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[Siete años después...]




— ¡JiMin-ah!, no corras. — el mayor grito un poco desesperado al ver como su menor corría hacia el gran jardín.

— Vamos Hyung no pasa nada, se cuidarme solo.— respondió despreocupado.

El mayor solo asintió mientras volvía a sentarse mejo en el pequeño sillón que daba al inmenso jardín de flores. Tomó el vaso de cristal lleno de soda con pequeños cubos de hielo en ella para así tomar de un poco. Siguió con la mirada al - ahora - pelirosado chico de tan solo 21 años, quien corría de un lado a otro viendo las flores de ese lugar. 

Había llegado aquí hace como dos horas, este viaje había sido organizado para unas relajadas vacaciones de verano, la madre de YoonGi le dio las llaves de la cabaña de su padre como regalo de cumpleaños número 23, el pálido quería visitar de nueva cuenta la cabaña, y que mejor que con la compañía de su mejor amigo, JiMin.

¿Y que pasó en todos esos años? Simple, siguieron unidos, era claro que que su amistad y unión nunca se rompería, pues YoonGi cuidaba a JiMin como si fuera su hermano pequeño, y el pelirrosado debía admitir que le encantaba ser protegido por su Hyung.

Tuvieron uno que otro descuerdo con el pasar de los tiempos, como por ejemplo el día en el que JiMin había sido recibido por uno de sus compañeros con un racimo de rosas de todos los colores, cosa que al menor le encantó pero al mayor no tanto, no le agradaba el hecho de que alguien intentará conquistar el pequeño e inocente corazón de su menor. Y claro que el mayor había tenido uno que otro amorío, pero nunca llegaron a tanto, la mayor relación que tuvo fue de tres meses y fue terminada por él mismo ya que no le agradaba la idea de dejar a su menor plantado en los sábados de películas por una cita.

Pero bueno, como toda persona crece, el menor también lo hizo, bueno no tanto pues su estatura digamos que... era un tanto baja. Pero eso no fue todo sobre el crecimiento de JiMin, como todo chico de ya 21 años tenía un cuerpo, no tonificado, pero si cuidado, algo que a YoonGi no le interesaba, lo único que el decía era que "Mientras JiMin siguia con esas lindas y rojizas mejillas todo estaba bien".

Mientras tanto YoonGi... Pues YoonGi creció un poco más a la altura de JiMin, pero la diferencia no se notaba, su cuerpo no era el mejor pero se conformaba, su cabello... Bueno eso fue lo que cambio más. En sus tiempos de rebeldía, las delgadas hebras de su cabello llegaron a hacer desde un todo tan blanco hasta un azul tan chillante. Cosa que a JiMin le había causado tanta gracia, pues nunca  creyó que su hyung llegaría a tener un color verde en su pelo. Pero por ahora ese tiempo se había "acabado", dejó que su cabello siguiera negro, pues sabía perfectamente que su pelo necesitaba descansar de tantos productos.

La música clásica de fondo hacía más tranquilo el ambiente, YoonGi con ayuda de JiMin habían acomodado todo para una buena estadía de una semana. Aún faltaba sacudir algunos muebles, pero la gran mayoría ya había sido resuelta.

Pasó la página de su libro y hecho otro vistazo hacia su menor que seguía feliz tomando fotos a cada flor que encontraba, sonrió y continuó con su lectura.

No fue fácil converser a la madre de JiMin que dejara a su hijo ir a un corto viaje vacacional, pues la señora nunca había dejado de ver a su hijo por más de 3 días, pensar que ahora serían siete, claro que le preocupaba. Pero gracias a unas cuantas plegarias hacia ella y promesas sobre hablar cada día diciendo que estaba bien terminaron por convencerla.

Gran parte de este viaje fue para tranquilizarse, salir de la monotonía de la ciudad y relajarse, pero también otra parte era para que tanto JiMin como YoonGi hicieran trabajos de su escuela que disfrutaban hacer. YoonGi podría inspirarse para escribir y componer, mientras que JiMin tomaría fotografías de todo el hermoso y natural paisaje.

Volvió a ver hacia adelante para observar al menor pero no lo encontró. Un sentimiento de preocupación lo apoderó y rápidamente se paró de su asiento para ir a buscar a JiMin.

— ¿¡JiMin!? ¿¡Dónde estás!?

— A-aquí...

La quebrada voz del menor hizo que volteara hacia la derecha en donde había unos pequeños arbustos y una árbol de fondo, mientras que JiMin estaba sentado y recargado en ese árbol con sus manos sobre su rodilla.

— Oh por dios, JiMin, ¿Qué ocurrió?

Se arrodilló cuidadosamente cerca del menor para así ver qué su rostro tenía un deje de dolor y tristeza. Espero a que el menor se tranquilizara un poco mientras que el revisaba la herida en la cual empezaba a brotar un poco de sangre.

— Y-yo... No lo sé, me resbale con esa roca y caí... Lo siento...

Las lágrimas resbalaban por su rostro sonrojado. JiMin era consiente de que iba a hacer regalado, el había cometido una imprudencia, pero no puedo evitar emocionarse al ver esa pequeña mariposa del "88" posando en una ramita del árbol.

— Si tú madre se entera, ella misma vendrá a por nosotros de las orejas...— ambos sonrieron al imaginarse a la señora Park viniendo a la velocidad de la luz para llegar aquí.— ¿No te duele algo más?

El menor negó con su cabeza un poco más tranquilo, y con ayuda de su Hyung intento pararse para ir a lavar la herida donde estaba empezando a cicatrizar poco a poco.

Cuando JiMin pasó cerca del reproductor de música intentó subir más el volúmen de "mariage d'amour" era una de sus piezas favoritas. Llegaron a la habitación y el mayor fue por el botiquín de primeros auxilios para curarlo.

— Creo que el curso que tome sobre primeros auxilios me sirvió. — dijo contento el mayor.

— Pero si te quedaste dormido la mayoría de las clases Hyung...

Una mirada de indignación fue dirigida al peli rosado. — Pero quién dice que no se puede aprender con los ojos cerrados mocoso.

Cabía destacar que de igual manera JiMin tomaba sus precauciones respecto a su discapacidad, intento ingresar a basketball junto con su Hyung, pero lo que consiguió fue tener una hueso roto de su pierna izquierda. Así que intento ver hacia los salones de danza y pudo entrar a ballet, con un poco de paciencia y cuidado, podría llevarlo bien y sin ninguna fractura por la cual preocuparse.

— Que date aquí, iré por la cena, mañana haremos la limpieza completa de la cabaña, ¿te parece?

— ¡Claro!

Todo era tan tranquilo, relajado, nada se sentía forzado. Era tan normal ver tan cerca a YoonGi de JiMin y viceversa, varios creían que mantenían una relación secreta, y a ellos no les importaba esos rumores, lo único que le importaba era tenerse juntos.

— Ji...-

Se sorprendió al ver la relajada figura del menor dormida en la cama matrimonial, era tan pequeño desde el lugar donde YoonGi lo veía. Él solo negó con una brillante sonrisa y se adentro más a la habitación.

—Creo que no será necesario cocinar ya...— dijo para sí mismo.

Apagó las luces de la cocina, pasillos y ayudó a un dormido JiMin a quitar sus zapatos y calcetines. Sacó sábanas limpias, cobijas y otra almohada para el menor.

YoonGi quitó su chaqueta y se puso un pantalón de chándal gris y uso la misma camisa negra que llevaba para así dormir. Cerró las ventanas y dejó que la poca luz de la tarde-noche entrara por las pequeñas ranuras de las cortinas.

Tapo mejor a JiMin antes de meterse a la cama con él y dar un beso en su frente deseándole un buen descanso y como recompensa recibió que JiMin se acurrucara junto a él.

Solo ellos dos importaban y nadie más.

Mi Muñeco de Porcelana [YM][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora