Capítulo XXIV

24.1K 1.1K 1.7K
                                    

Capítulo XXIV

(Primera parte)

Less sacudió su pelaje para deshacerse de la nieve, mientras observaba a Yerik alejarse. Resopló, de estar en su piel humana, hubiese negado con la cabeza. Lo último que necesitaban era tener que lidiar con más problemas en ese momento, pero si el Alpha Yerik tenía razón... entonces había hecho lo correcto al pedir su ayuda.

Olfateó cuando el aire le trajo el olor de las marcas de la manada del Valle, y arrugó la nariz. No era del todo desagradable, pero su lobo no estaba feliz. Claro que eso no tenía nada que ver con las marcas, o con la petición de Yerik... ni siquiera con todo lo que estaba pasando allí fuera. Resopló una vez más, y volvió a sacudir su pelaje antes de regresar al bosque.

Había pasado una semana desde el ataque a ciudad Este, y tal como les había advertido Nai, después del shock inicial, y tras dos ataques más, también en ciudades del mismo territorio, los humanos habían empezado a movilizarse.

La mayoría de dirigentes políticos se resistían a admitir la existencia de una raza no humana y hostil... claro que no era como si fuese necesario. La presencia de destacamentos militares en sus capitales, hablaba por sí misma.

Le sorprendió. Siempre pensó que en su escepticismo, los humanos tratarían de racionalizar lo que estaba pasando, que buscarían todo tipo de explicaciones lógicas o científicas... pero se equivocó. La fuerza con la que ese ataque golpeó al mundo, fue demoledora.

Claro que después de ver las imágenes y las grabaciones que circulaban por todas partes, tal vez no debería haberle sorprendido tanto. Seres atrapados en un cambio incompleto, tupido pelaje cubriendo sus cuerpos, orejas y hocicos lobunos... algunos caminando sobre sus pies, en otros, la deformidad de sus extremidades les obligaba a hacerlos sobre manos y pies. Todos con garras, colmillos, y más dientes de los cabían en sus bocas, y por supuesto, ojos rojos sedientos de sangre... sí, tal vez que los humanos no lucharan contra la existencia de los hombres lobo, no debería sorprenderle.

Por supuesto, los medios de comunicación e internet habían contribuido a eso. La red era un hervidero de teorías y especulaciones sobre el mundo paranormal. Y no se limitaba a la licantropía, cada vez con más frecuencia, encontraban artículos extremadamente concisos y acertados sobre otras razas... y eso no era una casualidad. No tenían ninguna duda, que el grupo de los Cazadores eran los responsables de eso.

Los Cazadores se habían convertido en un problema mayor del que había previsto. Si la cantidad de entradas y comentarios en sus redes era indicativo de algo, entonces sus números habían aumentado significativamente después de los últimos ataques. Eran un ejército en sí mismos, y al contrario que los militares custodiando las ciudades, ellos asentaban sus bases en parajes naturales. Valles, montañas, bosques... o lo que era lo mismo, lugares donde los cambiaformas, buscarían refugio. Sabían lo que estaban haciendo. No quedaban grandes manadas allí fuera, esos bastardos estaban a la caza de supervivientes y lobos solitarios.

Brujos y sus maquinaciones a parte, Less consideraba a los Cazadores como el segundo de sus problemas más inmediatos en ese momento. Así que a pesar de que el invierno les había alcanzado al fin, y con cada nevada se hacía un poco más difícil que alguien pudiese llegar hasta ellos, decidieron aumentar la vigilancia alrededor del territorio, y advertido a Yerik que hiciera lo mismo... aunque al parecer, el Alpha tenía otros asuntos con los que lidiar primero.

En el momento que cruzó la barrera y se adentró en el bosque, sintió como parte de la inquietud que le había provocado la conversación con Yerik se desvanecía... pero en su lugar, el profundo pesar que parecía haberse extendido por el territorio le sobrecogió haciendo que su corazón doliera. Y ese, era el primero y mayor de sus problemas.

Manada; Guardianes del Bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora