El día de la boda se estaba acercando. Después de la visita de Kidd no había vuelto a saber de él.
Los pies me quemaban por correr a buscarlo, pero al mismo tiempo quería honrar mi decisión de elegir a Alberto.
Alberto como siempre había sido un encanto toda la semana. Cada vez se mostraba más cariñoso y atento.
Pero aunque se comportara como un príncipe de cuento, nada me hacía sacarme al lobo feroz de mi cabeza.
- Pauli – llamó Josefa. – Ha venido Ramón a visitarte.
- ¿En verdad? – dije con alegría.
- Sí, le prometí que podíamos jugar cartas una vez a la semana.
- ¿Estás lista para perder tu dinero? – bromeé.
- Algún día le ganaré a ese rufián – dijo Josefa decidida.
Baje las escaleras y Ramón me estaba esperando en la sala.
- Hola María Paula – dijo emocionado.
- Hola Ramón. Que guapo te ves.
- ¿Te gusta? – dijo enseñándome su ropa nueva – El Capi me lo regaló. Dijo que debería empezar a vestirme bien y no como un vago.
- Creo que tiene mucha razón, ese look te va mejor.
- Si, pero pica. – dijo rascándose el pantalón.
Pasamos una tarde agradable, bebiendo limonada y jugando a los naipes. Como siempre, Ramón dejo limpia a Josefa. Josefa no paraba de decir que había hecho trampa. Y Ramón comía y bebía como si no tuviera ninguna preocupación en la vida.
Por mi parte, estaba mordiéndome los labios para no preguntar por Kidd.
- ¿Por qué no solo me preguntas María Paula?
- ¿Qué quieres decir Ramón?
- Se que quieres saber como esta el Capi. Llevas una hora viéndome y abriendo y cerrando la boca.
- Te crees muy listillo ¿Verdad? – dije dándole un zape.
- Auuuchh... Es la verdad, pero si no quieres saber, entonces pues no digo nada.
- Pues, ya que lo trajiste a colación.... ¿Cómo está? – dije expectante.
- Mal.
- ¿Mal? – dije sorprendida. - ¿Por qué? ¿Le paso algo? – comencé a preocuparme
- Hace como una semana que trae un genio de los mil demonios. Anda como alma en pena, sin poder dormir, solo bebe y rompe todo cuanto se le pone en frente. Escuché que Jean Paul dijo que un día hasta lo vio llorar. – dijo asombrado y susurrando – Pero yo creo que exagera, el capitán llorando, sería como un pez volando.
Hacía una semana que Kidd había venido a la casa y me había visto con Alberto. ¿Estaría relacionado?
- Nadie sabe que le paso. Si alguien se le pone en frente es capaz de matarlo. Nadie se atreve a decirle nada. Todo el tiempo está borracho. Y aunque siempre le gusto beber, nunca lo había visto tan tomado.
Josefa me miraba con preocupación. Sabía bien lo que estaba pensando.
- María Paula, no puedes ir. – dijo tajante.
- Pero nana, ¿Qué tal si esto es mi culpa?
- Tu no eres responsable de nada. Ni de nadie. Todos tenemos problemas, la diferencia es como los resolvemos.
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El filibustero que robó mi corazón (Piratas)
Любовные романыEl padre de María Paula esta decidido a prometerla en matrimonio con un hombre que le triplica la edad. María Paula no esta dispuesta a dejar que eso suceda y menos después de conocer al pirata más sexy y temido de la historia. Con un temperamento...