-LA DIOSA DE LOS GATOS-

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— ¿No crees que estás olvidando algo? Hoy no hay luna llena, ¿Cómo pretendes hacerlo?— preguntó Ciro mientras los dos miraban el enorme libro de las sombras

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— ¿No crees que estás olvidando algo? Hoy no hay luna llena, ¿Cómo pretendes hacerlo?— preguntó Ciro mientras los dos miraban el enorme libro de las sombras.

—Ciro... Bastet era una bruja muy inteligente, bastante diría yo. Por lo regular la mayoría de los hechizos son más potentes en luna llena, así que ella misma creó un hechizo de Luna llena inmortal, así no tendría que esperar tanto y sus hechizos serían más poderosos que los normales, bueno... eso solo ocurre en las noches de esta cabaña, si salimos del escondite se regulariza. Ahora... ¿tenemos listo el puñal?— preguntó tranquila y Orión la miró un poco espantada. — calma... solo es simbólico, no voy a matarte.

—Sí, el puñal está listo, también el Catnip...

—Muy bien, empecemos, Orión linda... entra al círculo. —Orión miró a Inés un poco temerosa y caminó hasta el trazo hecho con tiza de sal en el suelo de madera, la miró con la cabeza agachada y entró, Inés le sonrió acariciando su lomo. —Oye, todo estará bien... te lo prometo ¿ves al gato del cuadro? Su nombre es Eros, en él se practicó este hechizo, él tuvo una vida maravillosa al lado de la mujer que amaba, tuvieron hijos y fueron muy felices mientras vivieron, no hay falla. — Orión se sentó esta vez un poco más segura y esperó las indicaciones de Inés. —Ahora sí empecemos...—Ciro se concentró y con la mirada prendió las siete velas negras y blancas que estaban alrededor de Orión, acto que la sobresaltó un poco.

—Listo... tu turno. —comentó finalmente Ciro e Inés asintió.

— ¡Yo la hechicera maestra invoco a la diosa Bastet para que me acompañe esta noche y se haga presente para que Orión sea bañada con su mágica y poderosa sangre minina, compartiendo el poder del ser humano! ¡Que el velo de cambio sea tan corto que la luna siendo testigo lo apresure! ¡Guía su destino cual pluma el viento!— alrededor de Orión comenzó a bajar la temperatura, y fue entonces que Ciro colocó un espejo en el suelo para que Orión se mirará en él, entonces Inés tomó su caldero y de la mescla de hierbas que había hecho  tomó siete puños y los arrojó  a la gata extrañada por lo que ocurría, aún impresionada por todo lo que pasaba a su alrededor se miró en el espejo, y vio algo increíble, una mujer morena con orejas de gato le sonreía, sus ropas doradas eran preciosas y sus enormes aretes brillaban más que unos normales, pero sin duda lo que más llamó su atención fueron sus ojos amarillos idénticos a los de ella, cual espíritu Bastet salió del espejo, primero como mujer caminando a su alrededor y luego dando pequeños saltos se volvió un espíritu gatuno que se restregaba a ella, justo como cuando un gato marca territorio, una encantadora risa femenina se escuchó y volviéndose un espíritu humanoide de nuevo y sin hablar le señaló a Orión el espejo que había dejado Ciro, lento pero motivada por la mirada feliz del espíritu de Bastet  se miró pero para su sorpresa su reflejo ya no era ella siendo gata, en su reflejo estaba una hermosa mujer  con cabello cobrizo y ondulado, aún con ojos amarillos y piel blanca como la porcelana.—¡Con este puñal divido su alma y su cuerpo!— gritó Inés y clavó el puñal en el reflejo de Orión, acto seguido Orión fue rodeada por una luz y cayó desmayada, la luz de las velas se disipó y la temperatura comenzó a regresar a la normalidad.

Engatozada: EmerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora