-EL INICIO-

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—Sé que tu padre es duro cariño, pero tal vez lo mejor sea obedecerle, hacer las cosas como él las quiere podría facilitarnos las cosas, ha sido muy amable en aceptarme en su familia, me dio el gen minino y gracias a eso esperamos a unos bellos me...

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—Sé que tu padre es duro cariño, pero tal vez lo mejor sea obedecerle, hacer las cosas como él las quiere podría facilitarnos las cosas, ha sido muy amable en aceptarme en su familia, me dio el gen minino y gracias a eso esperamos a unos bellos mellizos. —Le dijo Valery a Emerick mientras se encontraban sentados a las afueras de su nueva casa. Emerick la miró cual tesoro andante, su cabellera color miel siempre resaltaba el brillo natural de su mirada.

— ¿Sabes por qué nos ayudó? Por qué no tenía opción, tenía que aceptar que te amo y punto, no quiero que lo veas como el héroe que no es Valery. Mejor cambiemos el tema... ¿ya pensaste los nombres de los mellizos?— y la abrazó acariciando su gran barriga.

—Sí, solo que no estoy muy segura de que a tu familia le agraden. — le comentó un poco apenada.

— ¿Por qué lo dices mi amor?

—Lo que pasa es que yo me enamoré de la trágica historia de amor de Victory, sé que para ustedes fue una tragedia por como lo está manejando ella en esos hospitales, pero para mí representa una historia llena de significado, quería ponerles... Victoria y Christopher.

—Al final ellos se amaban, no se separaron por qué no lo hicieran, fue más porque el destino así lo quiso, ¿a eso te refieres?

—Sí, ¿está mal? —Preguntó cabizbaja, sabía que no era un tema fácil para su familia.

—No, si tú quieres que se llamen así, así será. — Respondió Emerick acariciando su cabello corto pasándolo de tras de su oreja. —Me gustan, quiero que sean fuertes, independientes.

—Justo como tú lo eres, ya quiero verlos dando sus primeros pasos, usando por primera vez su arenero. — la voz de Valery comenzó a apagarse mientras sujetaba su vientre.

— ¿Estas bien? ¿Te duele algo?— le cuestionó Emerick preocupado.

—Solo es una ligera contracción... calma, a estas alturas del embarazo son normales. — Emerick se acercó a ella y la besó, le resultaba tan delicada, tan ella que no podía creer que tuviera una vida tan perfecta.

La hermosa escena se oscurecía cada vez más, justo como en una película antigua, su color se perdía hasta volverse blanco y negro, y como siempre pasaba Valery siempre cambiaba su buen humor y terminaba haciéndolo despertar...

— ¡SALVALOS!— Gritaba de golpe y Emerick siempre despertaba lleno de sudor.

Siempre lo invadía una enorme taquicardia, pero cuando notaba que estaba en su casa y la luz del día entraba iluminando toda su recamara, él simplemente se calmaba, sabía que de nuevo había tenido la misma pesadilla.

— ¡Papá!— gritó Victoria y se lanzó a su estómago riendo y lo contagió de su buen humor, aun que al verla no pudiera evitar ver el rostro de Valery.

Engatozada: EmerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora