(ENGATOZADA Parte 6)
Una linda gata como Orión jamás habría salido de su linda y acogedora casa, tenía una familia que la amaba y su vida era perfecta, ¿Como una gata domestica había terminado en los brazos de Emerick Krentz? Parecían espíritu...
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— ¿Qué tal te relacionas con tus amigas de la escuela cariño?— le preguntó Emerick mientras ella pintaba sus uñas entretenida.
—Los niños humanos son banales papi, me parece raro que no ronroneen y me miran raro cuando yo lo hago. — respondió sin mirarlo pero él entendió.
— ¿te dicen rara?
—a veces... pero no te preocupes, dejó de doler después de las primeras veces.
—Victoria... tú no eres rara, eres la niña más perfecta que puede existir, dime... ¿Cómo te sentirías en un colegio donde fueran todos tus primos miniños?— preguntó esperando su reacción y ella levantó la mirada alzando las cejas con dulzura, algo que le arrancó una sonrisa a Emerick.
—Sería súper fabuloso papi, estaría genial estar con los nuestros, magia por aquí y por allá.
— ¿Y si existiera un instituto donde fuera posible eso pero... tuvieras que estar lejos de mí por mucho tiempo?— Le volvió a preguntar esperando que no llorara o algo parecido, pero su reacción fue la menos esperada, ella le sonrió dulce bajando los hombros y poniéndose de pie rodeó la pequeña mesa y lo abrazó por el cuello mirándolo.
— ¿Tu podrías sobrevivir sin mí por mucho tiempo? ¡Esa sería la cuestión!— Emerick soltó una carcajada y le devolvió su abrazo.
—No... la verdad es que sin ti y sin Chris me muero, ¿te imaginas? ¿Quién me maquillaría y me haría manicure?— Victoria sonrió y subiendo su mano acarició la mejilla de su padre.
—Si quieres hacerlo por nuestro bien papi... entiendo.
—Es el Instituto Witchery, ahí aprenderías magia con el antiguo mago Merlín, tu tío Dorian lo creó en caso de una emergencia como las que ustedes y yo hemos hablado.
— ¿Nos enviarás ahí papá?— les sorprendió la voz de Chris quien había despertado y ya estaba poniendo atención.
—Ven aquí. — Le ordenó estirando su brazo para abrazarlo también y los sentó en sus piernas. — Aun no es seguro que los envíe ahí, ¿saben por qué? por qué quiero luchar por ustedes, sé que la gente los puede tachar de raros, porque ellos no comprenden lo increíble que es tener el gen minino. Pero quiero que sepan que lucharé hasta el final por ustedes, tienen mucho padre, les tocó uno muy duro, pero, si las cosas se pusieran más difíciles... sí, irían ahí.
— ¿Mataste a muchos protectores hoy papi? — preguntó Victoria y limpió una lagrima que se le había escapado a Emerick.
—Sí, a muchos... pero vale la pena por las mejores razones, por la familia y por ustedes, matar es malo miniños, pero si los protectores quieren meterse con nosotros... ustedes tienen todo mi permiso de hacerse cargo... ¿recuerdan cómo defenderse en caso de que alguien los ataque si yo no estoy? ¿Han practicado latín? —Les cuestionó y la pequeña se puso de pie y conjuró.
