Cuando desperté al día siguiente, el sol brillaba por la ventana. Se me hacía algo nuevo porque usualmente despertaba antes de que este saliera. Abrí los ojos y de solo saber todo lo que me esperaba, quería volver a dormir.
Tenía que inventar una excusa creíble para que la desaparición de Josefa no llamara la atención de Kidd y rogar que Ramón no me echara de cabeza.
Después de tomar un baño y preparar mis cosas, me dirigí a la habitación de Josefa. Sentí una punzada en el corazón al ver su cama intacta y sus cosas perfectamente arregladas como a ella le gustaba. ¿Estaría bien? ¿Le habrían dado de comer?
Guardé las cosas faltantes y preparé sus maletas.
Jean Paul tocó a la puerta.
- ¡Bonjour! Señorita María Paula.
- Buenos días Jean Paul. – apareció con dos hombres más.
- El Capitán me mandó por usted y por la señora Josefa. ¿Dónde recojo sus cosas?
Al parecer la vida me había dado un respiro. Kidd no se iba a cerciorar personalmente de que Josefa estuviera en la embarcación.
- Estas son las maletas de Josefa Jean Paul. – dije señalando a las maletas – Y las mías están en mi habitación.
- Vayan por ellas muchachos y súbanlas al Tricornio. – ordenó a los hombres.
- Enseguida señor.
El Capitán me dijo que las llevara por algo de desayunar antes de subir a la embarcación.
- Josefa nos alcanzará después. – dije sin darle importancia. – La mandé a buscar unas cosas antes de irnos.
- D'accord mademoiselle. – me guío hacia el desayuno.
Me venían algunas excusas a la cabeza, pero no sabía cuál sería lo suficientemente buena o creíble. En realidad Kidd no le había prestado mucha atención a mi relación con Josefa. Entonces no le sería tan raro que en algún punto nos separáramos.
Al subir al Tricornio mis valijas y las de Josefa ya se encontraban en nuestro camarote. Tal vez si Kidd no me visitaba no tendría que explicarle nada.
Me acosté en el camarote y sentí como comenzamos a movernos. Sentí un gran alivio de dejar la Isla que tan malos recuerdos me traía.
Poco me duró el gusto cuando a las pocas horas tocaron a mi habitación.
- Adelante.
Kidd entró en todo su esplendor. Lucía guapísimo como siempre, aunque se veía un poco cansado. Como si no hubiese dormido demasiado.
Estaba usando su chaqueta escarlata y uno de sus exóticos sombreros.
- ¿Necesitas algo?- dijo con una gran sonrisa.
- No, todo está perfecto. – dije sin ganas. - ¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a Isla Terrapio?
- Es difícil de decir, si mis cálculos no me fallan y la marea coopera, - dijo pensativo. – Alrededor de 8 días.
- Mmm ya veo.
- No suenas emocionada, pensé que era lo que querías. – dijo confundido.
- Sí, sí lo es. – dije tratando de actuar mejor mi emoción pero sonó algo fingido. Tenía que hacerlo mejor. – Es solo que... es mucho tiempo.
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El filibustero que robó mi corazón (Piratas)
Любовные романыEl padre de María Paula esta decidido a prometerla en matrimonio con un hombre que le triplica la edad. María Paula no esta dispuesta a dejar que eso suceda y menos después de conocer al pirata más sexy y temido de la historia. Con un temperamento...