El filibustero que robó mi corazón (Piratas)

Capítulo 37

SORPRESA... YA NO ME TARDE TANTO EN ACTUALIZAR....  :) DISFRUTEEEEN ...

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Me desperté muy temprano como de costumbre y empecé mi rutina del día.

Josefa me llevaba de desayunar al jardín, mientras leíamos juntas alguna novela y la discutíamos. Era como nuestro pequeño club de lectura. Mi tía Florentina había intentado unírsenos, pero siempre volvía las historias un drama trágico o lleno de romance.

Si leíamos alguna novela de detectives, se las arreglaba para inventar una trama sobre un asesinato pasional; si leíamos algo sobre terror, inventaba que los fantasmas eran malos por el dolor de perder al amor de su vida y regresar al mundo natural a buscarlos. Era una romántica sin remedio.

- ¿Y ahora que leen Pau Pau?

- Un libro sobre una ballena blanca. Unos hombres intentan atraparla y...

- No me digas más, ya sé lo que pasa. Quieren entregársela al amor de su vida. Ambos compiten por el premio de su amor y quien consiga capturarla es digno de casarse con ella.

Comencé a reír. Amaba la imaginación de mi tía y sus interpretaciones.

- No señora Florentina. - dijo Josefa irritada de que interrumpiera la lectura - Quieren atraparla porque le quito una pierna a uno de los protagonistas.

- Ay Josefa por Dios, que oscura eres. - dijo mi tía fingiendo tristeza. - ¿Por qué quieres arruinar la historia? Mi versión es mucho mejor. No tiene caso que lo leas, trata exactamente de lo que te he dicho.

- Deje de inventar cosas que no son señora...

Comenzaron a discutir y yo no pude evitar reír de sus ocurrencias.

- Disculpe señorita María Paula. - interrumpió una de las empleadas de mi tía - la buscan.

- ¿A mí? - dije con sorpresa. - ¿Quién me busca Dominga?

-Es un joven muy apuesto señorita. - dijo Dominga sonrojada. - me dijo que se llamaba... Alberto San...

-¡Santillana! - grito mi tía emocionada. - Pero que esperas Dominga, hazlo pasar inmediatamente.

- Si señora, enseguida.

No sabía que sentir en ese momento. Una parte de mi estaba nerviosa por hablar con él y otra un poco emocionada a decir verdad. Pero el más fuerte, era el sentimiento de culpabilidad de sentir que estaba traicionando a Kidd.

- Mi querido Marqués - gritó mi tía sacándome de mis pensamientos. - Que agradable sorpresa, pero ¿Qué lo trae por aquí?

- Señora Arismendi es un placer verla como siempre - dijo besando la mano de mi tía. Yo por mi parte trataba de evitar cualquier contacto visual. - Espero no estar interrumpiendo algo importante. - dijo observando el libro sobre la mesa.

- Para nada marqués, solo una simple lectura sobre un delfín albino sin una pata. - dijo mi tía cerrando el libro de Josefa.

Alberto la miró confundido y divertido al mismo tiempo. Mientras Josefa quería estrangularla.

- De eso no trata el libro señora Florentina. - dijo Josefa frustrada.

Comenzamos a reír.

- Y a ti María Paula, ¿Te estoy interrumpiendo?