las marcas de sus dedos sobre su piel. Tomó una inhalación tratando de calmarse, esa no era el tipo de marca que quería dejar sobre él. ¿Qué demonios le pasaba?

«Regresemos a casa». Sí, eso era lo que le pasaba. Esas palabras, y la determinación que vio en sus ojos, era lo último que recordaba antes de perder la cabeza, agarrar su brazo, y sacarlo de la casa del Alpha.

—Lo siento. —dijo cuando sintió que su voz era lo suficiente estable como para no sonar desquiciado—. No quería hacerte daño.

Jules interrumpió el masaje a su brazo, y levantó la cabeza cuadrando los hombros.

—No lo has hecho. No soy débil Draco.

No, no lo era, sabía eso, pero saberlo no evitaba que se sintiera como una mierda por haberlo arrastrado de aquella forma por todo el bosque. La criatura que compartía su alma se agitó molesta en su interior.

—Sé que no lo eres.

Dio un paso acercándose a Jules, y dejó que sus manos encontraran su lugar sobre su cadera. Cómodo, fácil... y tan bueno. «... sigues siendo mi beta, y parte de esta manada...». Se tambaleó ante el fuerte rugido en su interior, molesto por el recuerdo. Ese maldito Less. No era de extrañar que su control pendiera de un hilo.

—¡Draco! ¿Se puede saber que te pasa? —Y luego sonando inseguro—. ¿Me estás ignorando?

—Nunca. —gruñó, y se odió a sí mismo por todas las veces que lo había hecho.

—Entonces responde cuando te llame.

Una pequeña sonrisa asomó a los labios de Jules, y se encontró asintiendo, de pronto distraído por su cercanía, la temperatura de su piel... Jules era bueno para aplacar su temperamento, se inclinó para tomar su olor.

Manada; Guardianes del Bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora