-NADA QUE PUEDA PERDER...-

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En cuanto Dorian salió Emerick miró a Orión quien aún estaba dormida, no sabía que era exactamente a lo que su hermano se refería con mantenerla cerca, pero de lo que estaba seguro era de que Dorian jamás hablaba por hablar, siempre había un trasf...

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En cuanto Dorian salió Emerick miró a Orión quien aún estaba dormida, no sabía que era exactamente a lo que su hermano se refería con mantenerla cerca, pero de lo que estaba seguro era de que Dorian jamás hablaba por hablar, siempre había un trasfondo de la situación. Reunió tantas fuerzas como le fuera posible y tomando a la pequeña gata en sus brazos la subió a una de las habitaciones de huéspedes, ¡Así se trataba a un gato! O por lo menos así lo hacía un Krentz. Abrió la puerta y prendió la luz, desdobló las cobijas de la cama y la acostó despacio para después arroparla. Emerick le dejó una luz tenue para que no le molestara y caminó hasta la salida, pero la débil voz de Orión lo detuvo.

— ¿Cuánto... te debo?— preguntó con mucho esfuerzo y Emerick sonrió resoplando, entonces regresó y se sentó en la cama para poder hablar mejor con ella.

—La pregunta correcta sería... ¿Cuánto te debo yo a ti? Les hiciste pensar que estaban en mi casa y te lastimaron, no bastándote corriste con una herida de bala hacia mí e intentaste prevenirme diciendo que tú te sacrificarías, ¿Por qué lo hiciste gata odiosa?

—Porque tú tienes hijos... sus vidas son preciosas, y yo... bueno; yo solo soy un gato abandonado por mi familia, ¿Qué más da si muero? No tengo nada por lo cual vivir Rick...

— ¿Ya sabías lo de tu familia?

—Oí un recado de voz del teléfono de la casa donde daban la fecha del funeral de mi dueña, después otro donde una persona confirmaba que los papás de mi Alondra se habían mudado, tú lo sabías, pero no te preocupes... no puedo ser humana pero no soy tonta. —consiguió decir aún con dificultad para respirar y tosió. Emerick se convirtió en gato y ella quedó cegada por unos segundos, ahora Rick quien presumía de sus esplendidos colores blancos y marrones con unos preciosos ojos azules se sentó frente a ella.

—Tu vida vale más de lo que crees, jamás digas lo contrario, el hecho de que yo pueda transformarme en humano no me hace más que tú, gata insolente. — le decía al mismo tiempo que amasaba las cobijas y Orión lo veía con esos perfectos ojos amarillos llenos de expresión.

—Siento mucho lo que te hizo tu esposa... — dejó salir y Rick se dejó caer cansado, tenía más energía como gato que como humano, ¿Qué más daba que ella supiera?

—Así que oíste...

—Sí, estaba congelada pero no inconsciente, no sé cómo lo haces.

— ¿el qué?

—Desde mi ventana te observo y siempre estas frente a esa caja concentrado, te paras a alimentar a tus crías, los llevas... los traes, trabajas y haces lo mismo el día siguiente.

— ¿Así que me espías desde tu ventana? Pero que gata tan pervertida...

—Mi vida no es como la tuya, siempre estoy sola Rick, mi único trabajo era hacer feliz a mi dueña y ahora ni eso puedo hacer, solo vivo por vivir, pero tú tienes el poder de hacer lo que quieras, puedes cambiar tu vida hablando con otros humanos, las posibilidades de que seas feliz son infinitas... un viaje, un romance, una deliciosa cena, un abrazo de tus hijos... ¡lo que sea! En cambio yo... la gente me patea y me señala por ser una gata negra, una vez una mujer me dijo "creación de Lucifer" otra persona me echó a sus perros, algunos otros han intentado darme comida envenenada... gracias a Dios puedo oler el veneno, así que lo más cercano a una vida normal... es ver como tú vives, ¿y que dos sujetos quieran asesinarte a ti y a tus hijos? No gracias, mi vida es menos interesante.

Engatozada: EmerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora