-LA CIMA DEL CIELO.

3.2K 555 65
                                    

Orión mordió su labio inferior casi instintivamente, mientras Emerick llevaba sus manos temblorosas por el camino de botones, ella entrecerró los ojos intentando leer su mente, pero lo único que detectaba en ellos era un deseo infinito, podía ver ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Orión mordió su labio inferior casi instintivamente, mientras Emerick llevaba sus manos temblorosas por el camino de botones, ella entrecerró los ojos intentando leer su mente, pero lo único que detectaba en ellos era un deseo infinito, podía ver como él se moría por poseerla y eso... eso despertó un deseo carnal en Orión quien con su otra mano comenzó a desabrochar la camisa, su respiración se agitaba, de repente ya no había miedo... quería tenerlo en sus garras y al llegar al último botón subió la mirada para chocar con aquella que le pedía a gritos quitar por completo aquella prenda.

— ¿Puedo?— preguntó con mirada juguetona y Emerick asintió.

—Conmigo puedes hacer lo que quieras. — Le escuchó decir  y tranquila metió ambas manos por los pectorales y acariciando hasta los hombros se deshizo de la prenda bajándola de golpe al llegar a sus brazos. Ella observó sus formas bien marcadas y sin pena acarició su abdomen lento, hasta que  sus caricias se volvieron deliciosos araños que iban bajando a la parte baja y para después llegar a la hebilla. Emerick soltó un gemido increíblemente masculino al sentir las garras de la gata sobre su piel que estaba a punto de ebullición, si por él fuera tal vez ya la estaría haciendo suya, pero sabía que ella era totalmente nueva en todo lo relacionado, así que se repetía mentalmente que debía tener paciencia. — ¿en qué estás pensando gata?

—En que ya no aguanto más... —dijo finalmente y bajó con furia el cierre del pantalón haciendo que cayera, era cierto que jamás había tenido un sentido común sobre como los humanos lo hacían, pero ahora... su mente estaba tan alterada que tomando la ropa interior ajustada de Emerick comenzó a bajarlos y ella con ellos, pero lo que vio allá abajo la impresionó tanto que se puso de pie, ¡el de un gato era totalmente diferente, o por lo menos no era nada a como imaginaba!

Emerick notó que comenzó a ponerse nerviosa y subiendo su barbilla la miró  para después abrazarla,  la besó pegándola a su cuerpo desnudo, así que Orión tampoco pudo evitar gemir al sentir ambas manos de Emerick bajando por su trasero para después  levantarla  y ponerla sobre la cama que estaba a unos cuantos pasos, la acomodó bajo él  y besó cada centímetro de su cuello haciéndola ronronear.

—Ahora es mi turno... —le dejó saber y metió la mano por debajo del vestido para subirlo al mismo tiempo que acariciaba su pierna, él no quería perder el tiempo, así que dejaba pequeños besos sobre su escote. Pero algo curioso comenzó a pasarle a Orión.

—Espera... ¿y si no te resulta bien mi cuerpo de humana? Siento... siento...

—pena... sientes pena, pero créeme cielo no tienes por qué, porque te deseo tanto que para mí ya eres perfecta, así... caprichosa, ansiosa, terca... todo de ti me encanta... me vuelve loco.—Los ojos de Orión parecían destellar más al oírle hablar sobre ella como si fuera el ser más increíble de mundo, y eso le desinhibió.

—Entonces... tú también puedes hacer lo que quieras de mí... de este cuerpo humano, quítame el vestido... poséeme— le pidió y él no dejó pasar más tiempo, bajó el cierre que tenía a un costado y se deshizo de aquello que le estorbaba dejando ver una piel blanca aterciopelada, y al ver  la lencería color ciruela que cubría todas sus partes más anheladas simplemente suspiró y comenzó  besar su mandíbula para desabrochar el sostén que le plantaba más ganas de acabar con ello, y al dejar al viento sus senos los acarició con el costado de su manos logrando que esa parte tan sensible reaccionara a sus caricias, quería volverla loca y así que lamió y mordió delicadamente  las rocas que la delataban, pero él no se detuvo ahí, siguió un camino de besos apasionados por sus costillas, ombligo y cuando llegó a las bragas miró a Orión quien tenía las mejillas completamente rojas, un poco de saliva se notaba al borde de su boca... estaba delirando de pasión, y para cuando Emerick levantó sus piernas para despojarla de lo poco que le quedaba ella se levantó un poco tomando su cuello y lo besó desesperada, sabía que ahora le pertenecía desde su boca, su mente y su cuerpo hasta lo más recóndito de su ser... de su espíritu.

—Quiero que seas mío Rick...—le ordenó entre besos y él la empujó para que se acostara de nuevo.

—Entonces... acabemos con esto, pero antes...—y a completó sus palabras con acciones, llevó una de sus manos entre los muslos de Orión, un pequeño adelanto de preparación y así hacerle saber algo de lo que vendría en el examen final, sus dedos poco a poco entraron al ritmo de un delicioso vals, haciendo que ella dejara de respirar normalmente, su respiración se entrecortaba con cada sensación, cada textura de la manos de Emerick sobre su carne satinada.

Emerick no dejaba de mirar sus reacciones, no había nada más deseoso para un hombre que ser el primero en la vida de su amada, hacerla sentir todo por primera vez, volverla loca y verla retorcerse  mientras él hacía todo para darle placer. Al cabo de unos minutos y trabajo manual... ella explotó en un éxtasis que jamás pensó conocer, Emerick sacó la mano de aquel lugar sagrado y abrazándola la besó de nuevo... pero en este beso había un placer primario, uno perfectamente sazonado en gloria por lo que él había logrado.

—...Me encanta...— logró decir agotada y él sonrió.

—Quiero continuar, y quiero que tú me detengas si esto no te gusta... —Ella asintió y él se colocó sobre ella mirándola a su merced, —abre tus piernas mi amor... — le ordenó con dulzura y ella obedeció, Emerick quería tener contacto visual todo el tiempo... así que cuando él se adueñó poco a poco  de su cuerpo ella parecía disfrutar más que sufrir, pero en un instante le encajó las uñas en la espalda, había pasado... y Emerick lo sabía.—¿ estás bien cielo? —preguntó al verla morder sus labios, pero cuando ella abrió los ojos y lo miró le sonrió con una ligera lagrima deslizándose por su mejilla, lagrima que Emerick limpió con un beso al instante.

—Si... jamás había estado mejor Rick... llévame a la cima del cielo, soy tuya... —Le dijo convencida de lo que sentía y Emerick sonrió tierno, así que continuó y esta vez el placer era garantizado, él comenzó lento... saboreando la gama de sensaciones que el cuerpo de Orión de brindaba, y ella se sentía al fin de una persona, se sentía de Emerick al estar unidos.

Durante la próxima larga hora acordaron entregarse sin piedad, sin peros... sin más preguntas, tal vez ninguno había dicho cuanto amaba al otro, pero todo lo que hacían demostraba que él amor ahí estaba y con deseo de sobra para seguir demostrándolo. De repente ahí estaban, enrollados de las piernas y cubiertos por una fina sabana, exhaustos pero no dejaban de abrazarse, esta vez parecían estar atados por los recientes acontecimientos.

—No sé qué decirte... esto... jamás hacía sentido todo esto con alguien más, tu eres muy importante para mi... no sé cómo viviría sin ti. 

—Tampoco tengo palabras Rick... si ya era fiel a ti por salvar mi vida... imagínate como me siento ahora que soy toda tuya, pero... ¿Qué soy exactamente Rick? En este punto... ¿que es lo que son los humanos?

—Tu eres mi apoyo, eres lo que siempre quise y por miedo no busqué... y ahora estoy seguro de que eres mi pareja, ahora si lo eres... eres todo lo que me hacía falta, a menos que no quieras serlo, claro.

—Ya te lo dije... no te dejaré, ¡Y menos después de esto! Claro que quiero ser tú... pareja, yo... en cuanto a tus hijos, yo sé que no seré su madre pero... tengo un instinto de querer protegerlos, no quiero que les hagan daño.

—Ellos, ellos están en un gran peligro Orión, y no sé cómo afrontar todo lo que viene para nuestra familia... pero ahora que sé a la perfección que te amo no tengo miedo de afrontar todo.

 pero ahora que sé a la perfección que te amo no tengo miedo de afrontar todo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Engatozada: EmerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora