Capítulo XIV
—¡Está vivo!
Alek reprimió el impulso de gruñir a Nai por levantarle la voz, y volvió a leer la escritura en el periódico. No le daría mayor importancia si no fuera porque ese periódico, y la escueta nota, venían de la mano de Matt, y el chico había demostrado ser... poco convencional. Suspiró.
—Aunque esté vivo, sigues sin saber dónde está.
Después de dejar a Yerik en el mirador, se dirigió al camino forestal, no sabía los detalles, pero Alee había peleado con otro cambiaformas, y su lobo había estado cerca de perder el control. Eso no era bueno, y quiso llegar cuanto antes a él. Los encontró en la salida del pueblo, y regresó con ellos en el todoterreno. Cuando llegaron al mirador, no había rastro de Yerik.
—En el mensaje dice que fue a un polígono, en las afueras de una ciudad... solo tengo que buscar y...
—No. —le cortó, y dejó que la orden se deslizara en su voz—. Ya hemos hablado de esto.
Nai retrocedió un par de pasos, apretando el periódico contra su pecho como un escudo, mientras negaba con la cabeza. Habían caminado hasta el linde del bosque, frente a ellos se alzaba la barrera. Less y Alee habían cruzado sin problemas, Wild parecía indeciso mirando de él a Nai, y de nuevo hacia él.
—Está vivo. —dijo de nuevo Nai, apretando los dientes, su respiración se había vuelto pesada, y su cuerpo estaba rígido, parecía estar luchando contra algo, probablemente con esa cosa en su interior.
—Basta Nai. Te estás haciendo daño.
Pero Nai siguió retrocediendo, alejándose de la barrera. Wild se movió despacio hacia el chico, y por un momento se preguntó, si su rastreador correría con Nai, o trataría de detenerle. Esperaba que fuera lo segundo, porque no volvería a separar a su familia.
—Tu... hermano sabe dónde estás. —oyó decir a Wild—. Dijiste que encontraría una forma de escapar, creo que cuando lo haga, él vendrá a aquí.
—Cierto, él conoce el bosque, así que sabe que este es un lugar seguro. Wild tiene razón, él vendrá aquí. —dijo y esperó que fuera suficiente, porque no quería tener que ordenar a Nai que entrara en el bosque. Lo haría de ser necesario, y el chico se vería obligado a obedecer, pero no quería llegar a eso si podía evitarlo.
Al final no fue necesario. Nai se rindió, bajó los brazos, y flaqueó cuando la lucha lo abandonó, pero Wild no lo dejó caer. Al instante estaba allí, pasó el brazo alrededor de su cintura, manteniéndole en pie.
—Está vivo. —repitió de nuevo cuando pasó por su lado.
—Sí que lo está. —dijo apoyando la mano en su hombro—. Vamos a casa Nai.
La magia se movió y cedió para dejar pasar a Nai, que se estremeció y tembló con cada paso que daba, hasta que por fin llegó al otro lado. Le dio un vistazo, agotado y algo pálido, pero a salvo. Le dejó con Wild, ya que no parecía tener intención de dejarlo solo de todas formas, y caminó hacia Alee. La tensión a su alrededor era casi palpable, y podía notar la agresividad de su lobo goteando en su interior. Eso no era bueno. Alee ya se perdió una vez en la sed de sangre, no podía permitir que volviera a pasar, ahora más que nunca necesitaba a su Omega.
Era bueno que Micah les estuviese esperando.
🐺
Si Rand tuviese que describir su última semana en una palabra, sin duda sería, «surrealista». Nunca imaginó que volvería a estar en el territorio de una manada, mucho menos en el de una como aquella... porque, que él, no dijera nada, no significaba que no se diera cuenta de todas esas... peculiaridades, pasando a su alrededor.
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Manada; Guardianes del Bosque.
WerwolfMicah ha encontrado un hogar junto a su compañero en la Manada del Bosque, justo cuando por fin siente que puede ser feliz, y disfrutar del regalo de vida creciendo en su interior, la sombra de una gran guerra, amenaza con destruir a su familia y el...