Capitulo 30

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Hola Hola!! 

Se que pasó un buen tiempo desde que no escribo, pero a penas regresé. 

Les agradezco a las que siguen mi historia, las que votan, las lectoras fantasmas y las que me escriben para decirles cuanto les gusta! 

De verdad que se siente muy bonito leerlas a todas. 

Les dejo un capi cortito, espero les guste. 

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Pertenecer...

"Ser propiedad o parte de una persona"

¿Propiedad? No me sentía como una. Al menos esperaba que Kidd no me viera como un objeto, del cual se puede disponer a su antojo sin tener una opinión o participación al respecto.

Pero "parte"... Creo es la palabra que pude describir como me sentía. Kidd sería parte de mí para siempre.

No podría ser jamás solo un extraño, o un recuerdo lejano.

Sentía mi alma tan ligada a él como si fuéramos uno solo.

Desperté a la mañana siguiente y Kidd estaba mirándome.

- Acosador. – dije con los ojos entre abiertos y poniendo mi mano en su cara.

El la esquivó y me mordió despacio la palma de la mano.

- Buenos días preciosa.

- Buenos días pirata.

- ¿Cómo te sientes?

- Exhausta y hambrienta.

- Le diré a Polilla que nos traiga algo de comer. Necesito que estés descansada y repuesta porque todavía no termino contigo. – dijo con una sonrisa traviesa.

- Eres insaciable Bartolomeo Kidd. – me guiño un ojo y fue a ordenar que nos trajeran de comer.

El resto del viaje lo pasamos dentro del camarote. No teníamos suficiente el uno del otro. Era como vivir dentro de un sueño. Nuestro pequeño mundo.

- María Paula – dijo jugando con los dedos de mis manos y besando mis muñecas.

- ¿Mmm?

- ¿Me quieres?

- Bartolomeo Kidd... - dije con la misma seriedad de su voz.

- ¿Si?

- ¿El agua moja?

Su mirada mostraba confusión y yo no podía contener la sonrisa de mis labios.

- ¿Qué?

- Contesta la pregunta.

- Yo te hice una primero.

- Contesta la pregunta.

- María Paula, me estás haciendo una pregunta muy obvia y tonta a la cual sabes perfectamente la respuesta. – dijo un poco frustrado.

Comencé a soltar una carcajada.

- De esa manera se siente tu pregunta. Dices que soy una experta señalando lo obvio, y tú no te das cuenta que muero de amor por ti bruto.

El ceño fruncido de Kidd cambió a una sonrisa de comisura a comisura. Comenzó a besarme por todos lados, no me soltaba ni por un segundo.

- En ese caso Pauli, olvidémonos de todo y de todos...

El filibustero que robó mi corazón (Piratas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora