Seis meses después...
Micah tembló de anticipación bajo las caricias de Alek. El cuerpo más grande de su compañero le cubría por completo, había descubierto que ser dominado de esa forma, era sumamente satisfactorio para su omega, pero necesitaba más. Se arqueó buscando el ansiado contacto, los fuertes músculos de Alek ondulaban justo frente a él y su simple visión hacía que el calor se propagara como un incendio sobre su piel.
La traviesa lengua de Alek tropezó con sus endurecidos pezones y su compañero no perdió la oportunidad de jugar con ellos. Los pequeños mordiscos y pellizcos en su sensible piel era una deliciosa tortura, y a juzgar por la sonrisa satisfecha de su Alpha, era totalmente consciente de ello. Un profundo gemido escapó de sus labios cuando la pecaminosa lengua encontró otro punto sensible en su cuerpo.
—Eso es, déjame saber cuánto estás disfrutando.
A Alek le gustaba oírle gemir, había aprendido eso, y aunque a veces aún era vergonzoso, ahora sabía que entregarse a su placer era lo correcto. Una mano alrededor de su nuca atrayéndolo para un profundo beso, le devolvió al presente. Alek era posesivo y así le besaba, con un hambre que hacía que su cuerpo se estremeciera por el deseo de más. Cuando por fin liberó su boca, Micah estaba un poco mareado y su corazón latía con fuerza en su pecho. Eso es lo que hacían sus besos.
—Te amo tanto... Alek... —Micah jadeó, sus ojos escocían. La mano en su nuca se movió hacia su garganta y no dudó en darle más espacio para que hiciera con él lo que quisiera. Confiaba en Alek. Su compañero no le haría daño.
Alek gruñó por la muestra de sumisión y hundió la nariz en su cuello expuesto, mientras acariciaba el lugar donde podía sentir su pulso. Estaba tan perdido que no le sorprendería que su lobo saliera a la superficie. Alek lamió y mordisqueó toda la piel a su alcance, dejando suaves besos en las cicatrices que iba encontrando a su paso. Micah se retorció aprisionado bajo el peso del cuerpo del Alpha, y disfrutó cada segundo de ello. El calor era tan intenso, tan exquisito que quería que no se alejara nunca.
Micah levantó ansioso su cadera buscando fricción para aliviar algo de la presión de su endurecido pene y Alek le gruñó de nuevo. Ese fue el único aviso que le dio, antes de que sujetara sus manos y le inmovilizara contra el colchón. El gruñido se intensificó dejando a Micah sumiso y necesitado, solo entonces, Alek se movió devolviéndole sus acciones, presionado su cadera, rozando sus erecciones juntas. Micah gimió y Alek aprovechó para volver a reclamar sus labios.
No había nada que pudiera hacer, Micah estaba siendo dominado en todos los sentidos y eso le hacía inmensamente... feliz. Cerró los ojos y dejó que su cuerpo se relajara, sus músculos se aflojaron y se rindió por completo a su compañero.
—Eso es...—Alek gruñó más que habló, pero Micah le entendió a la perfección—. Eres mío.
Si Micah tuviera algún tipo de control sobre su cuerpo, habría asentido, pero estaba volando, su cuerpo no era suyo, era de Alek y la entrega era deliciosa.
—Voy a cuidar tan bien de ti...
Micah sentía sus párpados pesados por la lujuria pero nada igualaba el deseo en la mirada de su compañero. Alek acarició su estómago desnudo y devoró cada centímetro de su cuerpo con hambre. Micah gimió bajo su toque, estremeciéndose y temblando cada vez que la viciosa lengua encontraba un lugar sensible... a estas alturas pensaba que todo su cuerpo podía serlo.
—Tan sensible...
Micah no sabía como su Alpha podía formar palabras con sentido, él desde luego, no podía, de su boca solo salían gemidos, jadeos y un necesitado lloriqueo que solo parecía alentar más a su compañero. Una mano firme agarró su miembro y le hizo perder el poco control que le quedaba. Por un momento se preguntó si podía morir de puro placer, pero el pensamiento desapareció tan pronto como esa mano empezó a acaricarle con golpes firmes, rudos y deliciosos. La mano se fue y antes de que pudiera gimotear por la pérdida, la boca de Alek la reemplazó. Lamió la cabeza tentativamente y sin más aviso que un grave gruñido le tragó hasta la base.
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Manada; Guardianes del Bosque.
Lupi mannariMicah ha encontrado un hogar junto a su compañero en la Manada del Bosque, justo cuando por fin siente que puede ser feliz, y disfrutar del regalo de vida creciendo en su interior, la sombra de una gran guerra, amenaza con destruir a su familia y el...