Capítulo 42

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Desperté en la habitación de mi casa, al parecer todo había sido un sueño. No podía ser posible que Kidd estuviera con vida. ¿O sí?

Volteé a mi izquierda y Alberto se encontraba con la cabeza recostada sobre mi cama. Me acomodé para poder recargar mi espalda en la cabecera de la cama y esto lo despertó.

- ¿Te sientes mejor cariño?

- ¿Qué sucedió?

- No lo sé. Estábamos en el salón del duque, entró su sobrino y de pronto te desmayaste. Tu tía insistió en que el doctor te revisara aquí en tu casa. - tocó mi estómago con cariño- Por lo del bebé. – sonrió. -Así que te traje en brazos hasta aquí.

¿Entonces era verdad? ¿Kidd estaba vivo?

- El doctor dijo, que probablemente debe ser por fatiga y que debes de alimentarte mejor...

- Alberto, ¿Puedes llamarle a mi nana por favor? – lo interrumpí

- En seguida cariño. – me dio un beso en la frente y salió del cuarto

Me paré de la cama y fui directo al baño a lavarme la cara. De pronto me dieron muchas ganas de vomitar y empecé a devolver todo el pastel que había comido en la fiesta.

- Niña ¿Estás bien?

- Si nana, no te preocupes. – dije tomando pequeños sorbos de agua del lavabo para enjuagarme la boca. – Es por el bebé, no debí comer tanto pastel.

Josefa me ayudo a limpiarme y me regresó a la cama.

- El joven Alberto me dijo que tuvo que irse por motivos de trabajo pero que le llame si necesita...

- Nana, - dije emocionada e interrumpiéndola – ¡Kidd está vivo!

- Niña, mejor le decimos al doctor que regrese y te revise si no te golpeaste la cabeza en la caída.

- Estoy hablando en serio nana. Kidd está vivo. Es el sobrino del duque.

- Pero eso no tiene sentido Pauli. Si está vivo ¿Por qué no ha venido a buscarte? – dijo confundida. – Ese hombre te ama más que a su propia vida.

- No lo sé nana... – dije parándome de la cama buscando que ponerme – Tal vez no sabía que estaba aquí. Pero estoy segura que ahora que lo sabe vendrá a buscarme, y podremos estar juntos nana. – dije sonriendo como una loca.

- María Paula por Dios cálmate. Tal vez viste a alguien que se parecía mucho a él.

- ¡No nana no! – dije desesperada – Era él, estoy segura. Tal vez su barba es más limpia, y no usa sus sombreros, - sonreí recordándolo - y viste como todo un caballero. Pero debajo de todo eso, es mi Kidd. ¡Estoy segura!

- Niña no te precipites, no tienes pruebas. – dijo mi nana preocupada siguiéndome por toda la habitación. - Imagina que pasaría si llegas con él a decirle que es el padre de tu hijo y que es un pirata y él no tiene conocimiento de nada de eso. ¡Quedarás como una loca!

- ¡Nana, estoy segura! – dije estresada de que no me creyera – No lo había recordado, pero ahora todo tiene sentido. Hace tiempo encontré en la oficina de Kidd un retrato, era el retrato de su madre; una mujer rubia y hermosa. Junto con él estaba una carta donde decía que ella era hija del Duque de Arcos. – dije emocionada de unir los puntos - Es la hermana mayor del señor Emiliano. – mi nana me miraba confusa – Eso no es todo, ella le escribió una carta a su a su hijo ¡Fernando! Que en realidad es Kidd – dije emocionada. – Y ahora él está de regreso con su tío y utilizando su verdadero nombre ¿Qué más pruebas que esas necesitas?

El filibustero que robó mi corazón (Piratas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora